Inevitable

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Miraba las manecillas del reloj estando solo con aquel desconocido e ignorando por completo las recomendaciones que este le daba. Su mente iba dirigida una vez mas a las opciones que tenía para su futuro, las preocupaciones seguían latentes y el tiempo marchaba muy aprisa.

¿Esto terminaría algún día? ¿Que vendría después? Quizá preocuparse por lo que depararía el futuro era algo innecesario, sobretodo porque ahora mismo no podía hacer nada mas que seguir el rumbo que este le marcaba. Pero suponía que cuestionarse sobre eso era algo inevitable, es natural en las personas después de todo.

-¿entendiste? -escuchó decir al médico, lo que lo sacó de sus cavilaciones. No había prestado atención ni a una sola de sus palabras, mas sin embargo asintió. No servía de nada que el mayor repitiera todo de nuevo, si de igual manera seguiría sin escucharlo-, bien, entonces ya me voy, tengo una emergencia ¿no tienes problemas con quedarte solo verdad?

-no -dijo seriamente. No era un niño y a veces era tedioso que lo trataran como tal. El profesional simplemente se fue.

Al verse solo se puso de pie y se dirigió a su maleta, de ahí sacó su celular e intentó llamar a Yuuri, pero al darse cuenta de que no tenía ni idea de cual era su número deshizo el plan de inmediato.

Suspiró pesadamente, tenía que aprender a quererse mas a si mismo, no era posible que estuviera actuando de ese modo, dejando que esa persona se adentrara cada vez mas en su vida, al punto de no dejar de persivir su voz, incluso cuando nisiquiera la tenía cerca. Ser dependiente lo asustaba y sería inevitable si en verdad estaba unido a Yuuri.

Por instinto se aferró al abrigo que llevaba puesto, el olor del japonés era cada vez mas tenue y eso solo aumentaba su ansiedad. De nuevo la necesidad de verlo lo carcomía internamente, lo que lo debilitaba física y mentalmente.

-no es justo -dijo para si mismo mientras se acomodaba sobre sus cosas. A estas alturas le daba igual estar o no cómodo, solo quería que esa horrible sensación desapareciera, esa que lo asfixiaba, nublaba su juicio, y no lo dejaba tranquilo. Ahora mismo ¿Yuuri estaría igual?

...............

Salieron de la residencia tan rápido como pudieron, Lilia lo había persuadido de no actuar de forma imprudente y de presentarse en la casa principal como un nuevo residente, tal y como ya estaba planeado. Lo ayudó a hacer las maletas, mientras Yuuri escribía una nota para Víctor, la cual dejó en un lugar donde el mayor no tardara en encontrarla; luego ambos se dirigieron a la salida.

Una vez afuera, se encontraron con el par de camareros de JJ, mas muy a su pesar, Yuuri los ignoró una vez mas, ya luego se disculparía, pero por el momento su prioridad era ver al rubio lo mas pronto que pudiera.

Tomaron un taxi y se dirigieron a a la gran mansión Nikiforov. El trayecto se hizo eterno para el joven alpha, y el miedo que sentía por tener que enfrentar después de tantos años a tan "ilustre" familia, aquella que siempre se había mostrado tan indiferente a él, no era pequeño.

Respiró profundo, el temor e inquietud que sentía en aquel momento, de ningún modo impedirían que ejecutara su decisión, después de todo este tiempo, sentía que era la primera vez en que tenía en claro lo que debía hacer, o lo que quería, y para comenzar era necesario dejar de sentirse como alguien débil.

El taxi se detuvo anunciando la llegada a su destino, por instinto Yuuri apretó con fuerza la tela de su pantalón, acción que fue captada por Lilia

- puedes estar tranquilo -soltó la mujer creyendo intuir los temores del menor, ganando la atención de este- la casa está sola así que no tendrás encuentros indeseados, al menos por el momento -dijo sin mas antes de disponerse a bajar del motorizado, acción que Yuuri repitió.

El amor no tiene forma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora