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TOC TOC.

-¿Puedo pasar?

...

-Adelante.

Un chico, de hermoso perfil y con un tono de piel en el punto más perfecto, entró lentamente a mi mausoleo personal.

-¿Puedo encender las-

-No. -un susurro, sin embargo, la palabra más firme que he dicho en semanas.

"Vale", soltó tranquilo, sin rastros de molestia, totalmente contradictorio a mi madre.

Ante la inseguridad que causaba el chico en mí, recogí mis piernas y las flexioné, abrazándolas en la orilla de mi cama.

El chico de rostro simétrico incómodo preguntó si podía sentarse, yo accedí asistiendo. Tal vez vió mi sombra asentir, porque se sentó a mi lado. Al otro lado de la cama mejor dicho.

-Hey, ¿Qué tal todo?

De la mierda, ¿Por qué?

-Escucha, sé que todo esto es raro- e incómodo, sólo digo- Pero tu mamá insistió en que viniera a ser tu amigo. Y digo, no tengo problema, al contrario. Me agrada la idea.

La incomodidad comenzó a flotar en el mar del silencio, y me sentía algo culpable por ello puesto que a penas había articulado palabra.

Antes de que yo intentara hablar, él estiró su mano hacia mi.

-Soy Tyler, Tyler Joseph... Un placer conocerte.

Un placer conocerte...





Mis gritos por más que me desgarran la garganta parecían no importar. Mientras yo me rompía la garganta, el me rompía la piel de todo el cuerpo.

Mi pan de cada día era servido en una habitación oscura, con a penas una luz tenue. Diferentes rostros, mismas crueles intenciones. A veces me costaba creer que eran humanos por las atrocidades que hacían con mi cuerpo... con mi mente...

Todos terminaban, y se iban con la misma frase desprendiéndose con asco de sus labios. Como un ritual, un ritual cada dos horas...

-Un placer conocerte...

DIRTY | TyshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora