Capítulo 16

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Lo único que hago es ir al colegio y estudiar, estudio mucho, demasiado y también leo. Eso es todo lo que hago además de pensar en cómo decirle a Ben toda la verdad. Mi mente está saturada de muchas informaciones sobre biología y matemática y de muchas otras materias más. Mi abuela va constantemente a hablar con el director del instituto y le informan que me está yendo de maravilla como antes, entonces ya me deja salir para ir a casa de Nicole y ahí planeamos nuestro gran proyecto “diciendo la verdad”
Además de todo eso mi abuela ya le va tratando mejor a Tim, juntos estudiamos para que no pierda el ritmo.
No me he conectado en semanas, ni como Brenda. Ben seguro pensó que ambas desaparecimos del planeta tierra.
Pero lo que ni se imagina es lo que va a suceder esta misma noche, porque por fin llegó ese momento, por fin voy a sacarme este gran peso de encima. Por fin le diré toda la verdad.
Ya tengo todo planeado, sé exactamente cómo se lo diré y en qué lugar, he pensado tanto en esto que es imposible que salga mal. Lo que no puedo evitar es sentir miedo, mucho miedo y mucha ansiedad. Solo espero que todo salga bien.
Cuando da las seis en punto de la tarde lo llamo. Atiende al instante como si tuviese en la mano su celular esperando esta llamada.

- Cassie – dice algo frenético.

- Ben, hola.

- Hola, por Dios, al fin te dignaste a llamarme, no sé qué pasó de ti ni de Brenda, ¿está todo bien?

- Sí, no te preocupes. ¿Estás disponible esta noche?

- ¿Quieres que nos veamos?

- Sí.

- Dime el lugar y a qué hora.

- ¿Te parece bien dentro de media hora? – pregunto – y el lugar…

- Perfecto – dice interrumpiéndome.

Jesucristo, definitivamente está algo ansioso, ¿le habrá pasado algo?

- En mi casa supongo que estaría mejor – vuelve a decir – si no te molesta digo.

- Por mí no hay problema, no importa.

Me dice adiós y cuelga el celular.
Inspecciono mi imagen y creo que en mi mejor momento no podía estar. Mi cabello marrón dorado está recogido en una coleta, me quito mis gafas para que mis ojos grises resalten más, tengo un jean y una blusa súper espectacular, es de color beige con bonitos diseños indescriptibles y una bota de cuero que me llega hasta las rodillas.
Salgo de mi casa con Tim y ya que iba con él mi abuela no objetó nada a pesar del mal tiempo y además la he estado tratando de maravilla para que me amara un poco más y me diese permiso para esta noche.
Llegamos a su casa en menos de diez minutos por la velocidad enloquecida en la que iba conduciendo mi hermano y para mi sorpresa Ben estaba parado frente a su casa con su hermoso rostro de estrella de Hollywood.
Apenas me bajo y Tim vuelve a irse con la velocidad de un rayo y me pregunto si esta noche llegará vivo a casa.
El chico de hermosos ojos verdes y una sonrisa encantadora de “yo soy perfecto y lo sabes” tiene puesto unos shorts y una camisa sin mangas.
Voy junto a su encuentro y hace algo que definitivamente no me lo esperaba, me abraza fuerte.

- Espero no te importe mi sudor – dice en modo de saludo – estaba entrenando.

- Debiste decirme que espere un poco más para que te dé tiempo de ducharte - digo riéndome.

- Eso jamás, tenía muchas ganas de verte – me abraza aún más fuerte.

Cuando por fin nos alejamos le planto un beso en los labios sin poder evitarlo y me alejo rápidamente con las mejillas encendidas pero tenía que hacerlo, las ganas de tocar sus labios fueron más  poderosas.
Él me mira confuso como si no se hubiese esperado que haga eso, supongo que estamos a mano porque yo tampoco vi venir su fuerte abrazo.
Me vuelve a besar con fervor, este no es parecido al beso estúpido que le di hace unos segundos atrás.

- Es algo muy importante lo que tengo que decirte - digo una vez que nos separamos.

- ¿Y qué es?

- Puedo esperar a que te duches.

- ¿Huelo tan mal?

Si supiera las ganas que tengo de apretujarlo contra mí.

- Definitivamente no es por eso pero creo que así te sentirás más cómodo.

- Está bien – asiente - ¿vamos a mi habitación?

La escena de él y yo en su habitación la última vez que nos vimos se reproduce en mi cabeza y todo el camino para llegar a nuestro destino empiezo a fantasear con algo parecido y con la intensión de que esta noche vuelva a suceder, al menos eso espero porque es muy probable que me odie cuando sepa toda la verdad.
Cierra la puerta con llaves y me dice que tome asiento mientras él se ducha. Me siento y me lo quedo mirando fijamente y pensando en la suerte que tengo de estar frente a este chico hermoso, aparte de que está sonriéndome con ese hermoso rostro como si fuese poco empieza a sacarse la camiseta en frente de mí.
Sin darme cuenta abro los ojos como platos como esas idiotas como si nunca hubiese visto algo parecido y definitivamente nunca vi algo parecido.
Se quita el short mirándome fijo a los ojos, está prácticamente desnudo frente a mí y la situación me supera, ya lo había visto así antes pero de todas formas me afecta como la primera vez hasta el punto de enloquecer. Se acerca a mí con pasos sigilosos y me toma de la mano poniéndome de pie.

- ¿Sabes lo que he estado soñando estas últimas noches? – susurra en mi oído – a ti, en mi cama, desnuda y gimiendo mí nombre.

Cierro los ojos y trato de no respirar con dificultad pero me resulta imposible, estoy a punto de colapsar.

- Noche tras noche – sigue – sin ninguna en excepción y despertaba sudado y muy excitado.

Muerde mi cuello y luego lo lame, y a mí se  me escapa un suspiro tembloroso para no decir gemido porque eso es vergonzoso.
Presiono mi cuerpo contra el suyo y acaricio su espalda y brazos besando sus abdominales, él me quita la blusa y desabrocha los botones de mi jean besando lentamente mis labios, me besa lenta y sensualmente acariciándome el rostro tratando de encenderme más si eso siquiera es posible. Sin alejarse de mis labios se desase de mis pantalones con mi calzado y todo de manera tan rápida que no puedo evitar pensar en lo experto que es haciendo esto. Me lleva a la cama con esa misma velocidad y se acuesta encima de mí sin cortar con el beso en todo ese proceso.

- Te amo tanto – susurra besando mi estómago.

Me petrifico al escuchar esas palabras, ¿dijo que me ama?, ¿a mí? Creo que ni siquiera se dio cuenta de lo que me dijo porque sigue besando todo mi cuerpo. Va subiendo poco a poco hasta que llega a mis labios y me besa nuevamente con tanta intensidad que me llega a doler pero ese dolor no importa, el placer es mucho más intenso…

- No sabes todo lo que me estoy conteniendo para no tocarte en los lugares que quiero – dice entre besos.

- ¿Lamentas que no sea Sally o cualquier otra en estos momentos? Con ellas sí podrías tener el tipo de sexo que estás acostumbrado a tener y conmigo debes de ser cuidadoso porque aparte de que soy una virgen…

- Ya no sigas – me interrumpe – si fueses Sally o cualquier otra chica te iba a correr, créeme. Y a pesar de que eres virgen y no tienes experiencia eres mucho más caliente que cualquier otra y nunca antes nadie me hizo sentir lo que ahora tú me estás haciendo sentir.

- ¿Ni siquiera Brenda? – cometo el error de preguntar.

- Ni siquiera ella.

- Pero con ella nunca llegaste  a esto, siempre la proteges demasiado.

- ¿Cómo sabes?

- Cuando termines lo que estás haciendo te diré.

Me mira por un largo minuto más y me vuelve a besar pero esta vez más lento seguro por nuestra pequeña conversación. Intensifico el beso para que vuelva a ser como antes de que hablase y dijese todo lo que dije. Rápidamente vuelve a ser tan apasionado.
Y a pesar de mi miedo dejo que se deshaga de mi lencería.

Detrás De EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora