Capítulo 5

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Al día siguiente el colegio estuvo como todos los días: aburrido… pero con Nicole nos pasamos riendo y burlándonos de las personas que estaban a nuestro alrededor, a veces le preguntaba si es que éramos buenas personas y ella negaba con la cabeza diciendo que eso no tenía importancia. Es que a mí sí me daba miedo el karma aunque cada vez que se lo mencionaba ella bufaba y decía que no creía en ello. Ella creía en vudú y muchas otras cosas más increíbles pero no en el karma.

Cuando le conté lo que había pasado con Ben simplemente enloqueció, se puso feliz como si se tratara de su propia vida… no lo pudo creer pero sabía que era verdad ya que en gran parte interfirió como pasándole mi fotografía y quién sabe qué otras cosas más vergonzosas pudo haberle dicho o hecho, pero no podía reclamarle nada, ya se me había pasado la rabia y la vergüenza, después de todo, gracias a ella ahora Ben me ubica en el mapa y se lo tengo que agradecer.

Lo del novio de mi mamá también se lo conté, porque necesitaba desahogarme, omití la parte en la que el chico violó mi privacidad y me dijo toda esa mierda, contarle eso resultaría incómodo, además… tal vez ella diga lo que no quiero escuchar. No estaba acostumbrada a no contarle algo de mi vida, ella sabía toda mi historia, casi todo mi caminar, como si fuésemos la misma persona. No teníamos todo en común, no éramos idénticas pero ella tenía algo que las demás chicas de mi institución no tenían: la comprensión… y por si eso no fuera poco tampoco juzgaba mis acciones o mis gustos.

Después del colegio nos fuimos a su casa para que me pueda preparar, Brenda se tenía que encontrar hoy con Ben, aunque ya lo había visto antes, no podía evitar sentir tanto nerviosismo, estaba aterrada, odiaba esa parte de mí. La odiaba.

En la gran recamara de mi amiga visualizo el rostro de Brenda en mi mente, imagino sus ojos azules como el zafiro, su pelo largo negro y lacio, su piel blanca y perfecta y de pronto, como ya estaba acostumbrada, una luz blanca cegadora empieza a envolver mi cuerpo, chispas salen de mi ser, siento como si miles de arañas estuviesen recorriendo todas mis extremidades y después de un momento siento el cambio… siento el cuerpo familiar de Brenda apoderándose de mi verdadero yo.

- Brenda – murmuro para asegurarme de que en realidad ya era ella. Su voz era mucho más delicada que la mía, una melodía perfecta en los oídos de cualquier ser humano.

Me miro al espejo y le sonrío a la chica que ahora soy. Definitivamente seguía siendo hermosa, cuando era ella me sentía mucho más poderosa, capaz de conquistar el mundo y sobre todo, capaz de conquistar el corazón de Ben, que creo, ya lo había logrado.

No podía evitar amarla tanto, a Brenda digo, ella abrió puertas que para mí estaban cerradas con miles de candados, gracias a ella tuve contacto con una de las personas más importantes para mí, gracias a ella por fin puedo vivir la vida que siempre quise y aunque no disfrute de esa hermosa vida siendo Cassandra, de todas formas disfruto siendo como Brenda… tal vez parezca ridículo pero es imposible explicar mi amor por  esta chica que ahora estoy mirando en el espejo.

Me pongo la ropa de Nicole, quedamos en que nunca iba a presentarme ante nadie con la ropa de Cassie, fue chocante ese comentario que hizo Ben, sobre que teníamos la misma fragancia.

Mi amiga me había dado uno de los tantos perfumes de su madre para evitar cualquier otro inconveniente, ya estaba paranoica al respecto.

La ropa que había elegido para esta ocasión era un vestido holgado sin mangas de color lila, me quedaba tan hermoso que de repente me dieron ganas de llorar, combiné con unas sandalias bajas de color plateado. Tenía puesto una pulsera de oro que mi abuela Coralina me había regalado hace tantos años atrás, obviamente como Cassie nunca la usé, ahora sería la pulsera de Brenda, esa sería su identificación, por así decirlo. Mi cabello de Brenda iba a estar suelto como siempre. Dios… estaba perfecta. No voy a utilizar nada de maquillaje, no lo necesitaba. No tenía imperfecciones, no tenía ojeras y no era pálida, sino que tenía mejillas sonrosadas y ni tampoco necesitaba de ningún tipo de labial…

Detrás De EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora