Capitulo 4 "Secuestrada"

17.5K 1.3K 9
                                    

¿Cuántos días han pasado? No tengo ni la menor idea. Días, semanas, quizás meses. Aun no lo sé. He estado bajo los efectos de la droga. Alguien me da de comer un caldo asqueroso y después no se de mí, hasta que vuelvo a despertar y repiten la operación. Me siento horrible. Cuando estoy despierta quiero vomitar. A veces siento gente cercana a mí y que tocan todo mi cuerpo. La forma en que lo hacen es una sensación asquerosa. Quisiera morirme. Esto es horrible.

Escucho a alguien acercarse. Levantan mi cabeza, quitan la venda de mi boca. Yo cerré mis labios fuertemente. Odiaba ese caldo y no quería que me drogaran otra vez.

- Abre la boca---dijo esa persona con un pésimo inglés.

Yo no hice caso. Mantuve mi boca cerrada, hasta que alguien me dio un golpe en el estómago y me jaló el cabello muy fuerte. Solté un gemido de dolor. Me había dado duro. 

- Por favor no me de eso---dije con una voz que no reconocía. Era ininteligible.

- Silencio y abre la boca

La volví a cerrar, pero él con sus dedos, presionó con fuerza mi boca haciendo que la abriera por el dolor. Me dio el caldo. Lo quise escupir pero no pude. Hizo que me lo tragara por completo. Quería llorar, pero ya no siento mis ojos. "Dios que alguien me ayude, ya no aguanto esto" rogué internamente hasta que me quede dormida nuevamente.

***

Mi mente da vuelta. Estoy sin fuerza. Acabo de despertar tras la droga que me dieron. Traté de levantarme para ver si se me quitan las náuseas y la sorpresa que me llevé es que mis piernas ya no estaban atadas. Me fui arrastrando poco a poco hasta me pude sentar. Sin embargo, me di cuenta que mis manos ya no se encontraban amarradas a cuerdas si no a cadenas y mi boca no estaba tapada. Era extraño. Después de tanto tiempo de una forma, ¿Por qué ahora la tenían así? Estaba asustada. Se encontraba en otro lugar. Escucho ruido. Eran voces de hombres. Hablaban en árabe.

- ¿En dónde estoy?---dije con voz roca--- sáquenme de aquí. Les daré todo el dinero que quieran.

Pero nadie respondió. Solo me ignoraron. Volví a hablar pero nada. Solo recibí gruñidos de su parte. Siento que alguien se acerca y me toca las piernas de manera asquerosa.

- No me toquen---dije casi sollozando pero esa persona me respondió con un golpe en la espalda.

Solté un alarido de dolor y varias personas posaron sus manos en mi cuerpo. Era desagradable. Ultrajaban mi cuerpo y yo no podía defenderme.

***

Tengo sed y hambre. Ya no me han dado más la droga. Pero creo que eso ha sido peor, ya que solo me dan una comida al día, casi no me dan agua y los dolores en el cuerpo son intensos. Estoy asustada. No sé qué pasará con mi vida.

Otra vez escucho voces acercándose. Como siempre, eran hombres. Empecé a temblar. No quería que me tocaran. Tenía miedo. Siento como alguien acaricia mi cabello y luego su mano baja a mi barbilla. Solté un gemido involuntario de pánico. Su roce era asqueroso. Escucho como se ríe y habla en un inglés casi incomprensible.

- Hola hermosa---dijo una voz desconocida--- hoy es tu día de suerte.

- ¿Por qué me hacen esto?---dije llorando--- déjenme ir. Pero no respondió. Solo escuché una risa de maldad--- por favor, les puedo pagar lo que sea. Díganme un monto, pero por favor suéltenme.

- Lo siento hermosa—dijo en su ingles horrible--- pero aquí no hacemos las cosas así. Tú eres una valiosa mercancía. En esta época no se ven hermosas jóvenes como tú.

- no entiendo—dije llorando---yo solo quiero marcharme

- lo sé—dijo el riendo---pronto lo harás---y se volvió a reír macabramente

Sus pasos se fueron alejando. Mi cuerpo temblaba. ¿A qué se referiría con mercancía? No me digas que... ¡Oh dios me van a vender! Suena atroz, ilógico, demente. Tal vez me estoy volviendo loca por tanta droga. Si eso debe ser. La droga.

- ¡OYE! ¡VUELVE! ¿A QUÉ TE REFIERES CON MERCANCIA?---grité como pude

- No volverá hasta dentro de un rato---dijo una voz de mujer en inglés. Su voz sonaba ronca.

- ¿Quién eres tú? ¿Desde cuándo estas aquí? ¿Dónde estamos? ¿Eres prisionera? ¿Puedes ver?---dije lanzando las preguntas rápidamente

- Sí, soy prisionera igual que tú. No sé cuánto tiempo llevo secuestrada. Tampoco sé dónde estamos y no puedo ver, llevo una banda en los ojos. Solo nos secuestraron y nos trajeron a este lugar.

- ¿Nos secuestraron?

- Si-- dijo otra voz femenina--- aunque nos secuestraron de diferentes formas.

- Oh dios mío---dije en su sollozo

- Yo me llamo Arianna Harrison, tengo 18 años y soy de Inglaterra. Vine con mi compañía de ballet. Después de una de las producciones, al salir del teatro me secuestraron---dijo la primera voz que escuché.

- Y yo soy Janni Gómez, tengo 24 años. Vine a Qatar por una expedición arqueológica de la Universidad de Montreal. Soy de Canadá. Estaba en mi carpa cuando de repente vinieron unos bandidos a saquearnos y me llevaron con ellos.

- Yo soy de Inglaterra. Me llamo Leah Hamilton y tengo 23 años. Vine por un proyecto de mi empresa y por la desaparición de mi socio. Cuando estaba yendo al aeropuerto para regresarme a Londres, me secuestraron. No tengo idea de hace cuánto.

- Nosotras tampoco---dijo Janni llorosa

- ¿Qué creen ustedes que nos va a pasar?---dije asustada

- ¿No lo escuchaste?---dijo Arianna triste

- Somos mercancía. Nos van a vender---dijo Janni con rabia

- Oh dios mío---dije sollozando--- maldición-- exclamé halando las cadenas de mis brazos para ver si lograba liberar mis manos. Lo que había pensado se hizo realidad. Nos van a vender. 

Cautiva por el Jeque- Serie Amigos De La Realeza N°1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora