Salvación.

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Mi corazón necesita un viaje en coche interminable, en el que pueda mirar por la ventana deseando tener algo, y así descubrir que es lo que deseo, necesito no hacer nada, y salir de esta monótona rutina en la que cada día es distinto, los cambios son cansinos. Necesito parar, abrazar a mi almohada más de lo habitual, y imaginarme a alguien, para saber quién es ese alguien, o si existe.

Volar por encima de un río, para descubrir si es el aire el que me inspira. Saber si me estoy pudriendo o estoy viviendo, porque no sé nada.

El otro día salí de la ducha, de una manera más lenta de lo habitual, pues alguien me dijo que debía prestar más atención a los detalles, y la verdad es que descubrí que te sigo viendo. Me miré al espejo, con el pelo mojado y restos de maquillaje por toda la cara, eso era tan tú, que me asustaba. Mi rostro empezó a parecer recuerdos ácidos que no quería recordar, y sigo sin quererlo.

Hace mucho tiempo que no lloro, pero el dolor sigue ahí, he pensado que mi alma se encuentra en algún punto donde la machacan, pero la vuelven a curar, por eso no se rompe y no lloro.

Mis lunares están libres de dedos, es curioso que los lunares vengan de la luna, pues todos están completos y yo no. Mis piernas terminan en los pies, y mis manos en dedos, pero mi alma no tiene ni principio ni fin, está tan perdida sin nada que saborear que duele.

Tener la mente ocupada me parece una sucia mentira en la que ni yo ni mi mente la creemos.

Ayer pasé corriendo por debajo de un túnel, y también me recordó a ti, la oscuridad concentrada sólo en un punto, y ver como la luz se dispersa en el principio y en el final. Iba de la mano de una amiga, una persona a la que quiero mucho, y la verdad es que lo necesitaba, tener a alguien de la mano y saber que no me va a soltar, que si me pierdo estamos unidas para encontrarme, y me sentí muy feliz de eso, aunque estuviera pasando por debajo de lo que era nuestra relación de oscuridad, y los recuerdos empezaran a brotar de tallos perdidos en mi cabeza.

Me gusta dar abrazos, para sentir más que físicamente un tacto, sentir sus deseos, saber que está pasando con esa persona. Estos últimos días he dado muchos abrazos, estaba muy intrigada por saber como se encontraban las personas que me rodean, y algunas no se encontraban, porque estaban totalmente perdidas, sin principio ni fin de su desdicha, pero tan dentro de un gran pozo que casi su voz era insonora, pero existe el casi, y si, la podía oír, era una voz de súplica, y por eso la abracé, y por eso estos días he estado así, demostrandole que estoy aquí, fotografiando sus momentos felices, grabando su risa, porque se que ella está hundida y hay que recordarle que es mucho más que un pozo.

Esto hace que yo me olvide de mis recuerdos al pasar por el túnel, y ella reciba los abrazos que se merece.

Pedazos de almas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora