Sicario. {Frerard}

C38

Sus mejillas estaban rojas hasta el tope, y jalaba disimuladamente su falda para que no se notara la abertura que causó Frank en sus medias.

- Oh, cariño, no te avergüences!, tú suegra es una madre moderna.- Le dice Linda Iero. Gerard hace un puchero y Frank entonces le abraza con dulzura, aunque su rostro este hacia la ventana, con las mejillas sonrojadas y fingiendo demencia.

Llegan a casa y lo primero que ven es a Sweet Pea en el recibidor, corriendo hacia ellos.

Gerard ríe mientras se inclina a abrazarla.
- Hola Pea... Mami llegó.- Le indica besándole sonoramente. Ella ladra y luego ve a Frank, moviendo la cola con ímpetu, que logra derretir aún más el corazón del sicario.

La carga y le da varios mimos antes de bajarla para dejarla correr.

Ray cierra la puerta dejando la maleta de Gerard aún lado, y entonces unos pasos se vienen a ellos.

Un rubio mastodonte conocido para el pelinegro.

- Bobby!- Le saluda. Este frunce el ceño ahogando algún insulto incierto hacia el gordo por cómo acaba de llamarle pero se lo traga y Gerard ya empieza a olerlo raro por ello.

- Tenemos... Uhmm una visita...- Frank frunce el ceño caminando frente al rubio para preguntar de que carajo hablaba cuando unos pasos salieron del pasillo donde estaba el despacho de Frank.

- G-Gerard?- Diciendo el nombre del pelinegro quien respingó al reconocer la voz.- Sí eres tú!, Gerard!- Sus verdes abiertos de par en par extendiendo los brazos a quien se había lanzado a abrazarle.

- M-Mikey...- Todos se quedaron algo atónitos con la escena excepto Bob quien ya sabia acerca de aquel pequeño rubio.

Frank gruñó viendo severo a su novio pero este le ignoró por completo, logrando sacar de él un bufido.

- Oh, Dios mío!, sabes cuánto tiempo te he buscado?- El rubio tenía los ojos llorosos y Gerard entonces se sintió culpable:- Qué haces vestido así?- Sonrío a medias. Gerard se encogió de hombros.

Desde que había huido de casa, jamás había hecho el intento de volver a contactar a su madre y su hermano.

- Quién diablos es este mocoso?- Interrumpió el tatuado. Gerard suspiró viéndole con una pequeña sonrisa.

- Es mi hermano menor, Frankie.- Le dijo. Enseguida a el castaño se sintió algo tonto por siquiera sentir una pizca de celos.

Ósea, esa cosa flacucha jamás le sería competencia.

La cena es un poco, bastante, incomoda.

Frank como siempre a la cabeza con Gerard de un lado y su madre del otro.

Al lado de su gordito el flacucho y frente a este Ray y Bob, que no dejan de mirar al rubio con, interés?...

Pero si parece un hueso!, uno que podría darle a Sweet Pea por las noches para que Mami y él hagan cosas para mayores.

- Hey tranquilo... Hay más de donde vino esa.- Ríe su gordito, quien está atento de esa cosa. Frank le mal mira y siente luego un pellizco de parte de su madre para que se comporte.

- P-perdón... Yo... No he comido en varios días.- Eso solo le llena de más culpa.

- Como supiste dónde encontrarme?- Mikey tragó y tomó un gran sorbo de agua negando.

- No lo sabía. La nota que dejaste no decia mucho, y mamá tomó el dinero que nos diste para vivir. Luego ambos nos pusimos a trabajar, y entonces las pequeñas cuotas de dinero empezaron a llegar... Hace poco.- Hizo una mueca sonriendo débil ladeando el rostro.

- Perdonen... No había conseguido un trabajo decente hasta hace unos casi tres meses masomenos.... Tampoco tenía mucho para vivir.- El rubio negó enseguida.

- Esta bien!, enserio. Mamá consiguió empleo en una cafetería y ahí conoció a un tipo que realmente me cae de la patada. Siempre se llevaba mi dinero para comprar alcohol, y ella no le decía nada. Entonces un día me metí a su habitación y vi el sobre con el dinero que enviaste. Ahí decía el apartado postal. Tuve que robar una tiendita nueva de la esquina para sobornar al de correos y que me diera la dirección exacta. Huí de casa, y ahora heme aquí...- Gerard apretó los labios escuchando la pequeña historia.

No había mucho sentido, a excepción de que su hermano estaba harto del tipo con el que al parecer su madre salía y lo comprendía pues, bueno, Donald era un hijo de puta que la había abandonado con dos hijos en la pobreza.

- Y qué?, acaso esperas limosna o qué?- La voz de Frank le sacó de sus pensamientos volteando a verlo con molestia.

- Frank.- Le llamó la atención, cosa que le sorprendió a ambos ya que Gerard nunca solía cuestionar sus palabras.

- Acaso sabe de qué trabajas?, sabe quién soy yo?... Ha pisado terreno peligroso.

- Basta. No discutiremos ahora esto. Ray, podrías mostrarle a Mikey una habitación de huéspedes?-

- Se va a quedar!?- Gerard entonces fulmina al tatuado con la mirada, y este solo contrae el rostro ante la cólera palpable de su gordito.

- Gee... Está bien... Si no se puede, regresare a casa. Solo necesito dinero para el pasaje y

- Has dicho que no te gusta vivir con ese hombre por qué te quita tu dinero, no?- El asiente.- Te ha hecho algo más?

- Amm... Yo...- Mikey balbucea y Gerard le ve severo. Demasiado.- Aveces me pega e insulta. Dice que doy asco por lo flaco que estoy, que solo anda con mamá por qué le da buen sexo... Al menos no la golpea y tampoco le quita su dinero...- Entonces comprendió lo sacrificado que había estado su hermano. Traga saliva y niega.

- Esta bien. Ray te mostrará una habitación.

El moreno se para enseguida y Mikey le sonríe tímido siguiéndole, entonces Bob se para y Gerard le ve extrañado. Solo se encoge de hombros y se va tras los otros dos.

Linda quien esta en silencio observándoles solo niega y sonríe.

- Buenas noches Gee, cariño.- Poniéndose de pie para así irse.

Entonces quedan Frank y él.

El castaño bufa desviando la mirada.

- Frank...- Suspira.

- Pasaste de mi autoridad.

- Es mi hermano menor!

- Eres un sicario!, se ve que es demasiado débil como para entenderlo, sobre todo como para trabajar en algo referente a esta familia!- Le hace notar. Pero el gordito frunce el ceño y bufa.

- Lo mismo pensabas de mí y heme aquí!- Extiende sus brazos demostrándole.- Sí no aceptas a Mikey aquí entonces yo igual me voy.- Finaliza poniéndose de pie mientras ve el rostro del tatuado deformarse.- Y hoy duermes en otra habitación.

***
Ya nos salió en Moiki

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