C54

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Trata de arreglarse la estúpida corbata y ya empieza a odiar el traje.

Le asfixia demasiado.

Carajo.

¿Qué no solo puede desposar a su gordito profanándolo en alguna habitación de hotel en Hawaii?

Todo sería más fácil de ese modo, ciertamente. Pero no. Su marrano quería una boda y esas cursilerías. Ugh.

Estar enamorado era una plasta en esos casos.

Tenía que soportar todas esas cosas rosas y corazones por todos lados. ¿Y todo para qué?, para al final ver la sonrisa más bobalicona del mundo en Gerard.

¿Qué si valía la pena?

Por supuesto, pero no por ello deja de ser una plasta.

Suspira cansado agachándose cuando Pea le rasguña los pantalones demandando su atención. Sonríe acariciándola quedándose quedo cuando una banda le cubre el rostro.

Se queda en tranquilidad puesto que antes de empezar a partir cabezas necesita saber quién le está jugando una jodida broma en su boda.

- ¿Gerard?- Pregunta para confirmar.

La respiración en su cuello es pesada y entonces es volteado mientras unas manos le tocan el pecho. Ríe.- ¿Gee?... ¿Acaso quieres otra luna de miel adelantada?- Bromea. Recibe un pellizco en su abdomen quejándose para después empezar a removerse.- ¿Gerard?- Pregunta de nuevo y al no recibir respuesta, sabe que algo anda mal. Así que sin más dispone a quitarse la banda y abre los ojos viendo a Shannon frente suyo.- Por la puta, tú no eres mi marrano.

Este le besa abrupto de manera salvaje, forzándolo mientras toma sus mejillas. Frank le empuja enseguida mordiéndole.

Shannon suelta una risita y Frank se pone de pie a punto de gritarle que se largue, entonces los párpados empiezan a pesarle junto a su equilibrio.

Algo no anda bien.

- Dulces sueños, amor... Cuando despiertes, ya no habrá Gerard en tu vida, solo yo. Como siempre debió ser.- Y sus ojos se cerraron, junto a su cuerpo que se desplomó en el suelo.




Corrió enseguida a la puerta siendo jalado por el hombre y botado al suelo.

Todo el rebotó enseguida mientras este le arrastraba.

- ¡Mi traje!- Se quejó. Una risa se oyó tras suyo y entonces se medio volteo para así patear a aquel hombre.

Tuvo que repetir el proceso pues este no le soltaba. Y aunque volvió a intentar pararse, fue de nuevo sostenido y arrastrado por el piso.

Cuando intento volver a levantarse, recibió un golpe con un martillo.

La cabeza se le aturdió. Solo veía al hombre removiendo su maleta y sonriéndole.

- Mira nada más... Traje muchos juguetes, pero no pensé que haría realmente una carnicería contigo... Tendremos que improvisar.- Levantaba las manos pues empezaba a ver doble y quería atrapar al sujeto frente suyo. Llevando una mano al golpe, observó sus dedos manchados de sangre. Negó mientras se componía lo más pronto posible, reaccionando cuando el sujeto sacó de su maleta un martillo pero de otra magnitud y peso. Una forma redondeada que tenía certeza, le destrozaría el cráneo.

Se quitó enseguida quitándose los zapatos y lanzándoselos al sujeto, corriendo al baño y encerrándose con seguro.

- Brillante, Gerard.- Se gruñó a sí mismo.

Una risa estruendosa se oyó tras la puerta mientras este apoyaba su cuerpo a la pared contraria.

Trataba de mantener la respiración acercándose al lava manos donde se lavó la sangre y la cara. Trató también de recuperar su visión equilibrada, respingando cuando la puerta del baño empezó a ser golpeada por el martillo.

- ¡Ábreme, bolita de grasa!... Papi solo quiere jugar contigo.- Gerard resopló empezando a sentir el dolor más intenso ante el ruido, volteándose a donde un gran hoyo se hacía en la puerta. La cabeza del hombre acercándose como aquel sujeto en la película de "El resplandor". Hasta la misma locura poseía en la mirada.

Apretó los labios viendo a su alrededor y tomando la cortina de baño, arrancándola y buscando luego bajo el lava manos, el ácido.

Espero a que el hombre rompa por completo la puerta y entonces se puso tras esta.

Fue directo hacia él tirándole el ácido.

El hombre lo esquivo alzando el martillo, siendo más rápido él cuando le cubrió el rostro con la cortina de baño y la apretó entorno para así ahogarle.

Tuvo que aplicar fuerza y por un momento el hombre se le escapó, forcejeando por todas las partes del baño hasta que chocaron con el lava manos de nuevo y Gerard le tomó del cuero cabelludo para así golpearlo contra el cristal.

No le bastó con una así que optó por golpearle un par de veces más y así volver a ponerle la cortina.

- ¡No sé qué carajo, pero hoy es mi maldita boda!- Aún con la cortina ya empezando a asfixiarle por completo, vuelve a golpear su rostro, esta vez contra el lava manos, viendo como el hombre dejaba de luchar por lastimarle y empezaba a luchar por quitarse aquella cortina.- ¡Me acabas de arruinar un traje que me costó conseguir!, digo, no hacen tallas en buenos modelos como este a menos que pagues una exorbitante cantidad de dinero, y mi Frankie no quería siquiera hacer ni mierda. Y bueno...- Golpea de nuevo, asegurándose de aún no matarle soltando un poco la bolsa para que tome aire y luego cerrándola de nuevo.- Tuve que literal ponerme un cojín por una semana después de la follada que me dio por toda la habitación para que al fin aceptara que una celebración como esta valía la pena. ¿Ósea, sabes cuando me costó lograr que se colocara un traje encima?- Otro golpe y la sangre empezaba a regarse dentro de la cortina.- Ahora me has lastimado mi rostro que con mucho tiempo de anticipación me he cuidado, por qué ósea, uno debe verse divino para su boda. Y bueno, me apliqué tratamiento en crema en todo el cuerpo para la luna de miel.- Se aseguró esta vez de apretar por completo y acercar la cabeza del moribundo hombre a él. Era fuerte, si, pero no tenía su fuerza por súper gordura, ósea, ternura, como él.- Pero aquí estás, muriendo por enojarme el día de mi boda.- Gruñe.- También soy un sicario, estúpido. Quien te haya contratado, se le olvidó informarte que esta familia, es la familia Iero, y con ella nadie se mete.- Terminando de golpearlo contra el lava manos, esta vez con una mayor fuerza que hizo el cráneo fragmentarse y partes del cerebro escaparse.

No satisfecho, ya que algunas gotas de sangre le salpicaron, Gerard tomó el martillo por ahí tirado y se aseguró de destruir de lo que el cráneo quedaba, gritando para, lo que según Linda era, deshacerse del estrés.

Cuando hubo terminado, el alivio fluyó por sí solo.


***
Holi boli crayoli :D

Tengo sueño :c

¿Qué les pareció?

🌻

Sicario. {Frerard}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora