Estrés.
Esa es la palabra que muy bien me define ahora. Me encuentro viajando en avión para el Reino de Kalam en Qatar. Uno de los proyectos de mi empresa tambaleaba por culpa de Anthony. Él es mi socio pero era la persona a cargo del proyecto. Entre los dos creímos que era mejor que él tomara las riendas del proyecto, debido al país con el que trabajaríamos. Los árabes a veces eran un poco cerrados con la mezcla de mujeres y negocios. Sin embargo, ayer recibí una llamada de la persona que hacía el enlace con los inversionistas y resulta que Anthony no apareció por ningún lado, y él debía asistir a la reunión para exponer el proyecto a los del gobierno catarí y el enviado por la monarquía, para la compra de unos paneles solares fotovoltaicos, los cuales serviran a las comunidades rurales de Jor, al noreste del país. Lo he llamado varias veces a su celular, pero nunca contesta el bendito aparato. Me preocupa mucho la situación, ya que Anthony no es así, algo debió haber pasado. Estoy estresada. Al llegar al país, primero debo ir al hotel, buscarlo y luego ir ese mismo día a la prórroga que nos concedieron para realizar la reunión.
Tres horas después el avión estaba aterrizando. Bajé y tarde en buscar mis cosas. Al tener las maletas, busqué entre las personas a alguien que tuviera un cartel con mi nombre. La persona enlace iba a enviar a un guía para que llevara al hotel donde se hospedaba Anthony. Cuando lo visualicé, sonreí y me acerqué.
- Hola yo soy Leah Hamilton—dije con una sonrisa
- Hola señorita Hamilton, la estábamos esperando—contestó aquel hombre bajo de piel morena con rasgos árabes bien marcados y una pronunciación del inglés un poco torpe--- me llamo Bishr, seré su guía.
- Muchas gracias señor Bishr---dije seria pero amable.
- Déjeme tomar sus cosas—dijo él agarrando las dos maletas de ruedas.
- Gracias---dije aliviada porque estaba realmente cansada.
Seguí a Bishr hasta una camioneta oscura. Él me abrió la puerta trasera y me monté. "Como quisiera dormir por un largo tiempo" pensé con cansancio. Pero no. Primero ir al hotel y luego a la reunión.
- Por casualidad ¿usted no sabe nada de mi socio? Me dijeron que no apareció---pregunté
- No señorita—dijo Bishr viendo fijamente la ventana frontal--- debe esperar a hablar con mi jefe.
- Oh bueno---dije con una mueca—gracias
- Por nada señorita---dijo él aun con la mirada fija.
Él siguió el camino, hasta que se estacionó en un gran edificio de ladrillos. Al parecer ese era mi hotel. Bishr me abrió la puerta y salí. Agarró nuevamente mis maletas y fuimos hasta información. Ya todo estaba reservado. Pidió mis llaves y él me las tendió.
- Señorita mis jefes le mandan a decir que la reunión es en dos horas. Así que yo la buscaré dentro de una hora y media. Descanse un poco y le doy una recomendación. Usted está en un país lejano y diferente al suyo. No vaya a salir sola por ahí. Aunque estamos en un país abierto a la liberación de la mujer, no es recomendable que una mujer salga sola y sobretodo tan hermosa como usted.
- Oh—dije un poco nerviosa pero sin demostrarlo---no se preocupe que de aquí sin usted no salgo. Gracias por la recomendación, se lo agradezco. Lo esperaré exactamente dentro de una hora y media.
Bishr asintió con la cabeza y salió por la puerta principal. Yo agarré mis dos maletas y me dirigí a los ascensores. Mi habitación quedaba en el piso 5. Al llegar busqué el número de la habitación y cuando lo encontré, abrí la manilla y quedé impresionada con la majestuosidad de ella. Era imponente. Toda la decoración era árabe, con tonalidades de marrón y beige. Era muy hermosa. Dejé mis maletas por ahí y me tiré a la cama. Estaba realmente cansada.
ESTÁS LEYENDO
Cautiva por el Jeque- Serie Amigos De La Realeza N°1
RomanceElla era la mujer más imposible del mundo. Controladora, fría, sin corazon, acostumbrada a que le obedezcan sin rechistar. Piensa que todo gira a lo que ella diga y casi nunca toma en cuenta la opinión de los demás. No podía esperarse menos de la mu...