Eugenia dale no seas aburrida.- Protestó Nacho.
-Estoy tomando sol, no me molestes.- Contesté con los ojos cerrados, acostada boca abajo sobre una lona que apoyé sobre la arena.
-Hace horas que estas tomando sol, primero que te va a hacer mal y segundo que quiero caminar para estirar las piernas un poco.-
Tenía razón pero estaba en una posición tan cómoda y relajaba que no tenía ganas de levantarme de allí.
Suspiré y me levanté del suelo, me puse un short de jean, y las ojotas. -Vamos.-
Nacho sonrió satisfecho, sus blancos dientes me encandilaban. La costa, el sol y el calor, le sentaban bastaste bien. Su cuerpo era perfecto para ser un baywatch, tenía unos abdominales perfectos, un bronceado permanente increíble y una belleza inigualable como todos los salvavidas que he visto en las playas.
Caminamos por la orilla del mar en dirección al muelle. Ya eran eso de las 7 de la tarde, el sol aún no bajaba, pero el viento un poco frío hacía que la gente se empiece a retirar de allí.
-Te queda muy bien el traje de baño, por cierto.- Me halagó.
Mis mejillas se pusieron coloradas. -Gracias.-
-¿Cómo van las cosas con Franco?- Su pregunta me descolocó un poco.
Sentía que tenía que mentirle, que decirle que todo iba bien con Franco, pero no lo sé, no quería hacerlo, quería decir la verdad. Suspiré y miré hacia mi izquierda, donde caminaba él. -¿De verdad queres que te hable de eso?- Asintió y sonrió, pero era una sonrisa de sinceridad, parecía que de verdad quería saber. Volví con mi mirada hacia delante. -Bueno, es complicado. Me trata súper bien, es muy atento, sin embargo al mismo tiempo es muy... muy...- Pensé un momento qué palabra usar. -intenso.- Dije al fin. -Va muy rápido, quiere que conozca a sus padres, estuvo casi una semana instalado en mi casa, quiere saber cada movimiento que hago, quiero pasar cada rato que tiene conmigo. Es un poco asfixiante.-
Nacho rió a mi lado. -Es como un adolescente.- Luego dejó de reír al notar que yo no lo hacía, no es que me haya molestado que ría. -Lo siento.-
-No me molestó.-
Me miró y se dio cuenta que era cierto. -Y si tanto te molesta todo esas situaciones ¿por qué no hablas de eso con él?-
-Porque no sé cómo encarar la situación y aparte parece que él es así siempre, uno no puede cambiar a alguien si se siente bien con uno mismo.- Nacho escuchaba atentamente a mi lado, tanto que me sorprendía.
-Bueno, entonces, tenes una segunda opción: terminar la relación.-
-No hay una relación, digámosle: vínculo.- Él asintió divertido, justo cuando lo miré.-Si, pero tengo miedo de terminar con este vínculo y lastimarlos, aunque pienso que ahora es mejor que más tarde, porque no puede pasar eso que pasa siempre y se arruinan los vínculos.-
-Eso que pasa siempre...- Repitió por lo bajo sin entender. -¿Qué cosa?-
-Enamorarse, siempre pasa, uno se enamora y el otro no, entonces se arruina todo.-
-¿Nunca te va a pasar eso con él?-
-No, con él no.-
Llegamos al muelle y decidimos volver a donde estábamos. El viento ya empezaba a molestar, el sol descendía lentamente. Así que una vez que juntamos nuestras pocas cosas, una simple lona y una reposera, decidimos regresar al hotel.
Una vez que salimos de la playa el frió viento cesó y el calor volvió a invadirnos. Caminamos hacia el hotel, que tan sólo estaba a unas cuadras.
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Aunque dobles mi edad [ Editada]
RomantizmEugenia Benet es una joven de 20 años, ella no busca enamorarse, pero el amor la encuentra. Eugi queda realmente encandilada desde el primer día con Ignacio Fuster, su jefe, el problema no es sólo que él tenga 40 años, si no, toda su historia y su f...