Cada día se hacía más pesado, había más recuerdos que almacenar, y más cosas que apuntar en la lista de "No lo volveré a hacer." La calle estaba fría, y yo solo quería encender un cigarrillo para ver cómo se consumía, porque eso era la base de todo. Había estado escuchando música, música melosa y romántica, para que no desapareciera del todo los sentimientos de amor que había acumulado y ahora se estaban esfumando. Quería probar algo nuevo, algo que me hiciera sentir algo que no había sentido antes, me había convencido de probar la María, pues pronto sería mi cumpleaños, y quería dejar de ser yo por un momento, para ser una persona más madura, aunque mis actos dijeran lo contrario. Cada vez hacía más tonterías, quería saltar de un acantilado para sentir emociones fuertes, haría un concurso de pruebas peligrosas con mis amigas, sólo para sentirme ocupada y dejar de pensar en todos los problemas que no me dejaban dormir. El año que viene me cambiaría a un colegio que sabía que sólo me daría problemas, sólo para saber que todos los días tendría algo nuevo en lo que pensar, porque ya sabéis, si cada día tienes un problema nuevo, todos ellos carecerán de importancia, en cambio, si tienes un problema con el que tienes que vivir todos los días, se hará eterno. Quería volar, abrir mis alas y saltar con miedo de estrellarme contra el suelo. Supongo que sólo quería sentir emociones fuertes, o sentir algo. Pero no tenía alas, ni nada especial, a si que me tocaba vivir la vida aburrida y placentera de la tierra, sin saber que rumbo tenemos, o que maldito rumbo tuvimos. Me sentía feliz de no depender de alguien, o triste, la verdad no sabía diferenciarlo, sólo dependía de mi y eso era... demasiada presión, tenía el poder de hacer con migo lo que quisiera, podía tirarlo todo por la borda y eso era desesperante, pero también podía reír, y saltar, y tocar la arena y dar vueltas en un prado, y eso era maravilloso. Tan sólo esperaba no destrozarme otra vez, cuando acabo de construirme.
ESTÁS LEYENDO
Pedazos de almas.
PuisiMi alma está rota, aquí están plasmados sus pedazos, todos mis ideales, y por supuesto mis secretos. Antes de leer, me gustaría que te plantearas si de verdad quieres entrar en el desordenado lugar que es mi mente, ¿Estás seguro? Bueno, allá cada un...