inseguridades

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Caminaba apresuradamente guiado tan sólo por sus pies, mientras sostenía al gato con fuerza entre sus brazos. Aun no lograba entender cómo es que fue tan estúpido para dejarse engañar por aquel alpha.

<<Me hare responsable>>, recordó su voz, en aquel momento sonó tan sincero y sin embargo sus ojos no podían engañarlo como lo hicieron sus oídos, él sabía lo que vio, Yuuri se besó con otra persona y, esta persona era otro alpha, ¿qué significaba eso?

De pronto el chillido de una fuerte bocina llamó su atención, fue entonces que se dio cuenta que por poco cruzaba la calle de forma muy imprudente.

— ¡Ten cuidado idiota! —escuchó decir al conductor de aquel vehículo, el cual pasó sin más. En otras circunstancias lo habría retado, pero en ese momento no tenía ánimos de nada, sentía un peso oprimiéndole el pecho, un peso que no lograba calmar.

— ¡Yuri! —. Esta vez escuchó la voz de Minami, cuando volteó vio que efectivamente, se trataba de él, ¿qué hacía aquí?— Te seguí en cuanto te fuiste, caminas muy rápido, apenas pude alcanzarte —dijo una vez que llegó hasta él, se notaba el cansancio en el tono de su voz—, tienes que volver con JJ—. Continuó.

El menor por su parte permaneció un momento en silencio; él no quería regresar al bar, no por ahora y probablemente nunca más pero... tampoco quería volver a la casa de JJ, a ese lugar menos que a cualquier otro; la casa de sus padres sería una opción, pero dudaba que lo aceptaran de regreso cuando ya lo habían comprometido y, no tenía otro lugar al cual acudir.

—No pienso regresar... —respondió dando la vuelta dispuesto a continuar su camino, cuando la voz del más bajo volvió a detenerlo.

—No es como que tengas opción, ¿o sí?

Era verdad.

Odiaba a quien puso la regla de que un alpha y un omega debían convivir por un tiempo antes del matrimonio, eso por supuesto era sólo por el beneficio del alpha, para que este estuviera seguro de que tomar a ese omega sería una buena decisión; a causa de ello, ahora y, por dos meses antes de la boda, no podía vivir en otro lugar que no fuera cerca de su prometido; claro que intentó aprovechar esto y demostrarle a JJ que, definitivamente tomarlo no era una buena decisión, pero JJ había resultado ser más terco que él.

<<Maldición>>, se dijo mientras apretó un poco al gato contra su pecho, el cual intentaba escapar sin obtener éxito.

— ¿Por qué no me acompañas a mi casa? —ofreció de pronto el chico de mechón rojo, lo que hizo que volteara a verlo nuevamente—. Podrías relajarte un poco allí, al menos hasta que se te pase el mal humor— continuó.

Esa oferta le parecía un poco noble, pero no estaba seguro de querer aceptarla. En aquel momento lo único que quería era estar solo, pero el animal entre sus brazos parecía haberse aburrido de estar en sus brazos y temía que en un descuido se le escapara y se perdiera, así que aceptó, tal vez incluso un poco de compañía le vendría bien ahora, tenía que pensar en muchas cosas y sobre todo en su futuro y en lo que haría ahora que ya no contaba con el supuesto apoyo de Yuuri. Bajó la mirada tras el último pensamiento y asintió, mientras Minami sonreía victorioso, y sin decir más, ambos se dirigieron a aquel lugar.

Se separó de los labios de su esposo, hace mucho tiempo que el mayor no realizaba un acto como aquel, o al menos no de ese modo. Robarle un beso en plena vía pública era algo que hacían cuando eran más jóvenes, había pasado mucho tiempo desde la última vez y sin embargo, aquel acto no había pasado de la sorpresa de no preverlo; en su mente y por un momento, vino la imagen de Yuri en cuanto Víctor lo besó, eso lo asustaba; por instinto buscó al menor por los alrededores, estaban cerca del bar y temía que el rubio haya podido verlos; sin embargo y para su alivio no había nadie cerca.

El amor no tiene forma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora