Alejandra...
Nada estaba bien, bueno en mi vida nada lo estaba. Sin embargo, últimamente no me había sentido bien, aparte de la debilidad y náuseas estaba experimentando otros síntomas que me pusieron en alerta.
Aprovechando que Kyle estaba de viaje planifique una salida con Amara a la ciudad, y como siempre varios guardaespaldas de por medio. Aunque no lo dijera en voz alta, sabía que intentar huir sería una pérdida de tiempo, aún así nunca lo diría en voz alta ni mucho menos frente a él. Esa día fuimos a un laboratorio con la escusa de que sería Amara quien se haría unos análisis, sin embargo fui yo quien me los realice.
Los resultados tres días después me dejaron aturdida y con un mar de emociones que me bajaron las defensas tanto físicas como mental, entre los análisis había una prueba de embarazo la cual dio positivo.
Me desmayé y si no hubiera sido por uno de los hombres de Kyle habría caído de lleno sobre el frío mármol.
Embarazada de él, del hombre que me secuestró por el simple hecho de no matarme cuando lo tenía que hacer, embarazada del hombre que odio, pero del cual comencé a tener sentimientos, que no tienen nada que ver con el odio.
“deshazte de él”
“aún estas a tiempo”
“son pocas semanas”
¿Eso es lo que debía hacer?
Esa concepción no se dio bajo abuso. Yo me entregue, claro que si, pero porque no tenía otra opción.
No se que hacer, siento que todo se vino a bajo, que cada vez intente ser fuerte no fue más que un espejismo.
No puedo, esa criatura no tiene culpa. Quizás perdí la razón y ya no me queda más que trauma en mi mente, aun no es un bebé, aún su corazón no ha comenzado a latir, pero la decisión la tomo yo... Que pase lo que tenga que pasar.
*DOS DÍAS DESPUÉS*
—Q-u-i-e-r-o...Las palabras se quedan atrapadas en mi garganta mientras aguanto los sollozos.
—¡Habla de una maldita vez! —toma mi brazo y me tira, trago duro para reprimir el dolor. Mis costillas duelen como un demonio a causa del golpe que me di contra el suelo. Pero aun así me levanto y me sostengo de la pared para no caer de nuevo.
—¡Habla!
Tiemblo ante su grito, no obstante es ahora o nunca.
—Estoy embarazada, tengo 4 semanas. —Sus ojos están cargados de ira. Mira mi plano vientre y luego a mí—. Amara compró unos test para estar seguras.
Respiro profundo y saco del bolsillo de mi vaquero el test, amago a dárselo pero sólo recibo un manotazo de su parte. El pequeño objeto vuela lejos de mi vista y yo no puedo más que pensar en el dolor que se va agudizando y pasa a mi estómago. Esta vez no aguanto los sollozos.
—¿Cómo es posible? Si desde el primer momento he usado protección contigo. Mierda.
No se si soy valiente o muy estúpida, pero no puedo evitar quedarme callada.
—Ah no, tienes razón. De seguro estoy embarazada del novio que tengo por fuera... —Respondo con sarcasmo, sintiendo el enojo arder por todo mi cuerpo—. Hace tres semanas, tú llegaste de no se de dónde tan caliente como un perro en celo y ni siquiera dejaste que me quitara la ropa por completo, mucho menos buscar los benditos condones. Te recuerdo que las pastillas no hacen el mismo efecto después del acto, no las que tomo.
Si, definitivamente estoy perdiendo la razón.
Me levanta de un tirón para sostenerme de las caderas.
—Alejandra, Alejandra. -susurra en mi oído—. Debería cortarte esa lengua tan venenosa que tienes, ¿qué mierda iré a hacer contigo?
—Déjame ir y así no tendrás que lidiar con mi veneno. -es lo único que sale de mi boca. Él aprieta mis caderas con más fuerza, su nariz está en el hueco de mi cuello, deja un pequeño beso allí mientras su mano se cuela por debajo de mi camisa. Da una caricia arriba de mi costilla, donde está el maldito dolor, que se va esfumando con cada toquecito de sus dedos.
Su mirada es tan penetrante que tiemblo. Mis brazos, están estáticos, no sé si también tocarlo o dejar que haga lo que mejor le parezca.
Mierda. ¿Dónde está toda la rabia? Esto es de lo que siempre hablo: el odio que siento hacia este hombre cambia más rápido que un semáforo, así como su temperamento.
Saca sus manos de debajo de mi blusa y besa mis labios con cariño, llenándome de confusión por su cambio tan extraño. Sale de la habitación dejándome allí parada con un mar de preguntas en mi cabeza, pero por sobre todo con ganas de devolverle el beso.
Estoy jodida; bien jodida.
*******
Amara, la nana de Kyle, está preparando un pastel de piña, un pequeño regalo para subir mis ánimos no solo por lo vivido con Kyle sino también después de almorzar y vomitar toda la comida; para mí horrible. Todo esto me tiene más preocupada que el jardinero cuando corta las flores favoritas del idiota de Kyle.
-¡Listo! Sólo hay que esperar a que se cocine. Mientras tanto puedes ir a darte un baño, si quieres.
Ella ha sido mi único consuelo en esta casa desde que llegué hace cuatro años, cuando apenas tenía dieciséis; el día que mi tía me mandó a matar para quedarse con la herencia de mis padres, el día que conocí el mismo infierno, donde una parte de mí murió, el día que Kyle se adueñó de mí para convertirme en su objeto, como yo lo veo, su eterno capricho.
Sólo espero a que llegue el momento adecuado para que todo lo que llevo adentro despierte, y continuar con este mar de emociones que me ahoga cuando mi odio se hace presente; porque ese odio da paso al placer de un abismo sin salida, muy tentador no sólo para mi mente, también para mi cuerpo.
Soy masoquista, no lo negaré. Es que, ¡Dios!, todo se vuelve más complejo cuando lo quiero lejos de mí. Esa perfecta postura ante cualquier situación, sus ojos que te hacen perder como si estuvieras en el desierto... ¡Mierda! Ese idiota me está corrompiendo más de lo que ya estoy corrompida.
Tengo la oportunidad de deshacerme de este bebé que viene en camino, la tengo. Sin embargo he tomado la decisión de tenerlo y por primera vez desde que llegué aquí es una decisión propia sin que mi carcelero influyan en ella. No dejaré que él lo dañe, primero tendrá que cumplir con lo que no hizo hace cuatro años.
La criatura no tiene la culpa de nada. De todos modos, tal vez sea la manera de hacer que Kyle cambie, me deje ir, no lo sé. Pero si nada de eso no ocurre, lucharé por esa lucecita que representa este bebé para mí en toda la maldita oscuridad que me rodea.
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La Obsesión De Kyle
Fiksi UmumÉl, a ella secuestró. Y con ella se encaprichó. Más no dejó que su inocencia engatusará su corazón. Tarde reaccionó que eso cambió. Ahora se arrepiente del dolor que le causó. En ella, creció un odio el cual no duró. Por una extraña razón su corazón...