4 ÐE OCŦUBRE: "La antepasada desconocida de la familia Laison."

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En la iglesia del pueblo, el rezo de los estudiantes se oía entre pequeños susurros, pidiendo la paz de la noche anterior para el resto del mes. Los lugareños tenían fe de que el día de hoy, se otorgaría la luz verde para que todos se dirijan a Montreal, pero lamentablemente, las quejas de los estudiantes hace dos días delante de la alcaldía, no fueron suficientes para que él aceptara. La realidad es que, nadie en el pueblo era consciente de que él había estado muerto desde comienzos del mes de octubre gracias al temible demonio Mictain. Desde el desconocimiento, en lo único que podían aferrarse es en la fe de que nada malo ocurriría en las siguientes noches.

El miedo continuaba por las tristes calles del pueblo luego de las últimas muertes, pero, aunque el nombre de los desaparecidos de la otra noche seguía sin saberse, esta mañana, luego del patrullaje policial, nadie fue localizado muerto o desaparecido. Eso ocasionó sonrisas en el rostro de todos los lugareños.

—Continúen en silencio —ordenó, el cura de la iglesia.

Los ojos de Lidia se entreabrieron levemente, evitando caer al piso ante el insomnio y las pastillas que ingirió antes de entrar a la iglesia. El mantener en secreto los acontecimientos ocurridos en el parque el día de ayer, era algo que aun la atormentaba.

—Señorita Laison —elevó la mirada. La profesora estaba ante ella, observándola con enfado—. Parece no verse interesada por nuestro rezo en conjunto, tanto que ni siquiera trajo el uniforme de la escuela. Si es así, prefiero que recoja sus cosas, y se vaya.

Su llamado de atención incitó el párate del rezo de cada uno de los estudiantes. Avergonzada, Lidia agachó la cabeza, ocultando sus mejillas enrojecidas. El uniforme de la escuela, recordarlo solo erizaba su piel. Las manchas de sangre de Stey no lograron desaparecer, y el sostener ese uniforme revolvía el estómago de Lidia. No quería volver a usarlo sabiendo que tiene sangre de un fallecido.

La profesora examinó su regazo, y una risa temerosa escapó de sus labios. El libro de "Masacre en Mytris Eden", depositado hace segundos en las piernas de la adolescente, ahora se encontraba en sus manos.

—Esto es algo inoportuno. Una razón por la que todos también nos encontramos aquí —se colocó frente a todos y levantó su brazo para que vean el libro—. Lidia y los adolescentes desconocidos que manejan ese blog, son la imagen de lo desagradable en este mes de octubre —Lidia frunció el ceño—. Leer sobre la leyenda del pueblo, en estos días tan difíciles para todos, es una falta de respeto —miró hacia su mesa, negando con la cabeza—. Dios debería castigarla. A ella y a todos los que leyeron ese blog.

La sala estaba en completo silencio, pero risas pequeñas se oían en cada sector de la habitación, mencionando lo ridículo que era leer sobre la leyenda del pueblo, algo que solo creían los lugareños mayores. Lidia no tenía conocimiento de que ese libro se trataba sobre la leyenda del pueblo, pero se sentía tan intimidada y avergonzada de que todos desde lo bajo rieran de ella que, sus manos temblaban de ansiedad.

Avergonzada, guardó las cosas en la mochila con algo de dificultad, ocasionando que las risas aumentaran un poco.

—Es cierto que es irrespetuoso leer sobre la leyenda y creer que los lugareños fallecidos son a causa de entes maliciosos, pero no sabía de qué trataba el libro, señorita —mencionó llegando a su lado—. Lo lamento, pero no debería destilar conmigo su enojo por las muertes —susurró. Ante su sorpresa, Lidia se acercó a ella—. Que tenga una buena tarde y dios bendiga su alma esta noche.

Arrebató el libro de sus manos y, saludando amablemente al cura, salió de la iglesia al igual que otra gran cantidad de estudiantes que aprovecharon la reprimenda a Lidia para escapar de allí. El cura y la profesora la vieron salir, temerosos al ver que Lidia Laison era la persona que tenía ese libro en sus manos. Ellos, al igual que toda la iglesia, sabían que eso podría ser un problema. Ambos fueron cómplices de miradas que dejaban en claro un pensamiento en común: "Hay que avisarle de esto a Vivienne".

El Mes De Halloween🎃(#LMB) ✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora