Capitulo 22

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Eugenia dale no seas aburrida.- Protestó Nacho.

-Estoy tomando sol, no me molestes.- Contesté con los ojos cerrados, acostada boca abajo sobre una lona que apoyé sobre la arena.

-Hace horas que estas tomando sol, primero que te va a hacer mal y segundo que quiero caminar para estirar las piernas un poco.-

Tenía razón pero estaba en una posición tan cómoda y relajaba que no tenía ganas de levantarme de allí.

Suspiré y me levanté del suelo, me puse un short de jean, y las ojotas. -Vamos.-

Nacho sonrió satisfecho, sus blancos dientes me encandilaban. La costa, el sol y el calor, le sentaban bastaste bien. Su cuerpo era perfecto para ser un baywatch, tenía unos abdominales perfectos, un bronceado permanente increíble y una belleza inigualable como todos los salvavidas que he visto en las playas.

Caminamos por la orilla del mar en dirección al muelle. Ya eran eso de las 7 de la tarde, el sol aún no bajaba, pero el viento un poco frío hacía que la gente se empiece a retirar de allí.

-Te queda muy bien el traje de baño, por cierto.- Me halagó.

Mis mejillas se pusieron coloradas. -Gracias.-

-¿Cómo van las cosas con Franco?- Su pregunta me descolocó un poco.

Sentía que tenía que mentirle, que decirle que todo iba bien con Franco, pero no lo sé, no quería hacerlo, quería decir la verdad. Suspiré y miré hacia mi izquierda, donde caminaba él. -¿De verdad queres que te hable de eso?- Asintió y sonrió, pero era una sonrisa de sinceridad, parecía que de verdad quería saber. Volví con mi mirada hacia delante. -Bueno, es complicado. Me trata súper bien, es muy atento, sin embargo al mismo tiempo es muy... muy...- Pensé un momento qué palabra usar. -intenso.- Dije al fin. -Va muy rápido, quiere que conozca a sus padres, estuvo casi una semana instalado en mi casa, quiere saber cada movimiento que hago, quiero pasar cada rato que tiene conmigo. Es un poco asfixiante.-

Nacho rió a mi lado. -Es como un adolescente.- Luego dejó de reír al notar que yo no lo hacía, no es que me haya molestado que ría. -Lo siento.-

-No me molestó.-

Me miró y se dio cuenta que era cierto. -Y si tanto te molesta todo esas situaciones ¿por qué no hablas de eso con él?-

-Porque no sé cómo encarar la situación y aparte parece que él es así siempre, uno no puede cambiar a alguien si se siente bien con uno mismo.- Nacho escuchaba atentamente a mi lado, tanto que me sorprendía.

-Bueno, entonces, tenes una segunda opción: terminar la relación.-

-No hay una relación, digámosle: vínculo.- Él asintió divertido, justo cuando lo miré.-Si, pero tengo miedo de terminar con este vínculo y lastimarlos, aunque pienso que ahora es mejor que más tarde, porque no puede pasar eso que pasa siempre y se arruinan los vínculos.-

-Eso que pasa siempre...- Repitió por lo bajo sin entender. -¿Qué cosa?-

-Enamorarse, siempre pasa, uno se enamora y el otro no, entonces se arruina todo.-

-¿Nunca te va a pasar eso con él?-

-No, con él no.-

Llegamos al muelle y decidimos volver a donde estábamos. El viento ya empezaba a molestar, el sol descendía lentamente. Así que una vez que juntamos nuestras pocas cosas, una simple lona y una reposera, decidimos regresar al hotel.

Una vez que salimos de la playa el frió viento cesó y el calor volvió a invadirnos. Caminamos hacia el hotel, que tan sólo estaba a unas cuadras.

Aunque dobles mi edad [ Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora