Capítulo 18

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Un mes después…

Si me quiere me detendrá y si no, me dejará ir así.
Me repito eso una y otra vez pero el miedo no me abandona y nunca lo hará, no si él no viene y me dice que me quiere y que irá por mí. Muy en el fondo sé que no vendrá, sé que dejará que me vaya sin que me haya dicho ni una sola palabra en todo un mes, no me ha dicho nada desde aquella noche que le dije toda la verdad. Quizás así sea mejor, quiero que así sea mejor, quiero pensar que así es mejor pero no puedo. Es imposible que piense de esa forma.
Me prometí a mí misma que no lo iba a buscar, que era hora de que deje de ser una tonta. Él no me quiere, nunca me quiso y es por eso que dejará que me vaya así. Fue una hermosa historia sin duda alguna pero me hubiese gustado que termine de una mejor manera, me hubiese gustado olvidarlo y lo peor de todo es que hubiese matado porque nunca llegara a su final.
Nunca antes sentí tanto dolor y tanto amor y odio a la vez hacia una misma persona, no entiendo cómo es que no puedo olvidarlo, no lo vi ni le hablé todo un mes después de haber pasado con él cada minuto del día y prácticamente todas las noches.

Ya estaba saliendo de mi casa con Tim, Nicole y mi madre y mi abuela detrás de nosotros.

- Los voy a extrañar, ni se imaginan, nunca olviden que los amo – dice Coralina mi abuela.

Ya se ha despedido y una otra vez… lo ha hecho millones de veces desde la semana pasada y ayer prácticamente se quedó a dormir conmigo.

- Más les vale estudiar mucho porque la universidad no es nada parecida al colegio, este es mucho pero mucho más complicada y tú Cassie lo sabes.

- Sí, lo sé.

Muy complicada es mi vida…
Estoy en el avión y sigo pensando en él, ni siquiera me di cuenta de que ya estaba aquí, no fui consciente de ninguno de mis pasos. Pero me vuelvo a repetir, es mucho mejor así… me iré de esta ciudad y no volveré en cinco años o quizás más y cuando pase tiempo con nuevas personas y conozca chicos me voy a olvidar de él para siempre, bueno, jamás me voy a olvidaré de esa persona, quiero decir que lo voy a dejar de querer, voy a dejar de quererlo… definitivamente lo voy a olvidar. Tengo todo en mis manos, a mi amiga, a mi hermano, a mi madre y hasta veré a mi padre, a la única que voy a extrañar es a mi abuela pero luego tengo todo lo que necesito, ya nada me hará falta nunca más. Tengo mis libros e iré a la mejor universidad, ¿qué más quiero?
A él.
No es justo, realmente no es justo ¿por qué yo tengo que seguir queriéndolo? Pero me obligo a pensar en otra cosa. Como ya había pensado, no volveré en cinco años a esta ciudad y conoceré gente nueva y chicos mucho más lindos y mejores y tengo todo. No es necesario que me sienta tan vacía. No es necesario.
El avión despega y es cuando le pongo fin a mi vida de antes dejando lo que más quiero en esta ciudad, dejándole a Brenda detrás porque ya nunca más volveré a ser ella, ya nunca.

Mi vida no es mala, no realmente, estoy todo el tiempo con Nicole y ella siempre me da apoyo moral, la única vez que me siento un poco deprimida es cuando la veo a ella con mi hermano tan felices como algún día yo lo fui, no los envidio, para nada, es solo que es imposible evitar estar triste al recordar todo lo que un día viví.
Y también por las noches… raras veces suelo dormir realmente. Siempre lo sueño a él y despierto gritando su nombre toda sudorosa. La situación es patética si lo pienso bien, ¿pero qué culpa tengo yo de ser así como soy? Simplemente no puedo evitar despertar gritando y con fobia. A veces no despierto gritando pero sí sollozando, los sollozos salen de mí de manera tan violenta y tan imposible de reprimir.
Nicole quiere que visite a un psicólogo pero yo no estoy loca, preferiría que me internen en un manicomio antes que ir a contar lo que me sucede a una patética psicóloga.
Nicole, Tim y yo estamos viviendo con mi madre en su gran casa y eso es realmente bueno, tenerlos a todos me hace muy bien pero decido ir a quedarme unos cuantos días con mi padre cuando nos dan la noticia de que el novio idiota de mi madre, Diego, pasará con nosotros el fin de semana.
Al entrar en casa de mi padre me recibe su muy sonriente esposa, Martha tiene el pelo corto y negro, su piel es fina y blanca, es unos años menor que mi padre pero parece mucho más joven porque es tipo mi madre que está obsesionada con su imagen y ya no sale del spa. Mi padre es un señor muy apuesto que siempre está muy bien vestido, no es como mi madre y Martha que están obsesionadas con sus imágenes pero tampoco es un dejado. Tiene el cabello marrón y ojos del mismo color, él inspira tanta paz y es porque nunca grita, nunca sale de sus casillas y eso me encanta de él porque estoy acostumbrada a la histeria de mi madre.
Martha y mi padre tienen dos hijos varones, uno de ocho años y otro de dos. Estos chiquillos me adoran porque siempre han querido una hermana. Obviamente mi padre les enseñó a que me vean como una hermana mayor aunque solo una vez nos hayamos visto.
La universidad es lo mejor… ya he conocido a tantas personas y lo mejor es que estas no son como las del colegio, descerebradas y obsesionadas con sus imágenes, bueno, unas que otras parecen estarlo pero creo que eso no debería faltar porque sería muy hermoso para ser real.
Pero mi suerte cambia cuando veo nuevamente a Francisco, el chico que había conocido hacía unos cuantos meses atrás cuando me encontró llorando de forma muy patética por Ben aquella vez cuando creí verlo besándose con Joselyn.

Detrás De EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora