*Kyle*
Observó detenidamente el cuerpo desnudo que descansa entre las sabanas, su respiración es una suave melodía para mis oídos... Luce tranquila como si no existiese ninguna preocupación a su alrededor, cuando en realidad es todo lo contrario y yo soy el único culpable de muchas de sus desgracias. Sin embargo, no siento remordimiento, mis decisiones no fueron las correctas soy consciente de ello, pero no me arrepiento de no haber jalado el gatillo ese día; ella aun respira y eso es más que suficiente.
Los errores son parte de nuestro pasado, presente y futuro; de nada vale arrepentirse después de lo cometido.
El simple hecho de intentar averiguar más afondo lo que de verdad siento por ella me induce sentimientos contradictorios.
Mierda. ¿tan difícil, es dejar que viva sola en una casa?
Para mí lo es, pero no por el hecho que pensáis, Alejandra tranquiliza la tempestad existente en mi alma (cliché estúpido) posiblemente se perciba así, no obstante, para mí es todo aquello en lo que dejé de creer años atrás.
-Jodido idiota. -murmuro irritado.
Me adentro al baño tomando una ducha rápida he intentado ser lo más silencioso posible para no despertarla.
-Señor.
-¿Qué pasa?, lograron comunicarse con Harrison?
Uno de mis hombres ingresa al despacho situándose justo enfrente el escritorio, alejo los papeles que esta revisando colocando toda mi atención en él
-Si. Ha informado que en cuanto se desocupe le regresa la llamada. Tenemos noticias de Fran.
Ignoro sus otras palabras centrándome en las últimas.
-¿Dónde está?
-Samuel ingreso a las cámaras de la ciudad, Fran se encuentra en la estación de tren al norte de la ciudad.
El desgraciado tenía la esperanza de huir de mí.
- ¿Hace cuánto fue eso?
Vociferó, abandonado mi puesto caminando hasta él.
-Tres horas máximo. No le avisamos, ya que no lo encontramos en su despacho y Amara no está en la casa. -alega seguro-. A Fran lo están ayudando los Rusos, señor.
-Puede estar ayudándole el mismísimo papa, pero de que se muere hoy se muere. -afirmo caminado aun extremo del despacho en busca de una de mis armas-. Dile a Dylan que tenga listo uno de los autos, iré yo mismo por Fran.
Asiente marchándose a cumplir lo que le he ordenado dejándome solo. Un suspiro cargado de fastidio sale de mis labios al caer en cuenta que la tranquilidad de horas atrás ha desaparecido.
Vuelvo a la habitación donde descansa Alejandra en busca de mi celular. Las sabanas se encuentran esparcidas en la alfombra y ella no está en la cama, sino que sale del baño envuelta en una toalla luciendo muy pálida ¿Qué diablos le pasó?
-Creí que te habías marchado. -formula con voz débil con la intención de levantar las sabanas, mas no se lo permito.
-Deja eso yo lo hago.
Digo con suavidad, tomándola de la cintura guiándola a la cama en donde se sienta cerrando sus ojos.
Recojo los sabanas aventándola al sillón cerca de la ventana. El verla así me hace olvidar por unos minutos que tengo que deshacerme del traicionero de Fran.
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La Obsesión De Kyle
Ficción GeneralÉl, a ella secuestró. Y con ella se encaprichó. Más no dejó que su inocencia engatusará su corazón. Tarde reaccionó que eso cambió. Ahora se arrepiente del dolor que le causó. En ella, creció un odio el cual no duró. Por una extraña razón su corazón...