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-Josh...

-No me mires así, ¿puedes?


En esta situación se podría afirmar que el que disfrutaba de la luz era yo y no él. Puedo verlo; puedo comprobar que su anatomía perfecta embonaba con su actitud.

Y yo... yo solo...

-¿N-no te duele?

-Ya no -reí amargamente.- Ha pasado un mes, Tyler. No fue ayer.

Él, con el ceño ligeramente fruncido, negó varias veces.

-No, no fue ayer. Fue hace 30 ayeres, ¿cómo puedes decir que no te duele? 

Giré mi cabeza al lado contrario, no quería verle. Corrijo, no quería que me viese.

-Solo duele si toco, ¿está bien? no es nada.

-Por favor, Josh .-Su mirada me penetraba, aunque no lo viese, podía sentirlo.- Tienes la cara casi totalmente morada, ¿y las marcas de tu cuello?.... ¿cómo puedes decir que estás bien?

Subí el cuello de mi suéter, intentando cubrir las marcas de manos ajenas en mi cuello. Gracias a Dios llevaba manga larga, si era así de histérico no querría saber como reaccionaria ante lo demás.   

-Tyler, eso a ti no te importa. No quiero ser grosero, pero tu y yo ni siquiera somos amigos; no somos absolutamente nada. No tienes porque meterte en mis asuntos, así como no te tiene que importar si estoy bien o mal.

De todas formas, a mi mamá tampoco le importa, ¿por qué habría de preocuparle a él?

Se quedó callado, y yo ya no quise decir nada. Tampoco me atrevía a mirarle por temor a lo que vería.

-Josh.- Quedé inmóvil al no saber como reaccionar sin tener que mirarle.- Entonces... yo quiero ser tu mejor amigo.




...

Te estás poniendo gordo, maldito cerdito. A ver, ¿cómo hacen los cerdos?

...

La próxima vez que no me obedezcas, te juro que te enseñaré de qué otras formas sirve una lija... en el rostro, cerdito.

...

¡Eres un maldito imbécil!

DIRTY | TyshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora