Capítulo 15

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Nariel despertó por los golpes en la puerta, se miró a sí misma a través del espejo de cuerpo entero desganada durante algunos segundos. Finalmente, sin ganas, un poquito mareada y con una extraña sensación en el estómago se levantó, sabiendo que lo de su estómago no eran precisamente mariposas.

Sus hermanos entraron como de costumbre mientras ella se iba poniendo los leggins para entrar al baño y ponerse una túnica sin ganas de tomar una ducha matutina.

Esmy: ¿Qué pasó anoche Nana?

Nariel: ¿Por qué lo dices? -acabó de ponerse los leggins, buscó en su armario una túnica cualquiera sin importarle que combine o no.

Esmy: Es que me dormí de tanto esperarte, y no llegaste -la miraba entrar al baño con los brazos cruzados, apoyándose en la mesa del tocador donde todavía estaban los caireles y la flor.

Tembar: Curiosamente con la última persona que estuviste fue con Elladan -su tono delató algo de resentimiento por los hechos acontecidos.

Nariel: ¿Y eso qué? -dijo saliendo del baño, tiró el camisón a la cama y desarmó la única trenza que recogía todo su cabello a la vez que descalza buscó las botas en la zapatera.

Olein: ¿Todo bien con él Nana?. Porque no sé si soy yo o te ruborizaste -le tomó la cara delicadamente, mirándole las mejillas sonrojadas.

Nariel: Si, bien, todo. No pasa nada -le restó importancia, se sentó en el taburete junto a la zapatera poniéndose las botas y alejó la cara de la mano del mayor.

Tembar: Para mi que el ya te sacó de tu eje.

Nariel: Nadie sacó de eje a nadie ¿entienden?. Está todo bien, Elladan solo me ayudó a buscar mi brazalete, vi a Esmy dormido y como no quise molestarlo me vine para acá.

Olein: No mientas -se quitó su diadema de plata despositándola en el escritorio.

Nariel: No miento.

Esmy: Ya ya no discutan. ¿Y el brazalete? -dijo algo dudoso al final.

Fue hasta el cajón de la mesita de luz y lo sacó, mostrándoselos a los tres, con concluyendo una historia que sonaba verídica.

Nariel: No pasó nada -se acercó más a los tres-. Nadie me sacó de mi eje y dije que nadie va a hacerlo. Se acabó -se encaminó a la puerta llevándose un susto cuando de la abrieron de repente.

-Buenos días -saludó una ronca voz masculina.

Nariel: Buenos días Estel, trata de golpear a la próxima ¿quieres?

Estel: ¿Ya es hora de desayunar? -la ignoró rescostándose en el umbral de la puerta aún abierta-. Me estoy muriendo de hambre enserio...

Arwen: Buenos días Nana -saludó particularmente desde afuera del cuarto, se decidió por ingresar abriéndose paso entre los muchachos para abrazarla.

Nariel correspondió afectuosamente al tierno abrazo y se separó con una sonrisa demasiado forzada, ese día no estaba de ánimos para nada. De repente se escucha detrás de Estel dos voces masculinas diciendo al unísono:

-Buenas días.

Nariel se quedó mirando seriamente a Elladan, pensando con gesto neutro.

«Trágame tierra... si lo haces juro no volver a pedir nada mas en la vida. Divino Aulë, ayúdame»

Pero sus silenciosas plegarias no funcionaron, por supuesto que no. Quedarse mirándolo solo le trajo más incomodidad, más problemas y la tierra no la tragó.

Estel: No se si es impresión o hay una cosa rara en el ambiente...

Nariel: Demasiadas cosas raras, algo asquerosas. Con permiso -dijo enojada y confundida pasando entre el grupo directo al comedor.

«Valiente Y Audaz»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora