Nariel: Ya estoy lista.
Luini: ¿Qué tienes en el cabello?
Nariel: Aaah... mi cabello -levantó un mechón y se lo miró indecisa.
Luini: Rápido ven aquí, vamos a arreglar eso -movió la silla del escritorio para que se sentara.
Nariel: Vas, a hacerme uno de esos peinados... que tanto me gustan, ¿verdad? -expresó algo de tristeza, angustia y terribles ganas de llorar.
Luini: Sí... si quieres te lo desarmas luego, pero no puedes presentarte así.
Nariel: Está bien, hazlo -se sentó.
Luini empezó con el peinado y en unos minutos ya estaba terminado.
Luini: Ya está, vamos o llegaremos muy tarde.
Nariel se levantó y se fueron a la sala del trono. Se sentía triste y sola, pero en el fondo estaba emocionado, iba a conocer a un enano, ¡por primera vez en su vida vería a un enano!
Nariel: ¿Cómo se llaman? -cureoseó un poco.
Luini: Threin y Thorin -contestó con la mirada al frente.
Nariel: Prometo dar lo mejor de mí madre, ésta vez todo saldrá bien.
Luini: Esa es mi princesa, apresura el paso que ya llegamos tarde.
Fueron entonces más rápido y llegaron a la sala del trono. Antes de que se abra la puerta Nariel puso los hombros rectos y respiró profundo para prepararse a comportarse como una dama otra vez.
Las puertas se abrieron dejándola entrar con pasos medidos y elegantes. Llegaron ante ellos, hizo reverencias ante los nobles y Romtel llevó a cabo la presentación formal.
Romtel: Ella es... mi hija, Nariel -la señaló con elegancia.
Nariel presenta una media sonrisa amistosa y simpática.
Threin: Un gusto princesa -le hizo una reverencia con la cabeza.
Nariel: Puedo decir lo mismo -respondió de la misma manera.
Thorin simplemente respondió a la sonrisa de Nariel con amabilidad. Empezó la ''reunión'' entre el rey y el representante de Erebor, Threin. Nariel desde el principio se sintió muy aburrida, odiaba los temas de política y bienes del reino, agradecía no tener que ser la siguiente reina para tratar esos temas en los que se dormía y se distraía cada dos segundos con cada mosca que pasaba volando por ahí.
Le hizo un disimulado gesto a su madre, quien se lo comunicó al rey que decidió dejarla ir. Luini hizo un pestañeo lento, gesto que confirmaba la petición de Nariel quien muy contenta se levantó y luego de una disculpa seguida de otra reverencia fue directo a su habitación.
Llegó, rápidamente volvió a cambiarse por unos cómodos leggins y una bonita túnica con sus botas tan amadas.
Nariel: Un momento ¿desde cuándo me gusta tanto esta ropa? -recapacitó sus pensamientos-. Hasta hace unas horas era incómoda en lo absoluto -frunció el ceño dejando la manga de los leggins a medio camino-. Lo importante es que ya me acostumbré -se dijo a sí misma en forma de consuelo y terminó de vestirse.
Escondida salió de la habitación y se fue directo al campo de entrenamiento aprovechando la ausencia del general y de muchos de los soldados para seguir practicando, ganar el trato y poder ir a cazar orcos por fin.
«Ahora empiezo con... Espada»
Se fue a la sección donde practicaban los soldados con la espada, aunque ahora Olein no estaba con ella. Tomó la espada y la levantó de una sola vez, como si sus músculos ya se estuvieran acostumbrado al peso de la misma.
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«Valiente Y Audaz»
FanficA medida que iba creciendo Nariel notaba con más facilidad el rechazo que su padre sentía por ella, debido a eso se esmeró tanto como le fue posible por obtener el reconocimiento y el afecto del rey, llegando a dejar atrás todo lo que era, sin esper...