-The Mechanic- |EXO|

Capítulo 40 |Segunda|

Gangnam — Guk |Residencia Wu|

3 de abril 2016

Sigo teniendo esa insistente sensación de que perdí algo importante. Es como una sombra, que solo desaparece cuando estoy tras otra sombra, cuando estoy ocupado en algo más, pero... simplemente cuando me doy vuelta sigue ahí.

La paranoia en mi caso es muy alarmante, sé que debería decírselo a mi padre, o contárselo a mis amigos, en especial a Sehun, que está muy preocupado por mí... Pero, no quiero volver a ese lugar, solo necesito quitarme esa idea de la cabeza, o terminara por enloquecerme... de nuevo.

Cerró el cuadernillo forrado con cuero y dejo la pluma sobre él. Estaba cansado de la misma posición y sus ojos ardían por estar tan pegado a una hoja de papel. Se estiró tronando sus huesos y luego masajeo su cuello. Eran las «10pm» debía acostarse y recuperar las fuerzas, en realidad no tuvo que decírselo más de dos veces, cuando cayó rendido.

Sus ojos avellanos se abrieron de golpe sorprendiéndose por su acelerada respiración, sentía como si hubiera estado sumergido bajo el agua por treinta minutos.

Miró donde se encontraba y noto que esa no era su cama, bueno en teoría lo era, pero no la de su hogar, sino...

—Psychiatric Daunit Center... — escapó de sus labios. Revisó su alrededor y las cosas parecían estar intactas. Bajo de la cama y notó que usaba el mismo y típico camisón hasta las rodillas.

Camino fuera de la habitación aun apoyándose de las paredes, sus dedos sentían esa electricidad al rosar las fibras de los muros.

Sabía que debía estar dormido en su alcoba y hasta, tal vez, estar con la boca abierta y babeando un poco, pero diablos, ese sueño se sentía demasiado real. No había tenido sueños tan vividos desde hace un buen tiempo después de su recuperación... eso no era bueno.

Jasper le había dicho que, tal vez, su subconsciente intentaba decirle algo, algo que no era capaz de entender.

Luhan intentó pensar en ese algo, deseaba despertar, pero sabía que él mismo no se lo permitiría hasta torturarlo suficiente.

—¿Qué es? ¡Vamos, sabes que ahora mismo no me apetece jugar a las adivinanzas contigo! — Dijo al aire y al segundo oyendo el eco de sus palabras. Luhan se alentó para no tener miedo.

Pero, diablos, justo después de que se dijera así mismo que era fuerte, un grito o más bien el grito usual de los bebes recién nacidos lo alteró. Llevó su mano a su pecho comprobando que aun latía, temía morir en una jodida pesadilla, de pronto el miedo se colaba por sus pies y ascendía hasta comerle la cabeza. Si esa no era la jodida recreación de una película de miedo, escrita por Henry James, pues, su mente estaba muy cerca de hacerlo cagarse en sus pantalones.

Los pasadizos eran oscuros mientras más caminaba, las luces tintineaban sobre su cabeza y sus manos sudaban.

—Es solo un sueño y no puede lastimarme..., yo lo controlo. — Repitió en susurros. Era lo que Jasper le decía para que no estuviera asustado cuando les tocaba las terapias de Hipnosis. —Puedo controlarlo...

«No, no puedes.»

Luhan quedo casi paralizado del miedo cuando oyó esa voz resonando por los altavoces invisibles ¿Le había respondido?

Su mano fue deslizándose de la pared lentamente hasta que no pudo sostenerse de esta.

Cuando se armó de valor y levantó la vista se encontró en pediatría, miles de niños en incubadoras, pero solo una era iluminada por un reflector.