Capítulo 12

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Cuando llegué a Ravensbrück ya noche, Wagner me recibió abriendo la puerta de mi auto. Me dirigí a la oficina con esperanzas de no encontrar a Ebba y así fue.

-Wagner, ¿dónde está la señorita Ebba?
Wagner-La teniente salió hace poco en dirección a los dormitorios, y desapareció.
-Gracias, iré a buscarla. No te apures en acompañarme, puedo sola.

Me dirigí hacia los dormitorios, cuando llegué a donde ella dormía con otras mujeres, me percaté que no estaba, seguí buscando en todos lados pero no tenía ningún rastro de ella, hasta que recordé aquel cuarto donde se encontraban algunas herramientas de tortura.

-¡Ebba!-Dije entrando a aquel lugar.
Camila estaba sentada de espaldas en una silla con los pies y manos atados. Su espalda estaba descubierta y sangrando demasiado debido a los fuertes latigazos que Ebba le brindó.
Ebba-Lauren, por fin llegas. Ahora te pido que nos dejes solas, me interrumpiste.
-Ya es suficiente, mejor vete. Yo me encargo de ella.
Ebba-Pero, aún no termino.
-¡Largo!-Esta obedecio, guardó su látigo y se fue.
Tomé una navaja de la mesa y corté las sogas de Camila sin decir palabra alguna.
Camila se quedó inmovil como si siguiera atada.
Afortunadamente mi coche no queda muy lejos y puedo traer el botiquín de primeros auxilios que está en la cajuela.
Al regresar, Camila seguía en la misma posición cansada y demasiado adolorida.

-Bien Camz, veré las heridas y pondré alcohol, muerde esta toalla, dolerá un poco.
Las cortadas eran profundas por lo que tenía que coser o seguiría desangrándose.
Coloqué alcohol en ellas y Camila gritó aún mordiendo la toalla.
-Tengo que coserte ahora.
Tomé la aguja y el hilo para comenzar.
Corté el hilo con las tijeras luego de terminar la última puntada.
-Necesito que tengas mucho cuidado ahora Camz. Esa mujer te estará vigilando aún más.
Camila-¿Por qué la dejaste? ¿Dónde estabas?
Lauren-Salí a Berlín a ver a mis padres, en cuanto llegué y no vi a Ebba, supe que estabas en peligro.
Camila-¿Hasta cuándo terminará esto? Hubiera sido mejor quedarme con Beck y morir a seguir sufriendo en este horrible lugar.-Comenzó a llorar.
-Te sacaré de aquí pronto Camz, ya verás, solo tenemos que ser pacientes.
Abracé cuidadosamente a Camila luego de darle un tierno beso en la frente.
Finalmente nos besamos.

El Holocausto de JaureguiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora