Asesinos organizados y desorganizados

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A raíz de los datos recogidos en las entrevistas que a principios de los años ochenta realizó la Unidad de Ciencias de la Conducta, surgió la clasificación del asesino sexual en dos clases principales: el "no social organizado" y el "asocial desor...

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A raíz de los datos recogidos en las entrevistas que a principios de los años ochenta realizó la Unidad de Ciencias de la Conducta, surgió la clasificación del asesino sexual en dos clases principales: el "no social organizado" y el "asocial desorganizado". La segunda palabra de cada denominación significa lo que dice. Los asesinatos son, en mayor o menor grado, planificados y controlados; y, como suele suceder, los practicantes "organizados" pertenecen a una categoría superior a la de sus colegas "desorganizados": más inteligentes, más trabajadores, con su propio coche y, tal vez, un amante en casa.

Cuando de las pruebas recogidas en el lugar del crimen se deduce el tipo de asesino, los investigadores poseen indicadores iniciales sobre las características del sospechoso: en qué trabaja, si vive solo o en pareja, si su casa está cerca del escenario del crimen, etcétera. Los asesinos sexuales no dejan muchas otras pistas, pues el blanco es fundamentalmente casual, por lo que la detección clásica (la investigación a partir de la identidad de la víctima) resulta poco útil.

Al asesino sexual "no social organizado" le disgusta la gente en general. En apariencia, sin embargo, parece afable e incluso agradable. Típicamente considerado como un elemento perturbador por conocidos y colegas, su preocupación principal es 'sobresalir'. Su latente hostilidad social se manifiesta al comienzo de la adolescencia, y en general el asesinato estalla a causa de algún acontecimiento específico, como perder un empleo.

Por regla general, el asesino organizado no elige como víctima a una persona de su mismo entorno. Es lo bastante prudente como para vagar tranquilamente en busca del siguiente golpe y toma la precaución de llevar un arma, tanto antes como después de cometer el crimen. No suele atrapar a su presa mediante el recurso inmediato de la violencia; con sus habilidades sociales seduce a la persona en perspectiva para que vaya por su mismo camino. En la medida en que de forma "preparatoria" tortura y mutila a la víctima antes del asesinato, el asalto es un proceso lento, y cada paso deja tras de sí un escenario del crimen perfectamente ordenado. La inflicción de TERROR y miedo proporciona la recompensa, y el asesino organizado saborea lentamente sus placeres solitarios, que suelen intensificarse con un ritual de DESMEMBRAMIENTO.

El asesino organizado obtiene una reacción de audiencia retrospectiva, transportando el cadáver desfigurado hasta un lugar donde alguien pueda tropezarse con él. Para completar el plan, no deja de vigilar la marcha de las investigaciones, a la espera de averiguar si el cuerpo ha sido descubierto, y en el mejor de los casos se implica de manera periférica en la investigación. Puede enviar mensajes en los que se burla de la policía. En ocasiones regresa por las noches al lugar del crimen, como el Hijo de Sam.

Por el contrario, al asesino "asocial desorganizado" no sólo le disgusta profundamente la gente. Solitario y callado, incapaz de afrontar las relaciones personales, evita mantener contactos con otros y generalmente desempeña trabajos de baja categoría. En la adolescencia roba ropa femenina, sobre todo íntima; no es tan arriesgado como para acercarse a una de ellas abiertamente. En la madurez es clasificado como "sexualmente incompetente" y cualquier acto sexual tiene lugar cuando la víctima está muerta. El asesino desorganizado encuentra a sus víctimas cerca de casa, arrollándolas en una frenética "guerra relámpago". Hasta el momento fatal, tal vez no tiene intención de matar; no lo mueve la ansiedad ni tiene nada planificado. Normalmente abandona el cuerpo donde cae y apenas si intenta encubrir el crimen. A veces deja un revoltijo de huellas ensangrentadas de pisadas y de dedos. Suele deshacerse del arma -a menudo elegida para la ocasión- en un lugar cercano. Una de las características del asesino desorganizado es que se lleva a casa partes del cuerpo para comérselas.

De este modo la investigación inicial de la policía se concentra en la secuencia probable de acontecimientos durante el asesinato (in vivo o mutilación póstuma), la localización del cuerpo (oculto/expuesto) o la presencia/ausencia del arma. A veces los signos son claros, a veces confusos, pero en cualquier caso constituyen la base de un PERFIL Psicológico lo bastante revelador como para que la policía recorra puerta por puerta el vecindario haciendo preguntas que comienzan por: "¿Ha conocido a alguien?", con la esperanza de que lo conduzcan al culpable.

El sistema dista mucho de ser perfecto. El agente del FBI Robert Hazelwood tiene una hoja en la pared de su oficina en la que se especifica que el sospechoso de un caso de Georgia es un divorciado que abandonó los estudios en la escuela secundaria, procedente de un hogar roto, con un empleo poco especializado, que vivía a kilómetros del escenario del crimen y frecuentaba bares baratos. El culpable resultó ser un alto ejecutivo, abstemio, casado, perteneciente a una buena familia y con una casa en el vecindario. Autor: Oliver Cyriax
Título: Diccionario del Crimen
Tít.Orig.: Crime. An Encyclopedia
Edic.Orig.: 1993
Editorial/Colec.: Anaya & Mario Muchnik /Milhojas
Lugar/Fecha/Pág.: Gran Bretaña/29-feb-1996

La Enciclopedia Asesina I (Criminología y Criminalística)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora