-The Mechanic- |EXO|

Capítulo 31 |Segunda|

[Flashback]

Sehun quedo unos segundos viendo el rumbo que había tomado el coche de Luhan minutos antes. El silencio de la noche lo abrazo acogedoramente, eran esos momentos, los que le hacían pensar en lo importantes que era el tiempo con el rubio.

Pero luego de que la estera de humo se desvaneciera en el camino, Sehun frunció el ceño, la sensación de ser observado le puso alerta y ladó la cabeza hacia una esquina su afilada mirada escudriñó el perímetro donde, de pronto, un gato callejero saltó de los botes de basura, atrayendo su atención. Bufó agotado y simplemente caminó de vuelta a su hogar, estaba muy cansado y necesitaba una ducha.

Pero, tal vez, estaba en lo cierto y sí había alguien observándolo.

Cuando entró, se quitó los zapatos con pereza y caminó descalzo hasta su habitación donde se acostó sobre su cama, estaba muerto.

También, había pasado un tiempo desde que había ido a una feria, y se había divertido tanto. No recordaba ni un paseo con su padre o su madre, en realidad la primera vez había sido acompañado por su primo, Suho. Al remembrar su infancia escasa de amor, atrajo un mal sabor en la boca del estómago, agitó su cabeza eliminando cualquier rastro de ellos, nunca le habían venido bien esas cosas, y no estaba de humor para ponerse sentimental.

Se levantó perezosamente, dirigiéndose a su pequeño baño, rápidamente se quitó su chaqueta dejándola caer, y fue solo en aquel momento donde notó el collar, se puso de cuclillas, con el ceño fruncido, recogiéndolo.

—¿Qué es esto...? — Acarició el material plateado, reflejando el brillo del metal en sus ojos. Pero el efímero recuerdo de Luhan abrazándole antes de marcharse llegó fugazmente a su pensamiento, y una ligera sonrisa se extendió sobre sus labios. —Vaya... ¿Quién lo diría? — Se puso de pie y simplemente la enganchó alrededor de su cuello. —Eres todo un romántico, Luhan hyun. —Murmuró antes de terminar de desnudarse.

[End flashback]

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Caffe Bluzz

Suho trabajaba a medio tiempo, por una paga miserable, pero aun así lo hacía porque los recibos de la luz, el agua y la renta no se detenían a esperarle. Y sí, la vida era difícil para un joven de veinticuatro años que además de tener cuatro trabajos, también estudiaba en casa en su tiempo libre, y cuidaba de su primo, que por cierto hace nada, había terminado su ciclo escolar.

El establecimiento estaba repleto de clientela estudiantil, muchas chicas de segundo o primer año, el clima era frío, perfecto para un capuchino caliente y unas rosquillas acarameladas, y sinceramente, Joonmyun podía oler el aroma del pan recién horneado desde la esquina, pero eso no significaba algo bueno, claro que no, pues estaba llegando tarde, por tercera vez en lo que quedaba de la semana.

Y rezó porque nadie notara su ausencia, cuando entró sigilosamente por la puerta trasera, pero ningún Dios se había molestado en escucharle, cuando un hombre barbudo y d aspecto gruñón le apuntó con la sartén de waffles acusadoramente.

El pálido hizo como si de repente fuera invidente y camino tanteando hasta su casillero en busca del delantal usual de los meseros, pero los apresurados y ruidos pasos de su jefe le indicaron que no le esperaba un aumento, y menos unas felicitaciones.

—Lamento llegar tarde, lo compensare con horas extra. — Se excusó ante la mirada de sus colegas, en la cocina.

Esa mañana no era la más animada para él, bien, lo había sido desde que ese chico interesante del hotel se había ido. Ralamente creía que Lay era el tipo de persona que no había visto nunca antes, era sincero y crédulo, tenía una linda aura tierna que le hacía querer protegerlo. No se sentía de esa forma por cualquiera... Y ese beso, Jesús, el beso que se dieron en el aeropuerto le había dejado con muchas ganas.