El timbre suena avisándome de que la primera clase del día está a punto de empezar. Mis padres no han dejado de preguntarme sobre Colin y sobre la relación que mantenemos, por más que les he dicho que lo único que tenemos es amistad no me han acabado de creer. A veces, de tanto que me han presionado, me han entrado ganas de traer a Henry a rastras desde su casa, ponerlo delante de mis padres y gritarles «¡Este es el amor de mi vida, demonios!».
Al entrar en clase la mayoría de los alumnos se encuentran ya sentados y no es como el primer día que entré, esta vez saludo a muchos de ellos e incluso doy algún que otro abrazo fugaz a aquellas personas con las que realmente congenié durante el viaje. Henry entra poco después de mí con un montón de papeles en la mano, suelta su maleta encima de la mesa y carraspea antes de hablar.
- Buenos días, chicos. Hoy he decidido que vamos a hacer en la clase un debate, ¿qué os parece?
- Es bueno si no vamos a hacer actividades durante toda la clase -ríe un chico por lo bajo pero lo suficientemente alto para que todos podamos escucharlo.
- Me parece bien esa respuesta -dice Henry señalándole con el dedo índice mientras sonríe y se forman unas pequeñas arrugas en sus ojos.
- ¿Cuál es el tema, señor Crowell? -pregunta Daisy mientras enreda un mechón de pelo en su dedo.
- Los sentimientos de los poetas en sus poemas, qué creéis que es lo que expresan.
Nos pasamos el resto de la clase, tal y como él dijo, debatiendo sobre ello. Yo solamente hago uno o dos comentarios y cuando los hago Henry no aparta la mirada de mí ni un segundo, observándome de arriba a abajo, al igual que todos los demás. Al finalizar la clase me quedo un poco más para quedarme a solas con Henry y poder charlar, no he hablado con él desde que llegamos del viaje, realmente le necesito.
Al cerrar el último alumno la puerta corro la cortina de la ventana y me abalanzo en sus brazos, fundiéndonos en un abrazo. Al mirarnos a los ojos cierro mis labios sobre los suyos y él me acompaña pero me aleja al segundo temeroso de que alguien pueda entrar y vernos. Me apoyo sobre mis puntillas y enredo mis brazos alrededor de su cuello.
- Me cuesta tanto estar alejada de ti... no poder tocarte es una condena dura de pagar -digo.
Me toma de los brazos y quita el agarre, me da un leve beso en las manos y las deja caer a ambos lados de mi cuerpo. Suspira y puedo ver como sus ojos brillan mirando a los míos directamente.
- A mí también me cuesta mucho no poder estar cerca de ti, Suzie. Pero ya sabes que no me gusta que nos mostremos cariñosos en el instituto, cualquiera podría vernos.
- Lo sé.
Me siento en el escritorio cruzando las piernas, él está justo en frente mía con las manos en los bolsillos y se balancea sobre sus pies.
- Mis padres creen que estoy con Colin -le comento.
- ¿Por qué? -su cara se descompone, ha sacado las manos de sus bolsillos y ahora tiene los brazos cruzados sobre su pecho. En esta posición, debido a la camisa tan pegada que lleva puesta, sus músculos se marcan en los brazos, haciendo ver que de vez en cuando va al gimnasio. Y la forma de su clavícula está bastante definida.
- El otro día vino a dormir a mi casa porque sus padres se acaban de divorciar y ellos creen que tenemos algo. Por más que lo he negado siguen pensando eso.
- ¿Y cómo podemos quitarle ese pensamiento?
Levanto las cejas y él, tras unos segundos, suspira y golpea su cabeza con la palma de su mano levemente. Por más que queramos no podríamos nunca mostrar nuestra relación en pública, a saber qué podría ocurrir. Henry es mi profesor y es un delito que esté con una alumna, nos podríamos ver comprometidos en una situación de la que sería difícil salir.
ESTÁS LEYENDO
Smile with your eyes.
RomanceSuzie, una chica de 16 años que se encuentra perdida y sola encuentra su valentía en un amor que no es aceptado por todos, ni siquiera correcto. Un amor que tiene que atravesar muchas barreras para llegar a suceder de un modo completo, si es que alg...