Capítulo 23. Buscaremos una forma

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Jinyoung los miró de lejos, el trato que había hecho con Mark acerca de alejar a Youngjae de Jaebum no lo había logrado, ni lo había intentado, no le podía hacer eso a un amigo que estuvo a su lado en el peor momento así que estaba dispuesto a trabajar duramente para pagar cada centavo que este le dio. Jinyoung solo caminó cabizbajo mientras la lluvia lo empapaba rápidamente. 

—Tienes toda la ropa mojada, regresemos a los dormitorios.

Entraron al auto, Jaebeom ya se había tranquilizado un poco.

—Vamos a la casa de mis padres.

—No, está tu prometida allí.

—No le digas así, y no, no está, regresó al hotel donde se está quedando, no te preocupes.

—Si ese es el caso, está bien

Los chicos llegaron a la casa, bajaron, ya la cocinera tenía puesta la mesa para ellos. 

—Joven -dijo la empleada al mirarlo todo mojado- Ya esta la cena, cámbiese, rápido, se puede resfriar.

—No te preocupes, ya voy. Vamos -subieron a la habitación- 

—Ten esta toalla, y...esta ropa, sé que la mía te queda un poco grande, pero es lo único que tengo

—¿Puedo ducharme? Huelo a comida y a sudor

-Claro -sonrió- 

Youngjae se quitó las gafas y las dejó en la cama, Jaebeom se cambió de ropa y se acostó mientras lo esperaba, curioso, tomó las gafas del chico y se los puso. 

—¡WOW! Este chico si que tiene problemas. ¿Cuanto tendrá esto de aumento? Se ve muy fuerte 

—5 y 6 en el izquierdo. -salió del baño-

—Ah?

—No te los pongas, te puede marear. 

—Ya lo noté, y...de verdad fuiste muy rápido en la ducha. 

Se levantó de la cama y caminó hacía a él, pasó su mano en su cabello del menor, los cabellos que cubrían su hermosa frente.

—¿Cenamos? 

—Por favor, muero de hambre

Felizmente, entre risas y bromas disfrutaron de sus alimentos, olvidándose de los problemas externos, solo pensando en ellos mismos. Al terminar sus alimentos, la señora vino a recoger los platos y llevarlos a lavar. 

—No, no se preocupe, yo lo hago -dijo Youngjae levantándose de su silla y comenzó a recoger todos los platos- 

—Puedes irte a descansar, nos encargaremos de esto. 

—Muchas gracias, hasta mañana Joven, buenas noches a los dos. 

—Buenas noches -respondió muy educado-

Youngjae rápidamente llevó los platos a la cocina.

—Wow, eres muy eficiente en el restaurante 

—Así es, aprendí en poco tiempo. 

—Te ayudaré a lavarlos. 

—No, no te preocupes, yo lo hago. 

—Pero quiero ayudarte 

—Ya has hecho suficiente, yo haré esto. -asintió mientras una sonrisa convenció al chico insistente- 

—Esta bien, iré a tender nuestras ropas para que se sequen, pero antes...-tomó un delantal y se acercó- No te mojes la ropa -con toda la ternura del mundo se lo puso y para amarrar el delantal por detrás, con un abrazo indirecto lo ató- 

Youngjae ya se sentía bastante sonrojado, así que solo sonreía tímido. 

—Ya está, ahora si, ahora vuelvo. 

Youngjae comenzó a lavar los platos rápidamente pero con cuidado de no romper ninguno, ya que ya había cometido ese error en el trabajo. Terminó de lavar los platos, se quitó el delantal y lo colocó en su lugar, Jaebeom no había regresado así que decidió subir a la habitación, la puerta un poco abierta que dejaba ver al chico hablando por teléfono, Youngjae no quiso interrumpir así que decidió marcharse, pero algo lo hizo detenerse.

—Padre, por favor, no me casaré, dile a esa chica que se marche. 

Pero al parecer las respuestas eran negativas por parte del padre. 

—Padre, no puedo casarme ahora, no puedo, no lo hagas. Padre, es la última vez que te lo digo, NO ME VOY A CASAR -enojado colgó y tiró el teléfono en la cama-

Youngjae mejor bajo a la sala de estar, esperando el momento en quebaje, pensando muchas cosas, no le había contado lo de su padre, sabía que no era el momento adecuado...

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Mientras Youngjae revisaba sus redes sociales acostado en la cama, Jaebeom salió al balcón a fumar un cigarrillo. 

—Tienes que dejar de hacer eso

—¿Qué cosa?

—Fumar 

apagó el cigarro y entró. 

—Tal vez pueda hacerlo -apagó las luces y se acostó junto a él- 

—¿Desde cuando lo haces?

—Comencé a los 15 años. 

—¿no te dijeron nada tus padres? 

—Mis padres jamás me miran con atención, ¿Crees que se darían cuenta?

—Intenta dejarlo, te hace daño

—Lo intentaré, Sabes...cuando te conocí por primera vez, me pareciste un chico interesante. 

—A mi me diste miedo...

La habitación se lleno de platicas risueñas y amenas, los chicos disfrutaban estar juntos, pero eso no iba a durar para siempre. Al día siguiente, Jaebum se levantó primero y bajo a la cocina por un vaso de agua.

—¡Oh! Ahí estas -dijo aquella voz femenina-

 —¿que no te has ido ya? -dijo disgustado- 

—¿Quién dijo que me iría? Si acaba de llegar

—Puedes quedarte entonces, me iré yo.

—¿por qué eres así conmigo?

—Solo vete -se dio la vuelta dispuesto a regresar a la habitación-  

—¡Espera! -lo tomó de la mano- 

—¿Qué quieres? 

—¿No te atraigo ni un poco? Mis padres son ricos, soy bonita, tengo buen cuerpo ¿que mas quieres? 

—Esto no tiene que ver contigo, pero no puedo casarme

—Tal vez si...-se acercó a él- Tu eres muy guapo y atractivo...-con una de sus manos  acarició el abdomen del chico- Tal vez solo te falta algo -se acercó aún mas rozando los labios del chico- y yo, soy ese algo. 

—¿Eso es lo que quieres? 

El chico bruscamente tomó sus mejillas y la besó, la chica feliz de lograr su cometido siguió aquel salvaje beso hasta que Jaebeom se alejó. Youngjae miraba todo desde las escaleras, él solo estaba buscando a su chico y precisamente su chico se besaba con su prometida...




☼︎𝑴𝒊 𝑴𝒂𝒍𝒅𝒊𝒕𝒐 𝑰𝒅𝒊𝒐𝒕𝒂☼︎ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora