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Había pasado casi que toda la noche en vela. El sabor de los labios de Lay aún seguía plasmado sobre los míos y hacia que me lamiese los labios de vez en cuando. La oscuridad de mi habitación complementaba el hecho de esconder el rubor que había en mis mejillas cada vez que lo pensaba.

Este chico estaba poniendo mi mundo de cabeza y lo mejor era que yo no estaba haciendo nada para detenerlo. Me encantaba sentirme de esta forma y lo mejor era que no me sentía culpable en lo absoluto.

Cuando menos me di cuenta estaba abriendo los ojos y la luz del sol se abría camino por entre las cortinas que tapaban mi ventana. Me levante demasiado rápido para ser normal de la cama y me estiré de pies a cabeza. Mire el reloj y este aún marcaba las 5:30am. Hice una coleta alta en mi cabello y salí al pasillo, papá aún seguía durmiendo así que me apresuré a entrar en el baño.

Tome mi cepillo de dientes y lo llene de un poco de pasta para luego cepillar mis dientes por unos cuantos minutos. Tome la mascarilla para la cara y la unte en todo mi rostro, espere unos veinte minutos y finalmente lave mi cara por completo.

¿Por que hacia todas estas cosas? Ni siquiera yo sabía. Cuando comencé a salir con JongDae no me acuerdo de haber querido arreglarme tanto, el siempre me decía que me veía igual y jamás se atrevió a darme un cumplido, así que sentía que el echo de arreglarme para el iba a ser inútil si de todas formas no lo iba a notar.

—¿Donde vas tan temprano?

Me había puesto el uniforme y había puesto todo mi empeño en arreglarme. Al bajar las escaleras mi padre se encontraba haciendo el desayuno, algunas veces me comía algo de camino al instituto pero por ahora no tenía la suficiente hambre como para hacerlo.

—Quiero llegar temprano a la clase, el profesor se enfadara si no lo hago.

Mi padre negaba con la cabeza mientras sonreía de lado. Me acerqué a darle un beso en la mejilla y rápidamente me puse los zapatos para salir de casa.

—¡Despierta!—sentí como la sabana que había sobre mi volaba y dejaba a mi cuerpo completamente indefenso

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—¡Despierta!—sentí como la sabana que había sobre mi volaba y dejaba a mi cuerpo completamente indefenso.

Inmediatamente me medio levante en la cama e intente abrir los ojos. Uno de los ayudantes de mi padre se encontraba a mi lado con la colcha en sus manos y en el umbral de mi puerta estaba mi padre mirándome con su típica mirada sarcástica y desalmada.

—¿Tienes idea de la hora que es? Tienes escuela, levántate—a como pude me salí de la cama e hice una pequeña reverencia.

Camine hasta el baño que estaba en mi habitación y encendí la luz del mismo mirándome en el espejo. Tenía la mitad de la cara hinchada y los labios igual. Tome un poco de agua y otro poco lo distribuí por mi rostro, sentía como si no hubiese dormido en mil años y todo era por la bonita costumbre de mi padre de llegarme a despertar como si de un asunto de vida o muerte se tratara.

Black Pearl » Yixing✨ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora