Hoy Tyler se quedará en mi casa.
Y yo no pude hacer nada para evitarlo. Ya saben, mamá siempre llega a cagarla.
A pesar de que llevamos una semana de "amistad" yo conozco casi su vida completa, mientras que él solo sabe que me llamo Josh y soy el violado.
Escuché desde mi habitación como la puerta de entrada se abría, y luego se cerraba. No entiendo como mi mamá me confía tanto con un extraño después de mi situación.
Escuché pasos en las escaleras, y me alerté. Si pude "evitar" en la semana a Tyler con mucha suerte, no sé cómo lo haré ahora. ¿Ahora cómo evito sus preguntas y miradas de lástima?
-Hey, Joshie.
Su sonrisa siempre me incomodaba. ¿Cómo puede sonreír tanto, y tan natural?
Lo admito, le tengo envidia por su felicidad.
-Hola.- a veces me cuesta entender como puede escucharme si a penas yo me escucho.
Se sentó a mi lado en mi cama y dejó caer su mochila roja a un lado de esta.
-¿Qué haremos antes de que oscurezca?
-No lo sé; yo no sé mucho de esto, creí que tú sí.
Su risa se impregnó por unos segundos. El de anatomía perfecta recogió su mochila y comenzó a hurgar, sacó un poco de su ropa, y al final sacó un juego de mesa. Dios, pero qué infantil, creí que sacaría marihuana o algo así.
-¿Te parece? No tengo ideas mejores.
-Esta perfecto.
-Pon musiquita, la vida es más divertida cantando.-y de nuevo, presumió su sonrisa perfecta a mis ojos.
-N-no tengo música, mi celular... -me encongí de hombros, incómodo. Mi celular obviamente se lo quedaron ellos.
-¡Oh ya! Lo siento.
Tyler puso música, muy buena, que incluso de ves en cuando llegué a tararear; él literalmente estaba cantando a gritos. Le voy a reconocer, me llegó a sacar sonrisas.
La tarde pasó volando, y con ella la lista de reproducción y el juego de mesa. Sinceramente no creí que fuese tan divertido, yo nunca lo jugué. O lo jugué pero cuando mis hermanos estaban aún aquí.
-¿Por qué no lo haces más seguido?
-¿Hacer qué?
-Sonreír.
...
¡Sonríe, puta! ¡Que con esa estúpida cara de mierda no se gana nada!
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DIRTY | Tysh
FanfictionLas secuelas que deja una violación, llegan más allá de los límites en psicología y cortan más profundo que simples cicatrices.