Capítulo 4. Recupérate pronto

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Pareciera que el tiempo me apresuraba para irme, la semana se había ido tan rápido a mi parecer.
Preparé mis maletas con mi ropa, mi madre me había comprado ropa nueva con sus ahorros, le pedí que no me mandara dinero, todos mis papeles estaban listos.
Un sábado por la tarde decidí ir a visitar a mi amigo en el hospital, le compré algunos de esos Snacks que a él le gustaban mucho, pregunté en la recepción por su habitación. 

—Es la habitación 415

—Gracias -hice reverencia a la secretaría-

Caminé buscando la habitación 415, cuando la encontré miré desdé el cristal y lo pude visualizar a él en ropa de paciente, sentado en su cama mirando hacía la ventana, dí dos golpecitos a la puerta y entré.

—Hola ¡Bam! 

—¡Nutria! -dijo emocionado-

—¿Como estas hermano? -me acerqué a él-

—¡YoungJae! -se tiró en mis brazos- Te he extrañado tanto

—Tranquilo, apenas el lunes nos vimos ¿todo bien?

—Estoy un poco cansado, me duele la espalda, esta cama está tan incómoda, pero todo bien -fijó sus ojos en la bolsa que traía en las manos- ¿Que traes ahí? -me señaló con los ojos la bolsa negra que traía en mis manos-

—Unos Snacks que tanto te gustan, le pregunté al doctor si podías comerlos y me lo autorizó -puse la bolsa en la cama y la abrí- Come lo que quieras -acaricié su cabeza-

—Ohhhh~ Ya extrañaba estas cosas -comenzó a comer-

—¿Como van tus examenes? -dije mientras abría una bolsa de papitas-

—Pues...Me han hecho varios, se supone que son de rutina -hizo unas comillas con los dedos- Especialmente de los ojos, creo que mi vista empeora al paso de los días.

—¿Te han dicho algo al respecto?

—No realmente, solo hablan con mis padres

—Te llamaré todos los días

—Me molestaré los días que no lo hagas, además  no creo que sea tan necesario, jeje...

—¿?

—Pediré a mis padres que me trasfieran -mostró sus blancos dientes en una gran sonrisa cuadrada- Quiero estudiar contigo en seúl.

—¡¿Qué?! ¿Crees que te lo permitan tus padres?

—No veo el motivo de negarmelo...

—Sería genial si te dejan, por favor, Avísame, y tus padres?

—Fueron a casa, en la tarde regresan -me sonrió-

—¿Cuando vas a salir de aquí? -dije mientras miraba alrededor- Es aburrido ¿Cierto?

—Aún no me han dicho, no se nada, me frustra.

—Estoy seguro que no quieren alarmarte o preocuparte, tranquilo, pronto saldrás de aquí
¿Hay algún baño en este piso?

—Sip, justo al final del pasillo

—Dame un momento, tomé mucha agua en el camino

Me levante de la cama y caminé hasta la puerta, apenas puse un pie fuera escuche un quejido de BamBam, voltee a verlo y noté que ambas manos las tenía en la cabeza mientras se retorcia en la cama...

—¡BAM BAM! ¿QUE SUCEDE? -me acerqué a él muy asustado-

—¡MI CABEZA DUELE! -cerró los ojos para tratar de soportarlo- ¡DUELE MUCHO! ¡AHHHHH!

—Espera...-fui por algunos doctores o enfermeras, entraron a la habitación con una inyección- ¿Por qué está así? -las mire, pero pareciera no me escuchaban o no querían decir nada-

—¡NO! ¡AGUJAS NO! -dijo bambam asustado-

—Quedate quieto por favor, esto te lo calmará -dijo la enfermera-

—BamBam, Tranquilizate -tome su brazo fuertemente para que no se moviera-

La enfermera le puso la inyección y eventualmente BamBam se fue calmando, el dolor disminuía y él poco a poco se quedaba dormido, la enfermera salió y la seguí deseperado-

—D-disculpe ¿P-por qué se puso así? ¿Es normal? ¿Esta enfermo? -ataque con varias preguntas-

—¿Eres algún familiar?

—Es mi amigo, mi mejor amigo -recalqué-

—Lo siento hijo, pero si no eres algún familiar no puedo darte información por órdenes de los padres -dicho esto se dió la vuelta y se marchó-

—Pero...Gracias -murmuré, regresé a la habitación cabizbajo, encontré a mi amigo durmiendo comodamente lo que me ayudo a tranquilizarme un poco- ahh~ BamBam -suspiré sentandome a su lado-  ¿Que és lo que verdaderamente te pasa? -acaricie su cabeza- Bam~ debo irme ya..-miré a la ventana, el cielo se tornaba oscuro- Es tarde...

Revisé mi mochila, saqué una hoja de papel y una pluma:

Bam~ Hermano, recuperate pronto ¿si? Tienes que ir conmigo a la escuela, trabajaré y compraré un telefono para que podamos hablar, nos vemos pronto. 

               -YoungJae.

Dejé la nota sobre la mesa que estaba a un lado de la camilla, lo miré por última vez y le dí la espalda, camine hasta la puerta y salí.

—Adiós Bam~ -murmuré-

Caminé por los pasillos del hospital topandome la salida, ya estaba un poco oscuro, me dirijí a la parada del autobús que me llevaría a casa nuevamente.
Horas más tarde me encontraba sentado en la cama mirando mis maletas, realmente me sentía preocupado por Bam, sabía que no eran unos simples exámenes, pero le dije lo contrario para no asustarlo, por algún motivo sus padres no se lo dicen y ese "motivo" me preocupa, me levanté y fui a la cocina en busca de un poco de comida, mi madre de nuevo tenía el turno nocturno y no estaba en casa, cené solo en la oscura noche, lave los platos que utilicé y me fui a la cama.
Al día siguiente me levante un poco ansioso, mañana me iría y estaba un tanto feliz y un tanto triste, mi madre me ayudó a preparar las últimas cosas que necesitaba por casi toda la mañana, al llegar la tarde nos sentamos en la mesa, ella quería hablar conmigo antes de irme.

—Hijo, no podré ir a dejarte en la parada del autobus -tomó mi mano y la acarició con su pulgar-

—Trabajaras...¿cierto? -la mire preocupado- Madre, ¿hasta cuando piensas seguir trabajando sin descanso? Te puedes enfermar.

—No te preocupes por mí hijo, tu madre es fuerte -me sonrió calidamente- Hijo, cuidate mucho mientras estas en la ciudad, sé que ya no eres un niño pero para mí, lo sigues siendo, come a tus horas, estudia mucho.

—No te preocupes por mí, estaré bien, me adaptaré rápido, ya verás

Mentira, YoungJae es un chico que le tiene temor a lo nuevo y le cuesta trabajo adaptarse, una nueva escuela no sería tan facíl para mi, pero me esforzaré para poder mantenerme en ella.

—Esta bien, tu puedes cariño

—Estaré bien mamá, cuando consiga un trabajo me compraré un celular para poder comunicarme contigo seguido, me sé tú número de memoria.

—¿Trabajar?

—Si mamá, no quiero colgarme de ti, así que no me mandes todo tú dinero que tú tambien tienes que comer bien.

—Bueno, pero, no descuides los estudios ¿si?

—No~ puedo hacerlo -asentí con la cabeza-

Mi madre se mantuvo dandome consejos toda la tarde antes de irse de nuevo a su trabajo, decidí cenar temprano y tomar una ducha para irme a dormir pronto, me recosté en la cama de mi cuarto pero mantenía abierto los ojos fijamente mirando al techo, muchos pensamientos pasaban por mi cabeza, especialmente mi amigo, ¿por qué ahora Bam? No quiero irme y dejarte solo pero no puedo retrasar los días...

☼︎𝑴𝒊 𝑴𝒂𝒍𝒅𝒊𝒕𝒐 𝑰𝒅𝒊𝒐𝒕𝒂☼︎ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora