Severus Snape, Lucius Malfoy y Tom Riddle, son estudiantes problemáticos de 6to año, estudian en la secundaria Hogwarts, y a escondidas trabajan para una liga criminal a la que se asociaron a causa de sus lazos familiares.
James Potter, Sirius Bla...
Sirius jugaba con algunos acordes con su bajo, mientras que James le seguía, tarareando de vez en cuando mientras llevaba un ritmo sencillo golpeando el borde de madera de la base de su cama con los dedos. Del otro lado del cuarto se encontraba Regulus quién leía un libro sobre mitos y leyendas urbanas de Japón, más que intrigado en las turbias historias y leyendas que ocurrían en esa rara nación. Cuando Sirius estaba practicando un arpegio de jazz más que complejo, un entusiasmado Remus dio un portazo que sobresaltó al trío, obteniendo diferentes reacciones de parte de los tres adolescentes; Regulus tiró el libro a alguna parte del cuarto, Sirius dejó caer su bajo - este hizo un estruendo que hizo que el trío de plata abriera su puerta con curiosidad y discreción- y James desentonó y pegó un grito. Luego de cada reacción, los tres chicos miraron al castaño con el ceño fruncido, a lo que el observado ni se inmuto que ya le había entregado a James la fotocopia a color de la gema dorada.
- ¿Qué es esto?- preguntó James con curiosidad mientras miraba los ojos dorados de su amigo.
- A ver... - dijo Sirius curioso mientras se sentaba al lado de James para ver la foto, y seguido de eso mirar a su amigo- El color de sus gemas se asemeja con el de tus ojos, Prongs- acotó Sirius para luego mirar descolocado a Lupin.
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- Ajá - soltó Remus, dándole la razo- Sospecho que el "apodo" que Riddle usó contigo en el campus fue por el color de tus ojos -dedujo Remus, explicando su motivo- Esa es una gema valiosa, Citrino, una joya curativa según los creyentes supersticiosos - acotó Remus. En ese momento el "Mortífago" mencionado que los observaba desde la puerta de su cuarto, junto al heredero Malfoy y Snape, maldijo por lo bajo su mala suerte.
- Ese pendejo es ágil - murmuró Tom con impresión, camuflada por una mueca de fastidio fingido.
- ¿Es decir... Que llamó a James una piedra preciosa?- preguntó Sirius al borde del ataque de risa.
- Si, y Sirius, ni se te ocurra reí...-el castaño no acabó que el primogénito de los Black estalló en carcajadas dejando a un muy ofendido e indignado Potter mirándolo, para luego volver a ver la foto y alzar su mirada al cuarto de las serpientes, notando así que estos tres los estaban mirando.
- ¡¿Me llamaste como una piedra?!- le gritó James enojado, causando que la risa de Sirius aumentara y este cayera del filo de la cama.
- Hasta que lo notas, idiota - río Tom burlón, pero con un guiñe coqueto que provocó que James quisiera arrancarle la cabeza de un golpe, y poco le faltaba para intentarlo de no ser por que Regulus cerró la puerta del cuarto que les pertenecía.
- Gracias por eso, Black - suspiró Remus mientras veía como Sirius paraba su desatornillada risa maníaca.
- ¿Puedes dejar de reírte?- preguntó el ofendido Potter.
- Si, si, claro joyita - le dijo burlón, ya levantándose del suelo.
- Gracias - vira los ojos. Sirius soltó un soniro suspiro de cansancio y se dejó caer junto a James.