3| Mejores amigos

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El día estaba soleado,en el cielo no existía ni una nube que pudiera estropear el agradable clima,pero el frío todavía podía sentirse.

Jimin caminaba hacia la parada de autobuses con la capucha de su buzo puesta mientras Sleepwalking de BMTH sonaba a todo volumen desde sus auriculares en sus oídos. Algo de música lo tranquilizaba al momento de salir al mundo exterior.

Las miradas de sus vecinos se paseaban sobre él, incomodandolo mucho. Era típico ver a jóvenes con el estilo de Jimin,no lo veían por su llamativa apariencia, sino porque- además de ser jodidamente guapo y quitarle el aliento a más de una persona sin darse cuenta por su nula autoestima-la mayoría lo conocía, todos sabían quiénes eran sus padres. Lo recordaban como el chico adorable,puro,endeble y con el cabello siempre perfectamente peinado. Ese muchacho que vistiendo camisa, corbata y pantalones elegantes, acompañaba a sus padres a la iglesia casi todos los días.

A pesar de pasar la mayoría de sus días dentro de ese lugar religioso cuando era niño, Jimin jamás pudo adaptarse,ni sentirse cómodo. Hablaba tanto con niños de su edad como con personas mayores,pero solo eran charlas llenas de palabras frívolas. Hasta ese día, se preguntaba cómo sus padres podrían asistir con tanta euforia a un sitio donde había alguien "superior" que solo te decía que debías hacer, cuales palabras eran las adecuadas decir, que ropas vestir,con que personas debías socializar,cuando debías pararte,sentarte,cuando podías hablar,lo que era correcto e incorrecto según un libro que solo fue escrito por el mismo ser humano. Te decían como debías vivir,y Jimin no estaba de acuerdo con eso.

Con el paso del tiempo,fue alejándose de la iglesia y de sus padres,al darse cuenta que la hipocresía,la discriminación y la superficialidad reinaban en ese lugar. Y no ese ser que ellos llamaban "Dios" ni tampoco el amor que decían predicar.

Jimin siempre estuvo lleno de inseguridades. Detestaba salir y las múltitudes. Odiaba que lo quedaran viendo,como si detectaran cada uno de sus defectos. No quería que nadie se le acercara y si eso ocurría, él lo ahuyentaba sin rodeos con su fría aptitud.

La duda que no paraba de rondar por su cabeza,en los últimos días,era ¿Por qué no pudo hacer lo mismo con Jungkook?¿Por qué no quería que el castaño se alejara?¿Por qué encontraba paz en su mirada y en su deslumbrante sonrisa?

Tenía muchísimo miedo de que Jungkook se apoderara de todos sus pensamientos. Tenía miedo de conocer con profundidad al chico de hermosa sonrisa y que no fuera una basura como todas las personas a su alrededor. Miedo de que Jeon resultara ser alguien amoroso, comprensivo y totalmente perfecto como reflejaba su apariencia. Miedo de que lograra filtrarse en su vida,y se involucrara más de la cuenta,viendo lo miserable que era. Miedo por no saber que sentía,solo sabía que quería volver a verlo y agradecerle por ser tan atento y amable con él esa vez, aunque muriera de nervios.

Jimin nunca le ha prestado atención a otras personas,ni siquiera en la universidad. Solo se limitaba a usar las palabras justas y necesarias para no parecer maleducado. Y que pudiera entablar una conversación con el chico tatuado,aquella vez,fue como una especie de milagro. Eso le provocaba una sensación extraña pero linda en su pecho.

El viaje en autobús le resultó muy corto por estar perdido recordando a Jeon. Bajó frente al mismo parque en el que decidió quedarse la noche que conoció al protagonista de sus pensamientos. Divisó a dos chicas sentadas en ese lugar y fue hacia ellas a preguntar por el local que el castaño le había dicho,era muy conocido. Las chicas sin problemas le indicaron que quedaba en una esquina a tan solo unas cuadras de donde estaban.
Los nervios lo estaban comiendo vivo. Caminó sin apuro alguno, pensando y analizando las palabras que le diría a Jungkook. Esta vez quería hacer las cosas bien.

Entre la gente pudo ver en una esquina el local. Sus paredes pintadas de negro,la puerta roja y encima de todo,las palabras "The Last" escrito con un plateado brillante que llamaría la atención de cualquiera. Sin duda tenía un aspecto impecable.

Conocí la felicidad (Jikook/Kookmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora