-Bueno pasé un fin de semana muy divertido.- Dijo Nacho sonriendo, levantándose del sillón donde estábamos sentados.
Me levanté junto con él. -Yo también la pasé muy bien.- Le devolví la sonrisa.
Ambos nos dirigimos hacia la puerta. -¿Cómo sigue esto?- Dijo mirándome a los ojos ahora parado en el marco de la puerta de entrada.
Su pregunta me tomó por sorpresa, ¿qué debía contestar? ¿Seguir con qué?
-Oh, bueno en la oficina va a seguir todo igual, sí es que no perdí mi trabajo.- Bromeé.
Sonrió confundido. -No, no perdiste tú trabajo.-
Lo miré confundida. -Está bien... Bueno nos vemos el lunes.-
-Hasta mañana.- Me dio un beso en la mejilla y salió de mi departamento, cerré la puerta detrás de él.
Estaba un poco confundida: ¿Y cómo sigue esto? la pregunta retumbo en mi cabeza. ¿A qué se refería?
Bien Eugenia, sos un polvo más en su vida. La verdad te felicito por ser tan idiota. Esa voz en mi cabeza que detestaba estaba otra vez diciéndome la cruda realidad.
Llamé a Carla para saber qué era lo que me quería contar está mañana. -Al fin llamaste.- Me dijo apenas atendió su teléfono. -Veo que estabas haciendo horas extras con tú jefe.- Bromeó.
-Muy graciosa. Te llamaba para saber si querías ir a cenar.- Ella acepto al instante sin dudar.
Llegué al bar que habíamos acordado anteriormente y Carla ya estaba sentada en una mesa. Me acerqué a ella y nos saludamos. Luego me senté frente a ella y me dispuse a ver el menú.
Cuando se acercó un camarero para saber lo que ibas a pedir dije: -Quiero lo mismo que ella.- él asintió y se retiró de nuestra mesa.
-Bueno, entonces....- dijo Carla esperando mi respuesta.
-Entonces... ¿Qué?- Sabía perfectamente de lo que estaba hablando pero no quería hablar realmente de eso. Mi cabeza aún estaba un poco confusa y tenía todas las piezas desordenadas.
-No te hagas la tonta. Nacho.- Dijo con exageración su nombre.
-No sé si quiero hablar de eso, está todo muy confuso en mi cabeza.- Baje la vista a mis manos que estaban apoyadas en la mesa.
-Oh!- Mi amiga abrió la boca formando una gran "O". La miré confundida. -No estarás...- Pensó un momento las palabras que debía usar. -Es decir, no pensaras en estar con él seriamente, ¿no?-
Liberé una carcajada algo exagerada. -¿Qué? NO. Es solo que mi jefe, no sé es extraño. Antes de irse me dijo "¿Cómo sigue esto?", no sé a qué se refería.- Pensé unos segundos y continué. -Quizás me preguntaba si seguiríamos teniendo sexo o no lo sé.-
-¿Y qué le contestaste?-
-Con una broma... Le dije que en la oficina seguiría todo igual si es que no perdí mi trabajo.-
-Ah... Bueno, ¿pero tenes la intención de seguir teniendo sexo con él?-
-No lo sé, quizás sí, quizás no.- Aclaré mi voz y continué. -No es nada para preocuparse.- Le sonreí y ella me devolvió la sonrisa. -Bueno ahora ¿qué me ibas a contar está mañana?-
Su sonrisa se hizo más amplia ahora y sus ojos verdes se llenaron de un brillo especial. -Bueno resulte que tuve sexo con Bruno y fue genial, entonces decidimos intentarlo.-
Abrí los ojos como plato y le sonreía ampliamente. -¿En serio?- Ella asintió entusiasmada. -Wow felicitaciones.-
-Gracias.-
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Aunque dobles mi edad [ Editada]
Storie d'amoreEugenia Benet es una joven de 20 años, ella no busca enamorarse, pero el amor la encuentra. Eugi queda realmente encandilada desde el primer día con Ignacio Fuster, su jefe, el problema no es sólo que él tenga 40 años, si no, toda su historia y su f...