Narra Zayn
No podía creer que aun después de tan espectacular beso, ella aún seguía resistiéndose a mí. ¿Es que no entendía que la deseaba con locura? Pero Leah solo pensaba en el dichoso británico. No dejaré que se vaya hasta que caiga ante mí. Además que el peligro está latente. Lo que Abdul ha investigado confirma mis temibles sospechas. Hay infiltrados en las tribus rebeldes para derrocar la monarquía de Kalam. Lo que no entiendo es el motivo del secuestro de Leah Hamilton. ¿Qué ganarían ellos con eso? A mi parecer nada, pero ya lo hicieron y lo volverían a hacer si se enteran que ella se encuentra aquí. Ya alerte a mi padre de todo lo que estaba pasando. Él se molestó conmigo por no decirle desde un principio lo que ocurría pero entendió que solo quería averiguar contra quien peleábamos. Así que envió a más soldados a custodiar la ciudadela. Aunque tengo la confianza de que aquí no se atreverán a venir. Muchos saben de mi grupo elite de mercenarios. Sonreí para mí mismo y camine hacia la puerta. Iría a ver a mis amigos. Debía actuar normal como si nada estuviese pasando. Mientras todo siga con regularidad nadie se alteraría ni cundiría el pánico.
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Narra Leah
No podía creer que este dichoso príncipe no nos dejara salir de este lugar. Pero estaba muy equivocado si creía que no saldría de ahí, de esa pequeña prisión. Pues no. Haría hasta lo imposible por volver. No quería estar cerca de él. Solo su presencia hacia que pensara en cosas que no debía. No podía hacerle eso a Niall. No lo merecía. Respiré hondo y caminé sin rumbo. Las dos jóvenes me seguían. Ni siquiera pude decirle a “su majestad” que no deseaba a las chicas, y no porque me trataran mal, si no que no me gustaba que me siguieran e hicieran cosas por mi. Después de caminar varios metros, me percate de algo hermoso. Era un jardín inmenso. Tenia un aire mágico.
- ¡Guao!---dije maravillada y entrando despacio viendo todo. Habían arboles grandísimos y flores por doquier.
- Este es el jardín místico de la ciudadela---dijo Aanisa sonriendo--- lleva generaciones siendo cuidado por la realeza de Khalam. Por lo menos unos 100 años.
- Se dice que cuando se reúne una pareja bajo estos arboles en una noche estrellada, surgirá el amor, el cual será para siempre---dijo Ariij en tono enamorado
- Es una linda leyenda---dije sonriendo viendo todo--- no me extrañaría que surgieran leyendas así, el jardín tiene como un ambiente… mágico. Es hermoso.
Caminé por el jardín, adentrándome. Todo era tan… increíble. Provocaba estar todo el día ahí acostado viendo las hojas de los árboles y escuchar el viento. Era raro ver un jardín tan húmedo dentro de un desierto. Una maravilla.
- Chicas quisiera que me dejaran sola aquí por favor---dije viéndolas a los ojos---vayan a hacer cosas que necesiten, si su majestad les dice algo, díganle que fue una orden mía y que me reclame a mi--- las dos chicas palidecieron--- tranquilas que no pasará nada. Yo me puedo entender con el príncipe Malik, así que ahora por favor váyanse. Quiero estar sola.
- Muy bien señorita, como usted diga---dijo Ariij preocupada
- Pero cuando esté el desayuno, la vendremos a buscar---dijo Aanisa
- Las esperaré —dije sonriendo y sentándome en la grama bajo uno de los arboles.
Las dos chicas se fueron, dejándome completamente sola con mis pensamientos. Cerré mis ojos. Tenía que aclarar mis pensamientos. Pensar en frío y calma. Me quiero ir de aquí, pero sabía que aun no podía hacerlo. Anthony no aparecía por ningún lado. No sabía quien la había secuestrado. Y su proyecto aun no era firmado. Luego recordé todo lo que ha pasado y me tapé los ojos. Podía recordar todo. Desde el momento que la secuestraron hasta todas las veces que me drogaron y violaron. Lágrimas comienzan a surgir en mis ojos. Todo era como si hubiese sucedido ayer. La oscuridad, el silencio, las risas y voces árabes, la manoseadera, el pensamiento de que nunca volvería a ver a mi mundo, me marcó para siempre. Nada volvería a ser como antes. Sentí como alguien toco mi hombro. Grité inconscientemente y salté lejos de esa persona.
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Cautiva por el Jeque- Serie Amigos De La Realeza N°1
RomanceElla era la mujer más imposible del mundo. Controladora, fría, sin corazon, acostumbrada a que le obedezcan sin rechistar. Piensa que todo gira a lo que ella diga y casi nunca toma en cuenta la opinión de los demás. No podía esperarse menos de la mu...