1 - Los Mortífagos

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Otro día más, caminando ciegamente, conociendo ya el trayecto hacía Hogwarts, con la mochila negra con decorados esmeralda en ella, colgando sobre uno de sus hombros, de preferencia personal, el izquierdo. Su cabello negro, largo y sedoso se removía con violencia a causa de la furia del clima ese jueves. Su cara pálida llevaba una mueca de disgusto ante los latigazos que su cabellera azabache le otorgaba en las mejillas, molesto soltó un suspiro de resignación por recordar como había desechado su liga para el cabello en su cama antes de salir de su departamento. El claxon de un auto lo despertó de su ensoñación de frustración, y rápidamente llamó la atención de Severus, el muchachito de 16 que olvidó su preciada liga para el cabello.

- Eh Sevy, ¿Quieres que te llevemos?- preguntó el rubio conductor del Lamborghini negro, con cierta mueca de burla tras ver la cara de fastidio del morocho.

- ¿Por qué hablas en plural?- gruñó el azabache mientras abría la puerta para sentarse en el asiento trasero del auto, ir adelante le parecía suicidio.

- ¡Por que yo estoy aquí adelante, tarado!- gruñó Riddle desde el asiento del copiloto, mientras se asomaba para mostrar su cara al, ya sentado, Severus.

- Ah, no te vi...- dijo con mero desinterés, mientras Malfoy echaba a andar el auto de nuevo.

- Si, ya lo noté -suspiró mientras se acomodaba nuevamente en su asiento, con la mirada estancada en el camino.

Durante el camino, los tres amigos hablaron de tonterías, desde quién hizo la tarea hasta cuál fue la última víctima sexual de Lucius. Luego de varios minutos llegaron a la escuela. Lucius estaciona el auto con calma.

- Ya llegamos - anuncia el rubio- Si ambos señores se dignaran a bajar sus tan agrandados traseros de mi auto sería fantástico - dijo a canturreo el rubio con su típico ademán elegante y presuntuoso que tanto lo caracterizaba. Ambos adolescentes bajaron del auto con un bufido y esperaron a que el conductor pusiera la alarma al auto antes de dirigirse al interior del instituto.

Los Mortífagos se encaminaron hacía su salón de clase, claro, que ellos no pasaban desapercibidos. La atención de todas, y todos, los alumnos que se situaban en el pasillo lleno de casilleros que ellos atravesaban para llegar a su salón recaía sobre ellos sin duda ni disimulo. A Malfoy le fascinaba esa atención, a Riddle le daba exactamente lo mismo, para él todos eran la misma escoria, y para Snape le era totalmente irritante, ¿qué es que acaso no tenían nada mejor que hacer? Era su constante pregunta ante esas situaciones.

Tras un par de murmullos, y uno que otro silbido o alago por cualquier virtud positiva en el trío de parte del alumnado que cruzaban, la banda llegó a su salón, en donde los tres se dirigieron firmes y seguros hacía sus lugares correspondientes. Severus tomó asiento al lado de la puerta de salida, en la fila de en frente de todo. Riddle se sentó a su lado, y Lucius junto a su colega. Los tres sacaron sus celulares, y sin siquiera echar otra mirada a las coquetas y zorras que se les paseaban por enfrente para ellos teclearon para mensajearse entre ellos. Si bien eran "malos", en lo que constaba, ellos igual eran educados, ignorarlas a silencio tajante era algo, pero ignorarlas, y encima, hablar entre ellos frente a esas mocosas de escote exagerado, ya sería demasiado bajo para su status, según lo había planteado Lucius, Severus concordó con él, pero a Tom le dio lo mismo y acepto con desgano.

El profesor entró, dio su clase de aritmética, y al pasar sus 2 horas exigidas, se marchó. Con toda la intención del mundo Tom empujó a una de las "Putitas", como él les decía, para salir del salón y así llegar al siguiente salón, Geografía, claro, seguido de Lucius y Severus. La hora de clase pasó sin incidentes extraños, y el trío de plata, como algunas chicas les llamaban, se dirigió hacía la cafetería, claro, recibiendo un exagerado paso libre por parte del alumnado. Al llegar intentaron hacer la fila, pero al momento de llegar el celular de Lucius sonó, llamando la atención más pura y exclusiva de sus dos amigos. Malfoy cogió su teléfono y contestó, al finalizar la llamada, que no duró más de 2 minutos, hizo un gesto a Tom, quién inmediatamente siguió al rubio hasta salir de la cafetería. Severus solo hizo la fila y soltó un suspiro de frustración, desde hace semanas sus amigos habían estado haciendo eso, salir y no decirle nada, él ya sabía que sus amigos estaban involucrados en asuntos de droga, y por no recriminarles nada nunca les preguntaba, más que ya de por si no quería meterse en ese asunto también. Él ya sabía que no le decían nada solo para que no se metiera en problemas graves junto a ellos.

La cafetería había quedado en un silencio lúgubre ante la aparición del trío de plata, pero en cuanto el cantante y el baterista se desaparecieron del lugar la situación cambió repentinamente, muchos murmullos se hicieron de presencia ante los oídos de Severus, quién solo suspiró al oír, de entre tantos de los murmullos, algunas risa traviesas, él ya conocía esa rutina. El chico que estaba detrás de él para la fila lo empujo suavemente con una sonrisa burlesca.

- Ey Quejicus, ¿Me dejas estar enfrente de ti? - Severus no se movió- Oh ¿Acaso te gusta que este detrás?- carcajeó mientras le ponía una mano en la cintura. Snape solo gruñó por el contacto.

- No me toques, porquería -gruñó firme, sin siquiera mirarlo. El chico no dijo nada, pero igual apartó su mano.

- Ey, Emo - habla otro chico- ¿Me prestas dinero? - Severus aprieta su quijada- No he traído el mio- dijo en la fila con burla.

- No te hubieras posado en la fila de ser cierto tu cuento, y por ultima vez, déjenme en paz - exclamó severo, con la intención de que toda la cafetería lo escuchara.

- ¿Qué? - dice otro diferente- ¿Estás de broma, acaso? - carcajea- ¿Por qué deberíamos? Es muy divertido- rió.

- Porque sino les vamos a romper el cráneo contra el pavimento- la voz gélida de Lucius resonó en todo el salón. Todo cayó nuevamente en un silencio lúgubre. Lucius llegó, junto a un Tom de muy mala cara, al lado de Severus, quien ni se molestó en mirarlos.

- Muévete- ordenó Tom con voz ronca al muchacho que estaba atrás de Severus en la fila, este sacudió la cabeza a modo de asentimiento y rápidamente se echó para atrás, empujando a la chica que tenía atrás de él, y así empujó a los otros tres que hacían fila detrás de la chica, tipo dominó. Tom se posó atrás de Severus, mientras que Lucius se quedó en frente de él.

Severus suspiró, esa realmente no era una buena vida. Al pedir los alimentos, y cargar sus bandejas, el trío de plata partió hacía los patios del insti. Los tres se sentaron en el suelo, y comenzaron a comer, y entre risas, bromas y chismes tontos los muchachos terminaron su almuerzo. Una vez habiendo terminado los tres chicos se levantaron y fueron a dejar sus bandejas en la cafetería. Pasaron las 2 horas de Filosofía y Música que les quedaban y salieron del colegio para marcharse a sus casas, Lucius dejó a Tom en la suya y luego le tocó dejar a Severus en la suya.

- Severus, no puedes seguir así...- comentó a su compañero sin despegar su mirada del camino-... Debes de hacerte respetar, así nunca vas a-

- No me importa ser tratado como un hombre, que no me toquen es suficiente para mi- murmuró irritado.

- ¡Severus Tobías Snape Prince! ¡Deja de comportarte como una victima! ¡Me das ganas de saltar de un puente!- exclamó irritado.

- No me comporto, ni soy una victima- gruñó en afirmación a sus propias palabras.

- ¡Viva, ese es mi amigo! - tocó efusiva y exageradamente la bocina de manera bromista.

- Lucius Abraxas Malfoy, compórtate como el heredero millonario que eres- le reprendió el azabache, sintiendo como el mencionado paraba el auto.

- De acuerdo, pero será mejor que te animes, hoy iremos a las Tres escobas, y no te olvides que de ahí salimos a practicar a la casa de Tom, ¿Si?- dijo a Snape, quién ya había bajado del auto.

-Vale- dijo con un suspiro, sonrie y se despide de Lucius. Este le guiña el ojo y arranca. Snape voltea hacia su casa.

¡Batalla de bandas Rock! (Harry Potter) (YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora