Viernes 25 de diciembre del 2015.
Paige ya debe de haber bajado porque no está. Me siento un poco agotada, sólo logré dormir unas cuantas horas. No pude dejar de pensar en que tal vez cometí un gran error anoche. Tal vez me precipité al darle entrada a Sebástian con apenas unas horas de haber terminado con Jason. Simplemente me dejé llevar por el deseo y perdí la razón por completo. Tal vez no debí haber accedido a ir con él cuando me lo pidió. Tal vez me tuve que haber encerrado en la habitación para aclarar mis sentimientos. ¿Cómo pude haber sido tan imprudente? Voy a tener que hablar con Sebástian al respecto y pedirle un poco de distancia para pensar con claridad antes de dar un paso y precipitarnos ante las circunstancias. Él entenderá la situación. Me siento sucia y pegajosa así que me meto a la ducha.
El agua es tibia y suave al tacto con mi piel. Mojo mi cabello y lo sacudo un poco con mis manos. Siento como algunos granos de arena se resbalan hacia abajo con el agua. El champú tiene un ligero olor a frutas. Extraño tanto mi champú con olor a sandía. Lavo mi cabello para quitar toda la suciedad de la playa; cuando termino lo enjuago y la espuma cae al suelo a través de mi cuerpo. Luego tomo el jabón con aroma a lavanda y lo paso por mi cuerpo. De repente, cuando hace contacto con mi piel y lo distribuyo con suavidad pienso que es él quien me acaricia dulcemente. Recuerdo su perfume. Está tan grabado en mi memoria que siento como si estuviera aquí junto a mí. La intensidad del momento me hace olvidar que estoy sola en mi baño, desnuda y pensando en él. Siento que la punta de sus dedos rozan mi espalda con delicadeza. Siento sus labios besar mis hombros, mi cuello, mis brazos, mis pechos, mi vientre... Siento sus caricias tatuadas en mi ser. Siento sus fuertes brazos rodear mi cuerpo con determinación.
Aún puedo sentir su presencia, su respiración caliente contra mi piel, su cuerpo contra al mío. Tan sólo pensar en lo que me podría hacer en estos momentos de vulnerabilidad me vuelve loca. Tal vez sus dedos jugarían con las sensibilidades de mi piel. Tal vez me tomaría entre sus brazos y me elevaría del suelo con total facilidad, y yo rodearía su cintura con mis piernas. Después besaría mis pezones mientras yo arquearía mi espalda y enredaría mis dedos en su húmedo cabello. Luego me pondría contra la pared y su miembro erecto haría su trabajo dentro de mí. Yo me sostendría de sus hombros con fuerza. Me besaría en los labios con una salvaje pasión incontrolable. Sus manos acariciarían mi cuerpo y mis labios morderían el lóbulo de su oreja. Sería placentero verlo entrar con decisión por esa puerta para cumplir con mi oscura y atrevida fantasía. Me sorprendo a mí misma pensando en estas cosas y muevo mi cabeza para reprimir mi más profundo deseo.
Salgo del baño con mi toalla puesta. Busco en mi maleta un poco de ropa y mis bragas. Con una mano sostengo la toalla para evitar que caiga al suelo y con la otra escojo mi ropa. Para ser honesta me siento un poco frustrada y no sé porqué; miro mi ropa y nada me gusta. No quiero usarla. Me quedo pensativa unos minutos hasta que me sobre salto de repente por una voz que me sorprende.
- ¿No sabes que ponerte? –me volteo y allí está, sentado en el sofá que está en los pies de la cama.
Con la mano izquierda sobre sus piernas cruzadas y el brazo derecho estirado en el respaldar. Su rostro aún luce un poco maltratado. ¡Sebástian! ¿Qué hace aquí? ¿Desde hace cuánto tiempo ha estado allí sentado? Me quedo helada y luego me doy cuenta de que estoy desnuda frente a él y me pongo roja como tomate. Ya sé, eso no me importó en la noche cuando... lo hicimos, pero está vez es diferente. Estoy desnuda en plena luz del día. Su camisa azul está ajustada a su cuerpo perfecto y se ve endemoniadamente sexy, con esa media sonrisa juguetona, esa comisura en su mejilla y sus ojos azules que me devoran con la mirada. Instintivamente me muerdo el labio inferior deseando saborear los suyos en este preciso instante. Incluso mi cuerpo lo desea en este momento, pero trato de detener mis pensamientos. Creo que ha sido lo más difícil que he tenido que hacer. Reprimir mis sentimientos.
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¿Enamorarme de ti?... Imposible [PRIMERA PARTE]
RomanceErika Jones y Sebástian O'Donell se enfrentan a su destino y juntos lucharán contra la sombra de un pasado que los atormenta día y noche. Sin embargo, el amor que se tienen es lo único que les da la fuerza para enfrentar cualquier adversidad. Enamór...