Capítulo 9: La escapada

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Estaba ansiosa por ver aparecer el coche de Henry en la esquina de la calle. Llevaba esperándole unos cinco minutos, íbamos a irnos, tal y como dijimos, lejos de aquí. No teníamos lugar de destino, simplemente conduciríamos lo suficientemente lejos como para no recordar nada de lo que este pueblo significa.

Le había dicho a mis padres que iría a hacer un viaje con mis amigos, iríamos a una casa de los abuelos de John y volveríamos en unos días. Al principio dudaba pero finalmente me dejó ir al decirle que no necesitaba mucho dinero y que iríamos en el coche de Sarah. 

No podía dejar de mover las piernas con violencia mientras aguantaba la gran maleta con la mano derecha, miraba hacia todos lados, las calles estaban vacías. Era más bien tarde, estaba todo oscuro. De repente veo las luces de un coche en la esquina, el coche es negro. Es él. 

Vuelvo a asegurarme de que nadie está mirando y me acerco a toda prisa al coche, colocando la mochila en el maletero y sentándome en el asiento del copiloto. Respiro entrecortadamente mirando hacia al frente.

Me giro para mirar a Henry y él está mirándome sonriendo, le abrazo dándole un delicado beso en los labios y empezamos a tomar nuestro camino hacia quién sabe donde.

Llevamos horas conduciendo y yo me he quedado dormida más de una vez, Henry no ha descansado en todo el rato. Hemos hecho alguna que otra parada para comprar algo de comida y entrar al baño pero puedo ver que él no ha dormido nada, tiene ojeras en sus ojos.

- ¿Por qué no paramos un rato para que puedas descansar? -le digo.

- No hace falta, Suzie, podemos seguir -bosteza.

- No, insisto, vamos a parar, busca un lugar y dormiremos en el coche.

Finalmente acaba aceptando mi petición y paramos en el primer puesto de descanso, dejando el coche apartado de la vista de todos, aunque nos encontramos a muchos kilómetros de distancia del pueblo. Estamos cerca del campo, recostamos los asientos, provocando que sean como camas. Él se recuesta intentando mantenerse despierto mientras me mira pero al segundo sus ojos se cierran. Le acaricio con delicadeza la mejilla, tapándole con la manta que tenía yo colocada encima y dandole un rápido beso en la frente. 

Un sonido contra la ventanilla nos despierta a ambos, me percato de que ya es de día. Vamos a observar qué es cuando vemos que se trata de un policía. Lleva una bolsa de cafés en la mano y ha golpeado con la mano para despertarnos.

Henry baja la ventanilla mientras se coloca un poco mejor el pelo, carraspea antes de hablar.

- ¿En qué puedo ayudarle, agente?

- Señor, no puede usted estar parado aquí durante horas laborales -el policía está totalmente serio y se queda observándome a mí- Haga usted el favor de marcharse, por favor.

- Lo siento, agente, no tenía ni idea. Estábamos viajando y necesitábamos descansar, no quería que ocurriera un accidente por eso me quedé por aquí.

El policía sigue mirándome y yo agacho la mirada cada vez que lo hace, con miedo de que le pregunte algo sobre nosotros a Henry. Me peino un poco y sigo mirando el volante del coche, sin atreverme a ponerle la mirada encima ni por un segundo.

- ¿Se encuentra bien señorita? -pregunta el agente.

- Sí, todo bien -logro decir mirándolo.

Asiente y se marcha al coche, que no está a más de unos metros de donde nos encontramos. Henry me mira y se quita la manta para colocarla sobre mis hombros. Me dedica una sonrisa para reconfortarme.

- ¿Estás bien? No tengas miedo -me abraza agarrándome fuertemente entre sus brazos.

Salimos del lugar en el que nos encontrábamos poniéndonos rumbo de nuevo a la carretera.

Smile with your eyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora