Capítulo 10: Estamos completamente locos...

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*Alejandra*


-Amara, creo que voy a reventar...

Hago amago de levantarme.

-¡Como no te vas a sentir de ese modo¡ -comenta con burla-. Si te almorzaste dos platos de macarrones con queso. Lo más gracioso, es que el queso no te gusta.

-He estado experimentado muchos cambios. mentiría si digiera que no tengo miedo, Amara. Este pequeño -llevó mis manos a mi vientre-. Me ha dado unos días de morir...

-Nada ha sido fácil en tu vida, mi niña. Ser madre conlleva a muchos cambios y en tu situación son muy difíciles, pero sé que podrás con ellos, eres fuerte. -comenta con ternura-. Debes tomar reposo no excederte, me refiero a todos los sentidos de la palabra, Alejandra. Evita los malos ratos con Kyle... eso no le hace bien a la criatura, ni a ti. Me hubiera gustado que fueras conmigo, le he hablado tanto a mi hija de ti. -se acerca a mí y me regala uno de sus maravillosos abrazos de amor, correspondo de la misma forma; cálido y lleno de amor.

-Intentaré hacer caso a todos tus concejos, no te aseguro nada, Amara. -advierto-. Yo también deseaba acompañarte tenía mucha ilusión de conocer tu hogar y a tu hija. Desgraciadamente el egoísta de Kyle no acepto, es tan cruel...

Desde el incidente en el jardín sumándole la confusión extraña de esa noche, Kyle me evita tal y como lo haría alguien a la peste. Ese hombre es tan confuso que me causa terribles jaquecas.

Por otro lado, su queridísima prometida ha tenido que viajar fuera del país (cuestiones familiares), lo cual me genera cierta tranquilidad al saber que no me la cruzaré durante una semana.

He entrado en la semana 12 del embarazo, la doctora me ha comentado que todo está en perfecto estado, no existe ningún tipo de riesgo. Es cuestión de tiempo para poder verlo.

Hable con Amara sobre el favor que le pedí a Kyle (en no decirle a ninguna de esas víboras sobre el embarazo) solo Dios sabe de lo que serían capaz de hacer si se enteran.

-Solo tiene miedo de perderte. -menciona con naturalidad.

¿Miedo de perderme?

Ese hombre no conoce la palabra miedo. El desaparecer de su vida equivale a quedarse sin una sumisa a la cual someter.

- Tú no eres boba, Amara. Sabes perfectamente que Kyle me secuestro, el muy maldito me tomo como su capricho personal, cabe decir que dejó de ser un secuestro en el momento que perdí las ganas de escapar y ser encontrada a los dos minutos, Kyle es un enfermo...

Si bien es cierto, la parte más retorcida de mí cedió a su lado oscuro, jodidamente difícil de ignorar. El hombre sabe cómo envolverte en su aura, una maldita a mi parecer. Con todo esto supondrán que me rindo y ya; pues no, lo que he vivido me ha enseñado que nada es lo que parece ser, qué si luchas contra la corriente volverás a la orilla tan mal herida que querrás rendirte y no seguir. Sin embargo, la conciencia se alimenta día a día y con ello la sed de golpear fuertemente el muro que impide que seas feliz, en mi caso, Kyle. Tarde o temprano estaré fuera de su vida, solo espero que el sentimiento enfermizo se simplifique, a tal grado de cambiar de perspectiva.

-No me hagas recordarte las veces que ingresé a esta cocina y los hallé haciendo cosas indebidas. Y por lo que lograba ver tú lo disfrutabas. Disculpa la forma en la que te hablo, tengo pelos por todas partes menos en la lengua, Ale.

La Obsesión De Kyle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora