Nacho me dejó en la puerta de mi edificio. Insistió en ayudarme a subir las valijas pero yo me negué completamente a que lo haga. Aún conteniendo las lágrimas me despedí de él y entre en mi casa.
Una vez que estaba dentro de mi casa, oí ruidos, me di cuenta de que no estaba sola. Revoleé mis ojos al darme cuenta, no quería soportar a Franco un minuto, quería estar sola. -Hola.- Dije para llamar su atención. Él salió del baño, llevaba una camiseta sin mangas y unos shorts para correr, su ropa dejaba ver su cuerpo atlético. Sonreí y repetí. -Hola.-
Caminó hacia mí, rodeó mi cintura con sus manos y posó un beso en mis labios. -Hola, bebota.-
Y empezamos con los apodos estúpidos.
-¿Cómo te fue en viaje?- Preguntó alejándose un poco de mí.
-Bien, un poco aburrido.-
-¿Qué te compraste?- Caminaba hacia mis valijas.
-¿Eh? Nada.- Contesté confundida.
-¿Y estas bolsas?-
-Ah, sí. Em, me compre un vestido y unos trajes de baño.- Estaba un poco nerviosa, pero él ni se percató de esto.
-Pero esto es de Sensual.- Frunció el ceño al mirarme. -¿Nacho te lo dio?-
-No, bueno en realidad...- Suspiré, estaba un poco aturdida como para inventar algo ahora. -Bueno, yo se lo pedí y él me los trajo. Porque son modelos exclusivos, limitados y bueno no se los podía pedir a cualquiera.- Me dedicó una larga mirada con el ceño fruncido. -¿Qué hacías acá?- Cambié de tema rápidamente forzando una sonrisa.
-Voy al gimnasio cerca y vine a bañarme y esperarte.- Caminó al baño cerrando la puerta detrás de él.
Suspiré aliviada, no sé si creyó eso pero por lo menos logré acabar con la conversación. Decidí por hacerme un café para ver si eso me despertaba un poco y me hacía olvidar todo el mal rato que había pasado.
Es café no una bebida milagrosa. Esa voz!!!!!
Abrí la alacena para tomar una taza, en ese momento veo que allí había algunas cosas que no eran mías. Lo miro extraña pero lo ignoro. Abro la del al lado para sacar el tarro de café y veo un montón de frascos vacíos, ya mi mirada deja de ser extraña, ahora es furiosa. Creo que una de las cosas que más detesto es guardar porquerías inservibles. Sigo abriendo todas las alacenas y veo que en todas encontraba cosas que no eran mías. Corro a mi cuarto y abro mis cajones que se encontraban algunos repletos con ropa de Franco.
Justo en ese momento Franco sale del baño. -Me podes explicar esto.- Lo llevo a la cocina y le muestro todos los muebles abiertos. -¿Qué carajo es esto?- Mi voz sonaba furiosa.
-Bebu, no te alteres son frascos para guardar cosas, también traje algunas cosas de casa para completar tu cocina.-
-¿Y la ropa?- Cada vez aumentaba el volumen de mi voz.
-Para gordita, es para cuando me quede acá.- Intentaba tranquilizarme pero cada vez me alteraba más.
-Gordita las pelotas. Boludo, dejame en paz. Te pido que te vayas YA de mi casa, no quiero verte acá quiero estar sola.- Ahora estaba gritando como una loca, había saturado mi paciencia.
-Euge, para ¿qué te pasa?-
En ese momento reaccioné, ¿qué estaba haciendo? ¿Por qué me la agarraba con él si en realidad con quién tendría que estar enojada, tratándolo así es a Nacho? Suspiré. -Perdón.- Dije con lagrimas derramándose por mis mejillas. -Estoy muy cansada.-
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Aunque dobles mi edad [ Editada]
Roman d'amourEugenia Benet es una joven de 20 años, ella no busca enamorarse, pero el amor la encuentra. Eugi queda realmente encandilada desde el primer día con Ignacio Fuster, su jefe, el problema no es sólo que él tenga 40 años, si no, toda su historia y su f...