Capítulo 10

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LAUREN POV.
Ya era noche cuando me dirigí al dormitorio donde se encontraba Camila, entré cuidadosamente de no despertar a las demás reclusas y desperté ligeramente a Camz, me vió demasiado confusa por estar ahí, se levantó y nos dirigimos a mi oficina, fue un poco difícil burlar a los soldados y sobre todo a Wagner, pero lo logramos. Camila volvió a quedarse callada con una mírada perdida.

-Si te apetece, puedes tomar una ducha. Hay un baño pequeño y uniformes limpios.
Camila-¿Cómo me aseguras que tu ducha no me va a matar como lo hiciste con las demás allá afuera?
-No las matamos, solo las trasladamos de lugar.
Camila-Sé lo que hacen con ellas, descuida. La chica que traté de defender fue con la que me encontraron aquel día en el club.

Me quedé en silencio, no pensé que esa chica fuera a ser tan importante para Camila, solo espero que con el tiempo me perdone.
Me acerqué lentamente a Camz y le dí un tímido abrazo con temor a no ser correspondida, pero por fin durante mucho tiempo, durante tantos años, me abrazó. Comenzó a llorar demasiado en mi.

-Te prometo que yo nunca mataré a alguien con mis propias manos.

Camz se separó de mi y nuestras miradas regresaron a aquel día de su habitación a los 15 años. Tomé su cintura pegándola a mi cuerpo y finalmente, la besé. No ocupamos de palabras para saber que ya estábamos completas con aquel beso que iba profundizando cada vez más. Desafortunadamente no pudimos pasar a algo más, por lo que Camz decidió tomar la ducha y dormir conmigo en la cama del cuarto que compartía la oficina.
Al despertar ayudé a Camila a regresar con las otras reclusas para que fuera a trabajar.
De regreso a mi oficina encontré la llegada de mi padre, es raro verlo, tiene otras ocupaciones más importantes que hacer como ganar su estúpida guerra.

-Padre, me alegra que vinieras, ¿a qué se debe tu visita?
Hitler-Te tengo buenas noticias, una nueva teniente se encargará del campo si es que así lo deseas, no quiero que desgastes tu tiempo en este lugar. Si decides cederlo a la teniente, podrás regresar a casa conmigo. Ahora solo tienes que tomar la desición.

Corroborando, mi padre simplemente se fue.
Me agrada la idea de ya no estar a cargo de esté lugar y seguir mi vida como antes, pero Camila no está a salvo aquí y menos lo estará con esa hija de perra.

Pasaron algunos días y por fin la teniente llegó.

...-Mi nombre es Ebba, tu padre me dijo que también estaré a cargo de este lugar y de las malditas cucarachas que se encuentran dentro.
-Un placer, Lauren.

CAMILA POV.
Dicen que ha llegado una nueva sargento al campo y que es una hija de puta. Solo espero que Lauren se encargue de ella.

Nos reunieron en el patio cívico para que la nueva semi encargada se familiarizara con algunos de nuestros rostros.
Debido a que mataron a algunas reclusas hace unos cuantos días, me tocó estar formada en las primeras filas, para nada bueno a decir verdad. La mujer comenzó a caminar de lado a lado inspeccionando a cada una de nosotras, sin miedo le miré sin apartarle la mirada, desafortunadamente fue tarde cuando reaccioné que no debí hacerlo.
Ebba-Por lo visto, tú serás uno de mis principales objetivos, maldita zorra.
-¡Que te jodan!-Dije luego de recibir una gran bofetada.
Lauren la tomó del hombro jalandola mientras esta quería seguir golpeandome quizá hasta matarme.
Finalmente Lauren dió la indicación de poder retirarnos mientras Ebba me daba una mirada aterrante.

El Holocausto de JaureguiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora