C35

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Llega a casa y se encuentra con la oscuridad.

Si bien, tardó un rato en quitarse a Shannon de encima, se encargó de escuchar sus quejas, consolar su tristeza y por qué no, acompañarlo a casa corriendo el riesgo de que Jared le viera y se viera envuelto en una disputa.

En fin, tuvo que tolerar sus miles de insultos hacia su gordito y eso no le gustó.

Ósea, solo por qué era su amigo de la infancia, por qué nadie puede insultar a Gerard sin salir vivo.

Una lamida de Sweet pea le sacó de sus pensamientos notando que estaba realmente perdido.

Empezó a caminar hasta su habitación, aún sin meter a Pea en ella, dejándole un traste de comida y agua afuera.

- Papá y mamá tienen cosas que hablar, así que aún no podrás conocer a mamá. Pórtate bien, de acuerdo?- Como si lo entendiera, Pea ladró hacia el tatuado quien le sonrió dándole un par de palmadas en su cabecita.

Se alzó ya que se había agachado, y procedió a abrir la puerta y entrar a la habitación.

Se apoyó en el umbral mientras veía como la respiración suave de Gerard llenaba de paz el lugar.

Usando esos bóxers de súper héroes a pesar de que le había comprado muchos más que aún seguían en su empaque. Gerard y su maldita ropa que tenía días para usarse.

Rodó los ojos.

Estaba enamorado de un friki.

Avanzó hasta él y se detuvo al ras de la cama, quitándose las botas y los pantalones, luego la camisa, quedando en ropa interior.

El pelinegro abrazaba su almohada, sin camisa, dejando ver sus longitas reposar.

Sonrió subiéndose a la cama y así acomodar al menor de tal forma que quedará el arriba suyo, yendo a su rostro y depositando pequeños besos en todo este.

Logró hacer que empezara a abrir los ojos de a poco, y luego atacó su cuello con el mismo procedimiento bajando por su pecho.

- F-Frank... Qué estás...uh.- Llegando a la altura de el borde de su ropa interior, tomando está con los dientes y bajándola, ayudándose al final con las manos. El rosado miembro de su pareja empezaba a crecer, rozándola con sus labios hasta ir al principio de esta y meterla en su boca.

El pelinegro abrió la suya dejando escapar un jadeo demasiado agudo:- F-Frank...- Gimiendo su nombre de una manera sensual que solo logró prender más al castaño.

Su lengua envolvía el falo con agilidad, sus labios presionaban cuando era preciso, mientras sus manos sostenías entre las piernas al gordito para mantenerlo abierto para él.

Siquiera se molesto cuando sintió las manos de Gerard en su cuero cabelludo, guiándolo con suma delicadeza, metiéndolo aún más, tocando su garganta.

Los pequeños movimientos que le hicieron saber que estaba cerca, sacándolo enseguida:- N-no!... Frank...- Se quejó con dolor. Aquello era insoportable.

Se retorcía de manera preciosa, sacándole una sonrisa socarrona.

Sus manos subiendo mientras amasaban sus longitas que le parecían hermosas, dejando que el pelinegro le bajara la ropa interior a tirones.

Una vez tirada en alguna parte, se frotó a él con algo de fiereza, disfrutando sus gruñidos y desesperación.

- Me extrañaste?- Preguntó de manera hostil viéndole con algo de rencor por cambiarle por una libreta.

El menor asintió repetidamente agarrándose de sus brazos, bajando sus manos hasta sus glúteos que apretó y presionó hacia él para sentir aún más.

Sicario. {Frerard}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora