Elige finales

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Cuando el motor deja de rugir, la piel se me eriza y los nervios que había luchado por reprimir durante todo el camino me aprisionan

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Cuando el motor deja de rugir, la piel se me eriza y los nervios que había luchado por reprimir durante todo el camino me aprisionan. Tanteo la puerta y la abro, me bajo aún sin poder ver dónde nos encontramos, y si digo la verdad, no se qué es lo que tengo que esperar de Harry, y eso me aterra.

-Vamos pequeña, nos divertiremos. Aún recuerdo este sitio cuando venía siguiendo tus pasos, seguías con tu vida como si nada hubiera pasado, rodeada de tu familia, que pena que nunca pude hacer lo mismo. No tuve familia en la que apoyarme para seguir adelante. En verdad estuve solo-siento el dolor en sus palabras-.

Justo en este instante se me para la respiración, y el corazón me ruge contra el pecho con furia y dolor, rompiéndose por miedo a lo que podría ocurrir. Tengo mucha familia situada a lo largo de todo el país, numerosos tíos, primos y sin duda, mis abuelos también se encontraban el país. Trago duro y digo con la voz más impasible que puedo reproducir:

-No harás daño a mi familia, a mi sangre. Si se derrama una gota de lo que fluye por mis venas, date por muerto, te estarás poniendo una soga al cuello amigo-suelto lo más amenazante que puedo soñar con los ojos tapados y con sus manos haciendo camino por mis brazos para aprisionar mis muñecas con una presión nada agradable justo encima de cicatrices. Me revuelvo incómoda y dolida por el roce ejercido sobre mi pasado sombrío. No debería haber hecho eso, me debilita-.

-Vamos pequeña, no termines la diversión, acabamos de empezar... Queda una década de tormentos apasionantes que quiero pasar contigo. Al menos esta vez no estaré solo, y entremos, empieza a hacer frío y apenas queda media hora para que sea el cumpleaños de mi pequeña asesina-sujeta ambas muñecas con una mano y con la otra saca uña llaves ruidosas que introduce en el cierre haciéndolo girar y abrirse-Vamos, mira te presentaré la estancia ya que no puedes ver. No soy tan malo ¿eh? -Río con amargura y caminamos unos pasos más hasta que dice- mira pequeña este es el pasillo y lo que estamos pisando es un precioso y claro parqué que me pregunto cómo no está teñido de rojo. Y ahora.... estamos entrando a la sala. Nuestras pequeñas invitadas están ya esperándonos, toma asiento-dice cuando noto algo justo detrás de mis tobillos, estos son atados a las patas de lo que parece un sillón.
Escucho dos voces femeninas intentar articular palabra con frustración y enojo mientras forcejean lo que imagino son ataduras.

-Bien queridas nos queda un cuarto de hora hasta que nuestra pequeña cumpla sus 22, y estamos muy felices, ¿verdad chicas?

Una de ellas solloza con fuerza mientras la otra permanece llorando en silencio.

-Bueno Alexis, te presento a dos candidatas perfectas, a una de ellas va a ser tu regalo de cumpleaños, que pena que la persona que sea no pueda disfrutar del regalo de la vida ni un minuto más-el aire se pone en tensión y ambas forcejean con más fuerza-.

-A un lado, no te diré cuál, esto lo hará más divertido está alguien a quien conoces muy bien y a quien tu alma ama. Vuestra sangre os une de muy cerca. A esta la llamaremos ayuda.

-¿Qué? Entiendo que no has entendido mi amenaza, acércate más a mi y te la repetiré muy despacio-digo intentado levantarme de la silla, tarea imposible por qué la cuerda está enrollada con agilidad y experiencia al rededor de mis piernas.

-Y tú dejarás de amenazarme justo ahora-en un movimiento rápido lo siento acercarse y situar un revolver apretando la piel sensible de mi sien, trago duro y me tenso en el sitio asintiendo con pesar-de acuerdo, sigamos con las presentaciones-dice cambiando de tono al instante, o es muy buen actor o sufre de bipolaridad- nuestra otra invitada es una estudiante ejemplar, su vida apenas acaba de empezar, es preciosa, trabajadora, sincera y créeme cuando te digo de que es inocente al cien por cien porque llevo un tiempo vigilándola. Que pena, incluso la inocencia te condena, ¿verdad Alexis? Aunque... Qué estúpido por mi parte preguntarte a ti, ambos sabemos que no tienes en ti nada ni siquiera cercano a la inocencia o a la bondad ¿o me equivoco pequeña?-dice acercándose a mi rostro y cuando notó su aliento contra mi rostro decido actuar pero lanzo un manotazo al aire.

-No vuelvas a intentar eso-dice cogiendo el arma y llevándola a mi garganta-Así que pequeña, según tu... cuando viniste ese día a mi casa. ¿Viniste a ofrecerme una ayuda o a negociarme una condena?

No respondo, me está pidiendo elegir con mi respuesta, si digo ayuda matará a alguien de mi misma sangre, culpable hasta los huesos; y si digo condena me estaría regalando la sangre ejemplar de una muchacha completamente inocente que no debería haber conocido todo esto, no debería haber entrado en mi mundo de muerte y mierda. Nunca había matado a alguien así, a alguien inocente, nunca.

-Tenemos tres minutos para que todo pase piénsalo bien, pero ten en cuenta que me estás conociendo, conociendo en lo que me convertí por tu culpa, por tu existencia así que dime, !¿de veras sigues creyendo que me ayudaste?!-sollozos adornaban su discurso y dijo chillando en mi oído la última de sus preguntas, la presión en mis sienes y en mi corazón me hace llorar, llorar desconsoladamente, y aún teniendo el pañuelo en los ojos girl mi rostro en dirección opuesta al suyo. No me habían visto llorar desde aquel día, que maldigo cada vez que lo recuerdo, y esta no sería la primera vez.

-Oh, no me escondas tu temor pequeña-aunque sus palabras son vengativas algo me deja atónita, algo en su voz no es solo veneno, en el fondo, no le gusta lo que está haciendo y se da cuenta de que la ira lo estaba llevando y logro escuchar culpa en ella- déjame ver al menos un ápice del dolor que sentí repetido en ti ahora, déjame ver las vueltas que da el mundo. El tiempo se termina. ¡DIME! ¡¿ME SALVASTE O ME CONDENASTE MALDITA SEA!?

-Te condené... joder...te condené-Dije entre sollozos.

-De acuerdo... Ahora dispara al frente, no he matado a nadie en mi vida, y no pienso hacerlo por ti, no lo mereces. Condena morirá, y será por tu culpa-dice con despreció y la culpa que logre escuchar antes es ahogada por miseria-

Me pasa su arma y sollozo fuertemente. Tengo que matar a alguien. Alguien inocente. Pero una cosa estaba clara, no iba a poder vivir habiendo escuchado sus sollozos inocentes justo antes de que le quitara la vida. Así que pienso y lo que pienso, va a doler y joder que dolerá.

Pero al menos no a ella.

Un movimiento rápido y se escucha un disparo. Que siento muy profundo en mi.

AYUDA o CONDENA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora