24| Conociendo a Jungkook

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L

a bilis recorría el interior de su garganta de arriba a abajo,saliva escapaba por la comisura de sus labios y lágrimas inundaban sus ojos. Pero no iba a llorar,no quería hacerlo.

Su boca seguía siendo envestida por ese grueso e hinchado pene,mientras él se encontraba de rodillas en medio de ese oscuro callejón. Cerró los ojos mientras apretaba los puños con fuerza sobre las caderas de aquel chico, Jaebum. El chico que contaba con excelencia académica y cientos de medallas ganadas en los campeonatos de tennis. Bastante querido en el vecindario, solidario,amable,atento y encantador, según todos. El deseo más sucio de todas las chicas,el ejemplo a seguir de muchos y el hijo que cualquier madre quisiera tener. El mismo chico que no dudó ni un segundo en pagarle unos cuantos billetes por una buena mamada.

Los gemidos de Jaebum se mezclaban con los repugnantes olores de ese callejón para causarle unas inmensas ganas de vomitar. Seguía sin abrir los ojos,no quería ver la morbosa imagen frente a él, solo se dejaba hacer mientras rogaba que todo acabara lo más rápido posible.

Estaba tan cansado de su vida y asqueado de si mismo. Lo único que podía hacer en esos momentos era intentar desconectar su mente para que luego esas horribles sensaciones no se volvieran tan difíciles de olvidar.

-¡¿Jungkook?! - gritó una voz grave y bastante intimidante.

Rápidamente, Jaebum apartó a Jungkook de su entrepierna y subió su ropa interior junto con sus pantalones,mirando aterrado a quien había interrumpido esa vomitiva escena.

El rubio irrumpió en el callejón y caminó hasta Jaebum. Lo tomó de los cabellos y tiró de ellos con una fuerza monstruosa para alejarlo de Jungkook.

-Quiero que te largues de aquí y que no vuelvas a acercarte a Jungkook nunca más ¿Me oíste? -dijo con rabia rechinando los dientes y sintiendo como su tic en el ojo volvía. Vio como el cuerpo de su presa asintió sin parar de temblar, totalmente asustado - por qué si no,no dudaré en matarte - escupió en su rostro y lo libero para que desapareciera de su campo de visión.

Se volteó y a pasos lentos y pesados,se acercó a Jeon. Tomándolo del brazo estampó su cuerpo contra la pared mirándolo despectivamente.

-¿Qué carajos tienes en la cabeza?

Su severo tono de voz y su mirada cargada de reproche,fueron el detonante para que Jungkook se quebrara frente a él.

-Lo siento...-dijo entre sollozos- tenía que hacerlo, no tengo nada que darle de cenar a Rose.

Eso le desgarró el corazón por completo. El rubio suavizó su expresión,bajó la mirada mordiendose el labio inferior y cerró los ojos tratando de que las lágrimas volvieran a donde pertenecían.

-Mil veces...- habló mientras acariciaba la mejilla de Jungkook para darle algo de calma -mil veces te dije que cada vez que necesitarás dinero,me lo pudieras a mí.

-No puedes seguir dándome dinero que no voy a poder devolverte.

-¿Eso que importa? Jamás te ayudé con esas intenciones. No me debes nada.

-Pero...

-Vamos a tu casa...-lo interrumpió - Rose debe estar esperandote. Hoy cenaremos hamburguesas con papas fritas o tal vez unas pizzas... - cuidadosamente,lo tomó de la muñeca para guiarlo a la salida de ese callejón.

-Gracias,Taehyung -susurró Jungkook con una pequeña sonrisa en los labios,mientras seguía caminado junto a su único amigo.

Jungkook siempre careció del amor y la atención de su madre,ya que ésta,al darlo a luz a muy temprana edad, tubo que dejar sus estudios y todos sus sueños para criarlo sola. Ésto dio cabida a cierta apatía hacia él,pero también provocó en Jungkook una viveza y cierta independencia para hacer casi todas las cosas que los niños de su edad no sabían hacen.

Conocí la felicidad (Jikook/Kookmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora