Salgo mientras Nathaly hace su última presentación y Sebástian me sigue. Ver todo esto, estar aquí y prácticamente el estar sola precisamente hoy que es navidad me hace recordar a mi familia y lo mucho que la extraño. A pesar de las diferencias entre mi madre y yo, a pesar de sus palabras hirientes que siempre me dice, a pesar de los golpes que me ha dado, a pesar de todo yo la quiero. Es mi madre me guste o no y mi deber como hija es estar a su lado pase lo que pase, porque estoy segura de que algún día ella reaccionará y se dará cuenta del dolor que me ha causado, y sólo cuando eso pase ella se arrepentirá y por fin podremos estar juntas como madre e hija que somos.
El estar aquí estos días y el convivir con esta familia me hizo entender que la familia es lo más importante. Sin importar que Patrick no sea mi padre biológico, sin importar que Diane me odie, sin importar que mi única hermana, Lía, se haya suicidado; esta es mi familia y yo la amo y la acepto como tal. Aun cuando mi madre me haya prohibido la entrada a su casa y desafíe su decisión, iré y le diré que la amo a pesar de todo.
De pronto siento una mano tocando mi hombro que me saca rápidamente de mis pensamientos.
- ¿Quieres hacerme el honor de bailar esta pieza conmigo? –Sebástian me hace un invitación con su mano e inclina su cintura en una reverencia.
- Será todo un placer, aunque no sé bailar muy bien –digo avergonzada mientras él se levanta despacio.
- Para suerte suya, señorita Jones, yo soy un buen bailarín –me lanza una bella sonrisa traviesa y ambos ponemos las copas en el borde de piedra de la terraza.
Toma mi mano con delicadeza, Sebástian coloca su mano en mi cintura y me acerca a él. Bailamos al son de la música. Nos miramos fijamente a los ojos sin decir una palabra; sin embargo, al mismo tiempo, diciendo muchas. Sus iris azules brillan como las estrellas resplandecientes en la esta noche oscura. Me mira con calidez. Cada vez que estoy con él me confundo más con mis sentimientos, pero cuando estoy tan cerca de él como ahora, me siento... me siento... diferente. Es algo difícil de explicar. Es como si todas mis dudas se aclararan, como si mis pensamientos se desvanecieran, como si todo el mundo no existiera, como si todo se esfumara de la faz de la tierra. Mi corazón palpita con fuerza. No sé qué hacer con esto.
- Quería pedirte disculpas –dice con voz ronca.
- ¿Por qué?
- Por todo.
- No tienes por qué disculparte.
- Claro que sí –insiste–. Yo... me precipité las dos veces que te besé. Fue un impulso que debí retener, pero... –se detiene y aparta la mirada de mí.
- ¿Pero? –le suplico que termine su frase. Me mira otra vez.
- Pero deseaba tanto probar tus labios –mi mente se congela–. Y cuando lo hice, desee que fueran solamente míos. Fui un egoísta por no pensar en tus sentimientos primero. Perdona si mi manera de actuar te ha confundido en estos días.
- No tienes por qué disculparte. Yo... –me detengo un momento y avergonzada le digo–: por alguna extraña razón también deseaba hacerlo –me mira sorprendido–. No quería aceptarlo, pero así es. Me he sentido culpable porque no quiero faltarle a Jason, no es justo. No quiero hacerle daño ni tampoco quiero hacerte daño.
- No será así. Porque yo... –se detiene.
- ¿Porque tú, qué? –le miro con insistencia.
- Nada. Te lo diré en otra ocasión –lanza una falsa sonrisa–. Por ahora quiero disfrutar de estos momentos –me acerca aun más a él–. Quiero disfrutar tu cercanía. Tu mano con la mía –la besa suavemente– Quiero sentir tu respiración, el latido de tu corazón –me acerca más a él presionando su mano con mi cintura–. Quiero tenerte cerca, aunque sean por unos minutos.
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¿Enamorarme de ti?... Imposible [PRIMERA PARTE]
RomanceErika Jones y Sebástian O'Donell se enfrentan a su destino y juntos lucharán contra la sombra de un pasado que los atormenta día y noche. Sin embargo, el amor que se tienen es lo único que les da la fuerza para enfrentar cualquier adversidad. Enamór...