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-....¿Amigo...?

...

-L-lo siento, soy muy distraído.- me excusé, con la esperanza de no haberme visto más idiota.

El escalofrío seguía ahí, el dolor aún tenía herida y no cicatriz.

-Soy... Soy Josh, un gusto... -recibí su mano lentamente, y después me alejé.

Y de nuevo, la habitación gritaba "silencio" por cada una de sus paredes.

-Y... Bueno, Josh... ¿Qué tal todo?

-Bien, supongo.

No me convencía la alegría del chico; era demasiado amistoso, y se le veía de los típicos chicos buenos con familias perfectas y felicidad pura. Lo único... no malo, si no extraño que noté en él era que sonreía de a poco y su vista se perdía fácilmente en el suelo.

-No, no me refiero a la costumbre de contestar.-rió un poco, tranquilo. Su maldita tranquilidad me destranquilizaba... Pero al mismo tiempo se sentía bien. No lo sé, maldito chico perfecto.- ¿Qué tal todo?

-¿Por qué?

-Porque... No... Lo siento, quizás no debí preguntar. -creo que miró hacia otra parte.- ¿Seguro no quieres encender la luz? Es que me cuesta verte.

Su intento de cambiar el tema no funcionaría conmigo.

-No, no la quiero encender. Prefiero que no me veas.-suspiré- ¿Te lo ha dicho mi mamá, cierto?

Él chico de rostro perfecto se quedó callado, y oí un quejido de él muy silencioso, como si estuviese reprochando.

-No te preocupes... Ya dejó de molestarme. Todos ya lo saben.

-¿Por qué tu voz es así? -sonaba curioso.

-¿Así de... horrible?

Tyler río, como si hubiese sido un chiste. Aunque no tenía broma aquel chiste, traté de unirme a su risa.

-No, tu voz no es fea.-resopló dando por terminada su risa.- Me refiero a que si siempre hablas así de... bajito- susurró, y yo sonreí muy vagamente.

-No siempre.-me lo pensé un poco, y respondí.- Comencé a hablar así después de... ya sabes. Además de que aún duele.

-¿Aún duele?

-Sí...- me removí incómodo, terminando por bajar una de mis piernas y abrazar la restante.- Creo que grité demasiado y mi voz terminó por atrofiarse. Si alzo el tono de voz se puede escuchar mi garganta crujir.

Traté de bromear, pero hasta a mí me dolió.

-Como lo siento, Josh... -acercó su mano a mi hombro, y la apoyó en este.

-No lo sientas, ya pasó.

-¿Te molesta si pregunto hace cuánto fue?-quitó su mano.

Negué, tratando de verme con la luz de la Luna.

-Fue hace 1 mes.

Sentí la cama temblar, dándome a saber que había dado un brinco.

-Dios Santo, ¿hablas en serio? -asentí- No te lo puedo creer.

-¿Por qué no?

-Porque, por favor, estás tan tranquilo, como si nada. ¿Acaso tu mamá exageró?

Se le notaba a millas que aún era un niño curioso que no se preocupaba, o mejor dicho, no se daba cuenta si estaba haciendo preguntas de más o estaba haciendo sentir mal a sus alrededores.

-No sé que te haya dicho, pero-

-¿Puedo encender la luz?

Su pregunta me cayó de golpe, silenciándome. No quería que encendiese la luz; tenía miedo.

-No...

-Por favor.

Después de su súplica y mi silencio, solo sentí como la cama se elevaba por el vacío que había dejado el castaño al levantarse. Me llevé las manos al rostro, deseando ser invisible.

Click. Tronó el interruptor de la luz.









...

EH, muchacho, he traído a unos amigos. Creo que te agradarán.

...

¿Te gustó? A mí sí. No te tienes que preocupar por quedarte solo; ya verás que mañana vienen de nuevo.

...

Eres un suertudo, Joshiee. Hoy vienen con dinero.

...

Creo que necesitas subir tus defensas, te estás poniendo feo. Una mercancía fea no atrae clientes.

DIRTY | TyshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora