Destrucción física

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-Aaroooooon! -oímos a Harry y un portazo-Joder-maldice y Aaron me mira con cara de preocupación-.

Ambos corremos escaleras abajo y encontramos a un Harry Sellers doblado hacia delante que con el pelo cubriéndole la cara. Pero está agonizando, la ropa, rota a jirones y en cada espacio, un corte o una magulladura, y gotas, gotas de sangre debajo de donde está inclinado su rostro. Corro hacia él y le obligo a levantar la cara.

-Tio...-dice Aaron y corre hacia el baño a coger lo que supongo es el botiquín, pero yo estoy perdida en los ojos apagados de la destrucción física que tengo delante. Me mira mientras el mentón le tiembla, debe de estar sintiendo un dolor indescriptible. Numerosos moretones y cardenales cubren la superficie de su cara, el labio roto y sangre por todas partes. Cuando salgo del trance decido accionar y curarle. En silencio y difícilmente consigo llevarle, con la ayuda de Aaron, al baño. Temblando voy cogiendo cosas del botiquín y accionando primeramente en su cara. Numerosos miembros de mi familia llegaban con heridas a casa y tenía que tratarles, pero nunca con todas las que él tiene a la vez. Cuando estoy dispuesta a curarle el labio, Aaron me para y trae un licor del salón, fuerte.

-Vamos amigo, bebe. Lo vas a necesitar.

Le obedece y espero a que haga un poco de efecto y empiece a sentirse mareado. Pero cuando empiezo, su cara de dolor es imposible de esconder. Tengo muchas más cosas que tratar así que me doy prisa.

Le quitó lo que queda de camisa y me quedo paralizada por lo que veo. El tatuaje central que adornaba su abdomen, no está. Le han cortado la piel tintada y dejado su carne al rojo vivo. Me mira con preocupación y lagrimas empiezan a salir de mis ojos.

-Deberíamos ir a un puto hospital con esto joder...-tiemblo entera y empiezo a entrar en pánico y es cuando Harry me agarra y me susurra que empiezo a centrarme-.

-No... no es nada... qu... que tu no ... puedas arreglar. Vamos... preciosa. S... se de lo qu... que eressss capaz.

-Bebe más, mucho más, y Aaron tráeme Alcohol sanitario. Ah, y una botella más para Harry.

-

-De acuerdo, vamos allá.

-AHHHHHHHHHHHHHHHHH! -el sonido me desgarra el alma-.

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Le miro, duerme tendido en la cama después del cansancio y tortura a la que sus agresores y yo le hemos sometido.

-¿Le has dado justamente la cantidad de calmantes y del tipo que te mande comprar?

-Justo lo que me has dicho, ni una más ni una menos. Deberías descansar. Lo que has hecho y visto hoy... -Dice Aaron preocupado-.

-Nada que no haya visto y tratado con anterioridad. ¿Que le ha podido pasar, Aaron?

-No lo sé, pero han sido muchos a la vez, Harry nunca perdería una pelea contra una persona. Ahora le dejaremos descansar. Mañana cuando despierte, le preguntaremos.

-

Los gemidos de Harry nos alarman y corremos a la habitación, anoche llegó demacrado y ha descansado unas 14 horas. Pero por lo que parece, está despertando, y no voy a perder la ocasión de preguntarle lo que le ha pasado.

Me asomo y lo veo tendido, frunciendo el ceño y cerrando los ojos con fuerza por el dolor. Pronto tendré que cambiarle la venda que cubre la piel al rojo vivo de su torso así que mando a Aaron a por más calmantes.

-Harry... -entonces se percata de mi presencia y suaviza el rostro, pero el dolor sigue ahí, lo sé.

-Preciosa...-su voz débil y rasposa al despertar me aceleran la sangre y decido que mi enfado por lo que oí anoche podría esperar-.

-Necesito... Necesito saber qué pasó anoche-acerco mi mano y la suya, la consigo rozar, pero en el momento en el que analiza lo que acabo de decir la aparta y lo mismo hace con su mirada, apretando el maxilar-.

-Y lo que yo necesito es descansar. No creo que sea relevante quien lo hizo, no por el momento.

Me decepciona, no confía en mí. Porque ¿Es eso verdad? No me esta escondiendo nada. Imposible.

¿No?

Entendiendo la situación me levanto en silencio y cuando me dispongo a salir Harry se aclara la garganta.

-¿Puedes quedarte?-pregunta como un niño- me hace bien tu presencia.

Dejo mi orgullo a un lado y me tumbo a su lado en la cama, mirándole. Pero no me atrevo a tocarle por miedo a dañarle. ¿Porque es por eso no? Es por eso que no me acerco.

Pero me mira, me mira y es conexión suficiente, entre tanta magulladura esas esmeraldas resplandecen, arden con peligro y me pierdo en ellas, mirándonos caemos los dos en un profundo sueño.

-

Un pitido.

Mi móvil

Un mensaje.

'Alexis, vendrás esta noche a la cena familiar. No sabemos que tienes con ese chico que esperamos siga vivo querida... recibió una golpiza bastante fuerte anoche ¿No crees? Estamos muy preocupados por ti y queremos saber que sigues a salvo. A las ocho en tu casa, no vengas con el, pero eres libre de traer a quien te venga en gana. Nos vemos pequeña
Chanel'

Mi familia... ¿Como no me he dado cuenta? El desastre ocurrido tenía la firma de mi madre por todos lados. La sangre me hierve y se me acelera el pulso. Poco a poco me calmo y empiezo a tramar un plan. La sangre fría que me define tiene que dejarse ver por el día de hoy. Y soy una distinta persona cuando dejo la cama. Y soy irreconocible desde el momento en el que llamo a Aaron.

Necesito acompañante.

AYUDA o CONDENA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora