Cuarto capítulo

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4Lejos de casa

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Lejos de casa

Luego de haber reflexionado sobre su situación desde todos los ángulos posibles y cuando el sol estuvo en lo alto en medio de un cielo bello y despejado, Bohu decidió regresar

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Luego de haber reflexionado sobre su situación desde todos los ángulos posibles y cuando el sol estuvo en lo alto en medio de un cielo bello y despejado, Bohu decidió regresar. No quería aceptarlo, pero ese pez parlanchín estaba en lo cierto. La transformación no se detendría, mucho menos después del baño que había recibido de las aletas del tritón. Estaba desesperada. Una única salida se presentaba ante su desgracia y ya nadie podía ayudarla, ni siquiera el anciano.

En el puerto estaba su hermano con un grupo de pescadores frente al lugar donde debería estar su bote, llevaba su equipo de dibujo bajo el brazo y un sombrero de paja que Basila había tejido en su infancia, sobre unos largos rizos desordenados heredados de su padre. Al verla llegar Benjamín endureció la mirada y la inundó con preguntas, mas Bohu pudo zafarse y correr de vuelta a casa.

Si no arriesgas no ganas, pensaba más segura que nunca, y nadie la haría cambiar. Algunas cosas son convenientes, aunque al principio no parezcan una buena idea, hay muchos caminos para llegar a un lugar específico, y ya Bohu tenía el suyo marcado.

Dos días después estaba en el arrecife antes de que saliera por completo el sol. Benjamín había insistido en acompañarla para verle la cara al tipo que la había maldecido, y Fani no podía dejarla sola en un momento como ese. Habían inventado a su familia que se había ganado una beca para estudiar lo que siempre había querido en el extranjero, Bohu preparó una maleta donde estaban sus ahorros y sus pertenencias, Fani la escondería mientras hallaba una solución a su dilema dentro de las aguas. Su madre estaba orgullosa de ella y su padre no cabía de dicha. Se sentía tan sucia recibiendo sus halagos y besos, no era merecedora de tanto amor. Basila intentaba no llorar frente a ella enseñándole su grande sonrisa, incluso amarró la moneda de la suerte de Bohu a un cordón y se lo ató en una mano.

Su familia era un reto difícil de superar, así mismo era su motor para encontrar un antídoto a su maldición.

Y Jaén. Le terminó al fin. El insistente acoso de Anabela la tenía harta y no lograba tragar entera la actitud que él había tomado frente al reto. Al principio él creyó que se trataba de una mala broma, después quedó en silencio por varios minutos con la mano de Bohu entre las suyas. Finalmente, le deseó suerte y se retiró prometiendo regresar.

El reino en lo profundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora