Capítulo 25: Juntos oficialmente

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Nuestros cuerpos están posados en la cama mientras su brazo me rodea, yo apoyo mi cabeza en su pecho y con la mano le acaricio. Su torso desnudo desprende una gran cantidad de calor. Mi cuerpo, también desnudo, está cubierto por la sábana que me llega hasta la altura del pecho. Apoya sus labios sobre mi frente y da repetidos besos mientras con su mano recoge un mechón de pelo detrás de la oreja. Nuestros pies juguetean debajo de las sábanas.

- Te quiero tanto -susurra en mi frente.

Le doy un pequeño beso cerca del cuello, suave y dulce, y sigo hacia arriba hasta llegar a sus labios, colocándome sobre él tumbada. Llevo mis dos manos a su cara y comienzo a acariciarle su barba de dos días, arrastro mis dedos entre su cabello y acabo colocando las manos en su nuca.

- ¿Y tú tienes alguna idea de cuánto te amo? -murmuro en sus labios con los ojos cerrados.

Me levanto de la cama agarrando la sábana para taparme pero cuando comienzo a andar el tira de la manta, llevándome de nuevo hacia él.

- Quédate un poquito más -dice mientras pone cara de pena.

- Me he quedado toda la noche -miro el reloj de su pared- ¡Tengo clases en 10 minutos, y tú también!

- ¿Ya es esa hora? -dice alarmado mientras mira el reloj él también- ¡Demonios! 

Se levanta a toda prisa de la cama y comienza a revolver los cajones y el armario en busca de un par de pantalones y una camisa. Yo me visto con la ropa del día anterior, debido a que no he tenido tiempo ni siquiera a traer ropa, ha sido todo tan... inesperado, perfecto, romántico, fantástico. Doy un largo suspiro mientras lo veo nervioso haciéndose el nudo de la corbata. Comienza a enfadarse debido a que con la prisa que lleva no le sale el nudo.

- Estáte quieto, no te pongas nervioso -me acerco a él apartándole las manos y colocándole yo la corbata- ¿Ves? No es tan difícil.

Agarra mi cara con ambas manos y refriega su nariz contra la mía, luego me da un pequeño beso en la punta de ésta.

- ¿Qué haría yo sin ti? Voy haciendo el desayuno, termina tú de arreglarte.

Asiento y en unos minutos estoy totalmente lista y bajando los escalones de dos en dos agarrándome en la pequeña barra que tienen las escaleras. Henry ha hecho tortitas y ya las está sirviendo en unos platos con mermelada y un poco de café para beber.

- Huele delicioso -comento mientras me siento en una de las sillas y él se coloca en frente mía mientras que no deja de mirar el reloj de pulsera que lleva en todo el rato.

Henry nunca ha sido un buen cocinero pero lo que sabe hacer no lo hace demasiado mal, las tortitas son una de sus especialidades. Nunca me he quejado cuando él ha cocinado, es más, siempre intento que él sea el que cocina porque yo tampoco soy muy buena. Ya casi ha terminado de comer él debido a los grandes bocados que le da a su tortita, coloca los platos sucios en el lavavajillas y me da un fuerte beso en los labios que se alarga según comienza.

- Sal dentro de un rato, no salgas directamente detrás de mí e intenta que no te vean -sigue dándome cortos besos.

Le sonrío y sale a toda prisa con su bandolera colgada y tomando las llaves del coche que están en la entrada.

- ¡Te quiero! -exclama antes de cerrar la puerta.

Me recomodo en la silla, dejándome caer en ella y apoyando la cabeza en el respaldar con los pies estirados. Respiro fuertemente mientras cierro los ojos y sonrío por lo precioso que es este momento y todos los que vivo con Henry, la manera en la que me cuida y cómo me quiere, es mucho más de lo que siempre he querido y he podido pedir. Es todo lo que quiero, una vida normal y corriente con la persona a la que amo. Levantarme por las mañanas y desayunar juntos a toda prisa porque él tiene que irse al trabajo. Quedarnos tumbados en la cama un buen rato mientras nuestros cuerpos se fusionan en uno solo. 

Smile with your eyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora