Capítulo 11: Cambio de tornas

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Estaba apoyada en su pecho, tumbada boca arriba entre sus piernas, él estaba toqueteando mi pelo enrollando pequeños mechones entre sus dedos y mirando hacia arriba con los ojos cerrados. Su cuerpo estaba tan cerca del mío que incluso podía oír los latidos de su corazón acelerados y tranquilos al mismo tiempo. Él mio desbocado buscando al suyo para compenetrarse, y así lo hacían. Mis manos colocadas en sus piernas acariciándoselas debido a que llevaba unos pantalones cortos beige. Nos encontrábamos en la parte más alta del pueblo, un sitio de campo al que nunca iba nadie desde hace años debido a la cantidad de kilómetros que hay que recorrer para llegar.

Mi camiseta blanca básica de mangas cortas se adhiere a la forma de su cuerpo con facilidad al igual que nuestras manos se agarran con total confianza cada vez que podemos tocarnos. Su pelo visto desde abajo forma una especie de pirámide, una de esas que te gustaría visitar cada vez que puedas. Entran ganas de enredar tus dedos entre esa maraña de pelo y pasarte horas así. Alzo la mano para poder tocar su cuello y él lo mueve, dándome facilidad para acariciarle mejor. El sol ilumina su cara, haciéndole parecer un ángel caído del cielo. El vello de sus brazos está un tanto erizado debido al toque de mi mano en su piel. Abro los ojos y lo encuentro mirándome con una sonrisa dibujada en su rostro.

- ¿En qué piensas? -susuro muy lentamente.

- En lo perfecto que sabes hacer cualquier momento que estamos juntos -acaricia con su dedo índice mi mejilla desde la frente hasta la mandíbula y deteniéndose en ésta.

Se inclina un poco hacia delante y me da un beso justo debajo de la oreja, va bajando hasta mi barbilla y sube hasta mi labio inferior dándome un pequeño mordisco y juntando sus labios con los míos una vez más en todo el tiempo que llevamos juntos. 

- ¿Por qué no vamos al lago? Se encuentra a unos pocos metros de aquí -sugiero.

Se levanta y me ofrece una mano para ayudarme, yo se la tomo y caminamos juntos con las manos entrelazadas hacia el lago más cercano, el lago Valter.

El camino está lleno de piedras y matorrales que pueden hacerte heridas, hay muchos agujeros con los que puedes tropezar y caerte pero consigo ir manteniendo el equilibrio. Los árboles van formando una especie de pasaje a lo largo de todo el recorrido, formando una hilera de ramas unidas perfecta. Las flores son de un color amarillo muy fuerte pero también hay otros colores desde el azul más oscuro al verde más claro. Hay un pequeño camino de piedras diminutas unidas que es el que lleva al lago. Un camino lleno de curvas y cuestas pero que finalmente acaba con un gran llano y un inmenso lago sólo para nosotros.

Me remango los pantalones hasta las rodillas y me quito los zapatos mientras Henry ya está corriendo al lago como un loco invitándome a gritos a que vaya con él. Corro a toda prisa intentando no tropezar y llego a sus brazos, él me agarra tomándome de la cintura y levantándome, provocando que enrolle mis piernas en su cadera y lo abrace fuertemente. El agua está fría pero nuestro calor corporal es tan elevado que apenas puedo notarlo.  Acaricio su pelo repetidas veces mientras nuestras lenguas juegan sin pausa en una partida que parece interminable, una partida divertida y apasionante que no queremos ninguno de los dos que tenga fin. 

Lleva una de sus manos a mi cuello, acariciándolo mientras me mira directamente a los ojos, haciendo la forma de éste y arrastrando sus dedos con delicadeza. Lleva su mano hasta mi espalda, debajo de mi camiseta, acariciando la parte de mis riñones y subiendo hasta la parte superior de ésta. Escondo mi cabeza en el hueco de su cuello mientras él me da pequeños besos alrededor de toda mi mejilla y acaricia mi cuerpo con total delicadeza y amor. 

Su camiseta azul está completamente mojada y se adhiere a su cuerpo provocando que pueda observar con total precisión la forma de su torso, sus pectorales y abdominales marcados, aunque tampoco muy definidos como para que sea demasiado exagerado. Puedo observar salir del pico de la camiseta unos pequeños pelos, intentando asomarse y yo jugueteo con ellos con mis dedos, intentando no hacerle daño mientras lo acaricio.

Smile with your eyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora