No podía para de pensar en lo increíble que había sido tener sexo con Nacho, realmente era el hombre perfecto.
Todos los pensamientos de que era el hombre insoportable de la oficina habían desaparecido gracias a esta increíble noche.
Lo observé acostada desde el otro lado de la cama, estaba desnudo a mi lado, durmiendo profundamente. No podía dejar de mirar su piel morena y sus músculos marcados.
Tomé mí celular para verificar la hora, eran las 4 de la mañana. Cuidadosamente me levanté de la cama y me vestí sin hacer el menor sonido, salí del cuarto hacia el living. Tomé mi cartera y de adentro saqué una hoja y una lapicera para dejarle una pequeña nota, creía que no estaba bien irme sin avisar.
“Gracias por la increíble noche que pasé, espero que haya sido igual para vos. Me gustaría que me llames”
Dejé la nota sobre una pequeña mesa de café y me dirigí a la puerta de salida.
Al llegar a mi departamento me sentía realmente contenta. Sentía que el corazón me latía a mil por hora y que mi estómago estaba repleto de mariposas.
Un momento ¿qué me pasa?
No, no podía tener sentimientos hacia mi jefe. Había sido sólo una noche para terminar con la tención sexual que existía entre nosotros.
¿Y le escribiste una nota diciendo "me gustaría que me llámese?" IDIOTA.
Primero: no te va a llamar porque para él sos una más del montón que se acostó con él.
Segundo: ¿En que estabas pensando idiota es tú jefe?
La estúpida voz de mi cabeza apareció para hacerme caer en la realidad y que toda mi felicidad de la noche se caiga a pedazos.
Interrumpiendo mis pensamientos sonó mi celular por una llamada entrante.
-Hola.- Contesté de mala gana, sin mirar quién llamaba.
-Pero que voz de pocos amigos.- Esa voz seductora y profunda habló al otro lado dejándome helada.
-Oh! Nacho, ¿qué pasó? pensé que dormías.- contesté con la voz entre cortada.
-Así es. Y pensé que vos dormías a mi lado.-
-Bueno, en realidad prefiero dormir en mi casa, por eso decidí volver.- mi voz se recuperó y volví a sonar normal.
Oí que rio al otro lado. -Bueno me sentí un poco ofendido porque te fuiste sin avisarme. Podría haberte llevado era un poco tarde para que te vayas sola.-
-No era necesario, pero muchas gracias. Ya estoy en casa sana y salva.- me eché a reír.
-Nunca dejes de tener esa risa tan preciosa.- dijo en voz aún más seductora. -Estaba pensando, sí no te gusta dormir fuera de tú casa, quizás yo pueda ir a la tuya y dormir ahí.-
Su propuesta me sorprendió y no supe qué contestar. -Mmm, no lo sé.-
-Vamos Eugenia. Me encantaría dormir con vos y conocer tú casa.- ¿Cómo me podría resistir a semejante oferta de este hombre?
Reí nuevamente. -Está bien, te espero.-
A la media hora Nacho estaba en mi departamento, lo observaba detenidamente.
-Es muy agradable. Me gusta.- Ahora me miraba a mí.- Pero me gustaría más que me muestre su cuarto señorita Benet.- Me clavó la mirada y se acercó lentamente hacia mi tomándome por la cintura y me apretó contra él.
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Aunque dobles mi edad [ Editada]
Roman d'amourEugenia Benet es una joven de 20 años, ella no busca enamorarse, pero el amor la encuentra. Eugi queda realmente encandilada desde el primer día con Ignacio Fuster, su jefe, el problema no es sólo que él tenga 40 años, si no, toda su historia y su f...