Inevitable parte 2

276 45 10
                                    

ADVERTENCIA: Lemon

  Iba molesta, mas que furiosa, ¿cómo es que aquel idiota fue capaz de ignorarlos de aquel modo? Pasando de lado sin siquiera saludarlos, no una, si no dos veces en un mismo día. Y lo peor era que ahora estaba mas que preocupada por Yuri, ¿pasó algo con él? ¿En donde estaba?

— Mila camina mas despacio —se quejaba Minami siguiendo a la peliroja, después de no tener mas opción que abandonar la casa de aquel sujeto, estropeando por completo sus planes. Ahora ambos se dirigían al local para preparar todo para abrir esa noche— recuerda que mis piernas son mas cortas que las tuyas —continuó viendo como la mayor se detuvo de golpe y volteó para verlo

— ¡pero todo esto es tu culpa! —dijo de forma imprevista sorprendiendo al menor

— ¿mi culpa?

— Sí, si me hubieras dicho todo desde el comienzo tal vez hubiera podido persuadir a Yuri de actuar racionalmente, hablar con ese alpha, no sé, hacer algo —se quejó mientras tomaba asiento en una grada, estaban casi en la entrada del bar de JJ

— ¡¿y cómo querías que te dijera algo?! ¡Si yo mismo no sabía mucho hasta antes de hablar con él! Además, no es un asunto del que haya tenido un control total, también estaba el deseo de Yuri, ¡no era nadie para ir en contra de lo que él quería! —respondió a la queja algo molesto, a pesar de que entendía a la perfección las preocupaciones de la rusa, quien simplemente guardo silencio, lo que no fue ignorado por Minami y decidió tomar asiento junto a ella —Yuri no es tan débil, confiemos en que estará bien— intentó calmarla, mientras Mila volteaba a verlo una vez mas

— creeme, quiero creer en eso, pero se me es tan difícil —dijo con honestidad, mientras el silencio comenzaba a reinar en el lugar. Las preocupaciones no eran pocas, y ya podían sentirlo, empeorarian conforme pasara el tiempo

......

El calor iba en aumento en aquel reconfortante chalet, Yuuri intentaba mantener la cordura mientras los besos se intensificaban entre él y el rubio, pero cada vez le costaba mas mantener el control por el dulce aroma que ahora lo envolvía, el cual era tan agradable a su olfato que no le permitía alejarse de los brazos de aquel chico.

— tenemos que parar, no estas en tus cinco sentidos —intentó persuadirlo al ver el estado del omega, no lucía ni actuaba de modo normal, y temía cometer el error de aprovecharse de la situación. Mas sus intentos fueron banos y el menor volvió a pegar sus labios con los de él, rechazando con aquel acto la petición del moreno.

— necesito esto, por favor no me rechaces —pidió con un brillo especial en los ojos luego de separase de los labios del mayor y acomodarse en su pecho buscando mas de su aroma.

Yuuri lo observó en silencio, mientras se debatía en si era lo correcto, su mente le decía que no era prudente, mas su instinto lo animaba a continuar, y ese deseo crecía mas a medida que su cuerpo despertaba y sucumbia al calor del momento.

— ¿en verdad esta bien? ¿Y si alguien viene y nos ve? —intentó calmar al rubio una vez mas, sin embargo de nueva cuenta su petición fue negada

— esta vez yo me haré responsable —su vos sonaba seductora, y con ello la poca cordura que quedaba en la mente del moreno desapareció y se dejó guiar por lo que su cuerpo pedía

Como pudo se puso de pié cargando al menor en brazos y se dirigió a la cama destendida, lo depósito en ella y se puso encima de él. Su corazón latía fuertemente al ver la mirada ruborizada del pequeño omega, y no podía dejar de preguntarse si en verdad aquello era real.

Esta no sería la primera vez que  haría ese tipo de cosas con él, pero si era la primera en la que estaría consciente, al menos un poco, muy diferente a la vez anterior y, no negaba que estaba algo nervioso, el temblor en sus manos lo delataban. Pero una cosa era segura, lo deseaba demasiado, así que sin esperar mas prosiguió a volver a los labios del chico, descendiendo poco a poco por aquel frágil cuerpo, levantando las prendas que el menor llevaba puestas, desahaciendose primero de aquel abrigo que el reconoció a la perfección, acto que el rubio permitió sin queja alguna, continúo con su labor llevándose rápidamente las demás prendas, hasta dejarlo completamente desnudo.

El amor no tiene forma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora