La flecha sombría [Zed x Ashe]

El extraño, pero prometedor dúo

Llevo varias semanas aquí, realicé victoriosa todas y cada unas de mis misiones, por muy complicadas que fueran. A veces me preguntaba cuánta maldad habrá en el mundo para la cantidad de misiones que todos debíamos completar, (si es que combatíamos siquiera la maldad). El jefe de la orden de las sombras, Hans, decidió repentinamente formar dúos preelegidos por sus confiados jueces.

El criterio, según sé, se basa en la cantidad de misiones exitosas de cada persona, el modo de realización de dichas y su eficiencia. Por algún motivo que aún mantiene en secreto, Hans tomó esta repentina decisión, aunque desde mi punto de vista, solo es un capricho de los suyos, conociéndolo. Se nos convocó a todos los reclutados en una sala inmensa, para informarnos de que se llamarán a los dúos individualmente, es decir solo se podrá saber quién es tu compañero cuando estés delante de Hans al ser llamado a la par que tu dúo, manteniendo la incógnita hasta el final. Todos, con curiosidad, planteábamos posibles dúos basados en lo que sabemos. Tenía un grupo de compañeros con los cuales encontré comodidad. Entre ellos estaban Akali y Jhin, un franco tirador bastante conocido por sus habilidades. Aún así, no estábamos seguros de que nuestras especulaciones se fueran a cumplir. Por lo tanto, nos fuimos inquietos a descansar.

Al día siguiente, muy temprano por la mañana, desperté y me puse a pensar en el capricho de Hans. ¿Cuál sería su objetivo?

Justo después de completar una misión bastante ajetreada, junto a karma, me llamaron a mostrarme frente a Hans.-Un placer, Karma- dije como despedida.- Igualmente, Ashe, nos volveremos a ver.- sonrió.

Tal cual estaba, fui a atender al llamado. Estaba ansiosa por saber con quién iba a compartir la mayor parte del tiempo, a quién le iba a tener que confiar mi vida, y esa persona a mí la suya. No podía ver a nadie a mi lado, miré a Hans curiosa y ansiosa. Miraba hacia los lados buscando a la persona que iba a ser mi dúo. Al ver mi constante búsqueda Hans me dijo:- Relájate, llegará en cuestión de segundos.- A oír sus palabras mi paciencia se calmó. Cerré los ojos y oí la puerta abrirse lentamente. Miré hacia mi lado y ahí estaba. No creía lo que mis ojos veían. Era Zed. Me froté los ojos, e incluso me pellizqué disimuladamente. Era real. No pude evitar sonreír sin razón alguna.- A partir de ahora, sois un equipo, os tenéis que unir en uno, forjar lazos (guiño, guiño). Deberéis completar misiones juntos, y entregar vuestra vida al otro. Protegeros y confiar en el otro...-. Gracias al discurso de Hans, no pude evitar sonrojarme. Cosa que hacia muchísimo tiempo que no sentía, emoción.

 Los dos salimos de aquella sala. Ambos estábamos incómodos, puesto que nuestros anteriores encuentros no fueron especialmente agradables. Intente romper el DURO hielo.- Bueno... Espero no ser una carga. - Le dije ofreciendo mi mano. Después de pensárselo, finalmente apretó mi mano con delicadeza. Su mano era áspera, pero cálida. Me sonrojé levemente. Le sonreí, y aunque él hubiera hecho lo mismo, no podría haberlo visto, por el sombrío yelmo que tapaba su cara. Finalmente pronunció unas palabras.- Intentaré confiar en ti, pero no prometo nada.- dijo intentando ser amable.- No te preocupes, con el tiempo la confianza se forjará sola, supongo.- Eso último lo dije en un tono casi inaudible. Le sonreí intentando darle confianza. Aún teníamos las manos cogidas. Ninguno de los dos nos habíamos percatado de ese pequeño detalle, hasta que miré nerviosa hacia nuestras manos. Lentamente, el dejó mi mano. Y por alguna razón que desconocía, me entristecí. Pero no le di importancia.- Nos vemos, princesa exiliada.- esbozó una pequeña risa.

Autora:

La verdad, me reí y pensé bastante el discurso de Hans al presentar el dúo, ya que a mi parecer, el discurso insinuaba de alguna manera como si se fueran a casar. No niego la posibilidad de que Hans conspire para juntar a esta pareja. Es broma. A Hans no le importa.